A veces nos pasan cosas malas, incluso muy malas, y eventualmente pensamos que son cosas que no nos deberían pasar, sin embargo, nos pasan.
Y justamente cuando esa sensación abruma, cuando esa sensación ataca, es cuando debemos entender que mientras haya vida, la vida continúa.
Y si continúa y nosotros estamos en ella, pues debemos tener la fuerzas necesarias, la pasión suficiente y la energía, para poder subsanar todos los problemas que se nos presenten.
No es que seamos invencibles, es que, sencillamente, somos humanos y los humanos hemos poblado la vida de tal forma que la naturaleza, a veces se rinde a nosotros.
Es por esto que cuando pienses que todo está perdido, cuando sientas que la situación te abruma, ya no puedes más, entiende, que mientras haya vida, hay esperanza. Y estas no son palabras cliché, es que son una realidad, porque la esperanza se basa en la comunión entre la experiencia, la fe y la energía suficiente para poder lograr los objetivos.
No rendirse es siempre la opción correcta. Fracasar, aunque siempre forma parte de la vida, es un peldaño más para que tengas éxito.
Entiende que sin pasión no hay posibilidades de lograr nada, y sin entender que la vida son contingencias y que muchas frustraciones van a atacarte, al final del camino, mientras estés vivo, siempre vas a poder lograrlo.