Uno de los aspectos que más sacude nuestras sociedades e impacta negativamente es el consumo de drogas. Las guerras del narcotráfico y el daño físico y moral que el consumo de droga atrae son precios muy altos que todos los países del mundo en mayor o menor medida deben afrontar.
En este orden de ideas también ocurre una situación muy peculiar: algunas drogas son legales y otras no, como es el caso especifico del alcohol y la marihuana. Es una dicotomía por no decir una doble moral este asunto de la legalización o no de la marihuana por sobre el alcohol. De todos es sabido la violencia que se generó en algunos países donde se prohibió el consumo de alcohol. Igual ocurre con la marihuana. La violencia del narcotráfico es inmensa. Su consumo es prohibido.
Veamos algunas consideraciones:
Efectos del alcohol según la Organización Mundial de la Salud
- El consumo nocivo de bebidas alcohólicas causa 2,5 millones de muertes cada año.
- Unos 320 000 jóvenes de entre 15 y 29 años de edad mueren por causas relacionadas con el consumo de alcohol, lo que representa un 9% de las defunciones en ese grupo etario.
- El consumo de alcohol ocupa el tercer lugar entre los factores de riesgo de la carga mundial de morbilidad; es el primer factor de riesgo en el Pacífico Occidental y las Américas, y el segundo en Europa.
- El consumo de alcohol está relacionado con muchos problemas graves de índole social y del desarrollo, en particular la violencia, el descuido y maltrato de menores y el absentismo laboral.
Efectos de la marihuana según la Organización Mundial de la Salud
- Un estudio realizado en 1997 con 61 mil 171 personas, mostró que el riesgo de mortalidad asociado a esta planta es más débil que el asociado al consumo de tabaco.
- Las perturbaciones en memoria y coordinación de movimientos es clara cuando los usuarios realizan tareas más o menos complejas; sin embargo, los resultados son contradictorios debido a que hay estudios que demuestran que los grandes consumidores de THC son los menos afectados en este sentido.
- La marihuana parece no ser un factor de riesgo de accidente automovilístico, al menos no como el alcohol.
- Esta planta no parece precipitar la aparición de disfunciones mentales ni síndromes amnésicos, ni existe patología mental alguna que se asocie directamente con su consumo excesivo, como ocurre, por ejemplo, con la cocaína y otros estimulantes.
- La desintoxicación de los consumidores de cáñamo índico tiene menos efectos adversos que la de los adictos a heroína, alcohol o tabaco.
- En contraposición a investigaciones anteriores, se ha encontrado que la marihuana afecta al sistema inmunológico sólo en dosis extremadamente elevadas, por lo que los resultados reales en un usuario común, simplemente, se desconocen.
Son evidentes las comparaciones y cuál de ellas es más nociva para la salud. En ese sentido la pregunta del millón ¿Por qué el alcohol siendo más dañino que la marihuana según la propia OMS, es legal mientras que la marihuana no?
En mi opinión, la razón estriba en el contexto social donde radica la idiosincrasia de las drogas. Adicionalmente a los intereses económicos que las mismas determinan. A los narcotraficantes les interesa que no se legalicen las drogas ya que su precio bajaría significativamente, a los gobiernos no les interesa legalizarlas ya que la doble moral los invade, sin hablar de que muchos políticos son financiados por los mismos narcos.
El debate está servido en el mundo. No existe razón higiénica, social, moral o racional para que el alcohol sea legal y la marihuana no, pero en lo que si casi todos coincidimos es que las drogas son malas (en su consumo no medicinal) y que las mismas destruyen familias, comunidades y sociedades enteras, pero igualmente, considerar unas legales y otras no, teniendo más o menos el mismo tipo de efectos en la persona, es realmente un acto de hipocresía social bastante importante.
Alberto, de éste artículo te puedo añadir lo que mi reumatólogo expresó cuando le dije que terminé usando marihuana para lidiar con mis problemas médicos: «Es una gran hipocresía médica». Personas como yó, con enfermedades crónicas degenerativas, que son dolorosas y se han atrevido a darle el uso CORRECTO, que es el medicinal, han encontrado un gran aliado en la tarea de llevar una mejor calidad de vida.
No es el efecto psicoactivo en que hace que el malestar desaparezca, de hecho, me encuentro tan afectada que no he sabido lo que es «gozarme la nota» (espero algún día, eso significará que estoy bien). Recupero calidad de sueño, se me desinflaman las articulaciones, se me relajan los músculos, con ello el dolor se vá a otro lado. Y no necesito estar pegada.
Debería hacerse una investigación científica con mucha seriedad al respecto, muchos pacientes están desmejorando su salud significativamente con los tratamientos clásicos que a la vez son costosos y actualmente en Venezuela el dinero no tiene valor. No importa cuánto dinero tengas, simplemente cuando no hay algo que necesitas no lo puedes adquirir y eso pasa mucho con las medicinas. También sería un gran aliado en otros tratamientos médicos, ejemplo, la quimioterapia.
En cuanto a tabúes, hasta cierto punto doy gracias a mis padres por haberme puesto una barrera tan grande entre las substancias ilícitas y yó. Si la hubiera conocido en la adolescencia por ocio, como sucede mucho en la juventud, la historia sería otra, seguro una mala historia. Pero éste caso es diferente, incluso me costó un poco hablarlo con mis padres, y somos todos ya bien adultos.
Creo el punto crucial es el enfoque que le demos, no es lo mismo un bebedor social a un alcohólico. Todo el que bebe debe controlar los tragos, dificil, pero no imposible. Desarrollar criterio de responsabilidad. Ciertamente las cifras de desastre por causas del alcohol son para espantarse, amén lo que está fuera de ellas.
Saludos