Sin duda alguna, la buena crianza es una de las cosas más difíciles de lograr. En mi visión de las cosas, los hijos serán en gran medida lo que vean en su propia familia, en su madre y en su padre, y cómo ellos se relacionan consigo mismos en sus roles de padres y de pareja.
A muchos padres les cuesta un mundo ejercer ese rol, la responsabilidad parece agobiarlos.
Existen padres que intentan controlar con manipulaciones culposas a los hijos. Esto genera mucha rabia.
Un hijo se formará débil y dependiente si sus padres no lo enseñan a tener tolerancia a la frustración.
¿Quieres un hijo tiránico? Dale todo.
Existen padres que creen que la autoridad es solo pegar gritos y golpear. Más bien eso socava el respeto y genera resentimiento.
No quieres que tus hijos caigan en drogas, pero resulta que tú bebes en exceso. Estás dando un doble mensaje.
Existen padres con tanto miedo a la vida, que convierten a sus hijos en unos inseguros.
Las escuelas para padres solo orientan, pero la verdadera paternidad está en tu corazón, en tu buena voluntad.
Si les enseñas a tus hijos tus valores, vivirán como lo haces tú.
¿Eres feliz con tu vida? Sé feliz y enseña felicidad. Ese es el camino.
