Muchas veces nosotros cometemos el mismo error: andamos tan rápido en la vida, que no nos damos cuenta cuando las personas empiezan a mostrarnos que ya no nos quieren.
Andamos tan empecinados, estamos tan obsesionados y, de alguna forma, estamos, tú sabes, como con una gríngola puesta, que no nos permite ver bien las cosas. Entonces, nuestra pareja o la persona con la que compartimos la vida nos va dando señales. Nos va diciendo cositas. Nos va mostrando elementos que indican: este se va, este se va.
Y nosotros nos hacemos los locos. Estamos en tantas cosas, que no nos damos cuenta y, de repente, entonces cuando nos dejan andamos por allí llorando en los rincones:
¡Ay, me dejaron! ¡Yo no sabía! ¿Por qué me dejó?
Es importante que nosotros también tengamos en consideración el hecho de que los amores no son obligados. El amor se acaba y no fue porque tú lo hiciste mal, ni porque el otro también lo hizo mal.
Algunas veces el amor se acaba y sencillamente se acabó. En consecuencia, siempre es bueno echar un ojito, detenerte, mirar señales, y que la cosa no te agarre de sorpresa.
Es fundamental entender que nosotros durante nuestra vida vivimos frustraciones, nos sentimos profundamente frustrados, nos sentimos tristes y estamos así como, no sé qué hice, y esto no se me da, y aquello y lo otro, en el sentido de las emociones, de los sentimientos y de todo lo que tienes que estar relacionado con el tema del amor.
¿Cuál es la reflexión?
La reflexión tiene que ver con el hecho de entender que no todo se puede dar, no todo es completo. Tenemos que aprender a vivir con la falta. Esta idea de que todo lo merecemos, de que todo lo tenemos que tener, de que todo debemos vivirlo, no es verdad.
La verdad verdadera es que muchas cosas nos causan frustración, que en muchos momentos no somos felices y que otras circunstancias de vida pueden alterar nuestras relaciones amorosas.
En consecuencia, tenemos que convivir con la falta, tenemos que convivir un poco con la frustración y esto no significa que seamos mediocres o conformistas.
NO.
Significa que tenemos que tener tolerancia, resistencia en nuestro carácter y fortaleza en nuestro ánimo para que entonces, de esa manera, podamos sortear las situaciones negativas que se nos presentan en nuestras relaciones sentimentales y, al final, seguir siendo felices.
Lleve.
