Mientras más drama en el amor, menos amor.
Pero muchas veces nos enredamos la vida y complicamos nuestra relación de pareja, al asumir posiciones rígidas, al buscarle la quinta pata al gato. Y no, el gato nunca tiene 5 patas.
De hecho, uno puede crear las más grandes historias de amor y luego destruirlas a punta de errores en la forma de llevar ese amor.
A veces nos ponemos rígidos, controladores, queriendo que todo sea perfecto, que nuestra pareja sea perfecta, como si realmente nosotros lo fuéramos. Pero, ¿saben qué? Eso solo ahoga la conexión genuina con tu pareja.
¿Cómo nos complicamos? Diciendo, por ejemplo, que no te pasa nada cuando en realidad sí te pasa. ¡Esto es meterle drama a la relación!
En mi visión de las cosas, los amores son mejores si son tranquilos y no llenos de drama y sucesos.
Es fundamental aprender a ser personas más simples, menos rígidas.
Darle espacio a nuestra pareja, permitirle ser quien es, y actuar con más libertad uno también. Esto no significa libertinaje, sino una confianza mutua que fortalece el compromiso y nos hace vivir relaciones amorosas libre de tantas complicaciones. ¿Te das cuenta?
¿Conclusión? Es momento de dejar de complicar lo simple.
Si quieres una relación sana y feliz, aprende a confiar, a relajarte, a fluir.
Soy un convencido de que los amores no se presionan, se liberan.
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