HOY FUE UN DÍA FELIZ

Hoy fue un día especial. Todos los integrantes de la UNIDAD DE APOYO PSICOLOGICO A LAS PERSONAS CON OBESIDAD fuimos a subir el cerro “El Casupo” en Valencia, Edo, Carabobo. Venezuela. Un cerro alto, empinado, muy pedregoso y difícil de transitar. Iniciamos la caminata a las 8 de la mañana y regresamos a las 12 del medio día.

La travesía estuvo cargada de simbolismos. La subida fue trabajosa y lenta, pero todos estábamos muy alegres y no nos dábamos cuenta de lo empinado, hacíamos pausas y aun así seguíamos subiendo; el paralelismo con la obesidad es innegable. La bajada fue muy lenta, difícil, dolorosa y con muchísimo esfuerzo; de nuevo la obesidad se asoma como objeto simbólico de este proceso. Al final, todos agotados, sonriendo y con la meta cumplida. De nuevo, el camino se vuelve símbolo.

Mientras subíamos las personalidades de cada uno de los integrantes se iban desarrollando. Nada como el cansancio para que la psicología individual elimine sus trabas y salga a flote. Había la chistosa, la motivadora, el protector, el silencioso, el alejado, la quejona, y más aún. Cada uno formando parte de un equipo y a su vez luchando de forma individual con el reto que se planteaba al subir esa empinada montaña.

Muchas cosas afloraron: la envidia hacia quienes subían y bajaban corriendo, la admiración hacia los cuerpos perfectos, la ilusión de ser atractivo a personas que son modelos físicos de nuestros anhelos, complejos y fortalezas. Nada como un reto físico para que afloren las emociones. La travesía fue larga como lo es nuestra lucha con la obesidad.

Cada uno de nosotros se sentía parte del grupo y el grupo era parte nuestra. Por un momento sentí que nos amamos y a pesar de lo extenuados que estábamos, nadie dejaba de ayudar a los demás. Era como la sociedad que queremos, todos juntos, solidarios, amorosos, respetuosos y a su vez limitando nuestra individualidad y asumiendo el reto en solitario. La sociedad perfecta.

Al final nos despedimos, cada uno no podía con su alma, nos vimos a los ojos y cada uno sabia que el otro era un exitoso y que uno formaba parte de eso. Yo particularmente hace menos de un año no podía caminar un centro comercial completo, hoy subí uno de los cerros más difíciles de Valencia. La realidad es que cada uno de los integrantes de la Unidad fue y es un sobreviviente de la obesidad y un éxito en su vida.

Hoy fue un día feliz

 

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EL COMPONENTE OBSESIVO EN EL OBESO

Uno de los mitos más recurrentes en el obeso es que si es delgado será feliz

Cada día la felicidad está más ligada a lo físico y menos a lo espiritual

La obesidad no inicia como adicción, pero una vez obeso, sin duda adicto. Al ser adicto, tu felicidad depende del consumo

El cerebro de gordo hace trampas. Siendo obeso solo piensa en comida, haciendo dieta igual sigue pensando en comida

La obsesión por la comida en el obeso, implica siempre el acto simbólico de recibir y no dar nada.

Siempre la obesidad implica un grado importante de obsesión. No siempre es causa, pero siempre es consecuencia

Un obeso casi nunca se pesa, cuando hace dieta siempre se pesa. El peso se convierte en obsesión

Un obeso tiene como punto de referencia su cuerpo. Al adelgazar esta obsesión crece. Siempre el cuerpo como medida

La mayoría de los que hablan pistoladas sobre el obeso son los delgados. Un obeso casi nunca habla de sí mismo

La creencia popular dice que la causa de la obesidad es la inseguridad. Nada más falso. Lo que sí es cierto es que es consecuencia

El conflicto inconsciente psicoanalíticamente hablando de la obesidad no es la oralidad, es la analidad

La prueba más clara del componente obsesivo en la obesidad es que a pesar de adelgazar, vuelve a engordar

La obsesión en el campo de la morfología es en ambas vías. La gente se obsesiona por la delgadez o la obesidad

El obeso y el anoréxico tienen algo en común: el uso de la comida como símbolo emocional

El aspecto obsesivo en el obeso colinda frecuentemente con su tendencia a hacer lo mismo esperando resultados diferentes

Es característico en la obsesión el uso de la repetición. El obeso hace lo mismo, siempre dietas sin cambio emocional

Es tan evidente el componente obsesivo en el obeso que estos se operan y aun así muchos vuelven a engordar

Eliminar la obsesión en el obeso siempre pasara por su enfrentamiento crudo y sincero con sus emociones más profundas

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MIEDO A ADELGAZAR

Muchas veces los obesos tememos adelgazar

En muchas oportunidades adelgazar nos enfrenta con los miedos que evitamos al engordar

Adelgazar no solo es un acto de bajar kilos, también es un acto de transformación mental que no siempre se desea hacer

El temor al éxito a veces puede ser un ingrediente activo en la negación a dejar la obesidad atrás

El miedo a adelgazar muchas veces viene unido a la idea de que uno se ve mejor gordo que con alguna piel colgando

El miedo a adelgazar está implícito en todos aquellos obesos que critican a los flacos por indiferentes razones

Muchos miedos sexuales aumentan en el obeso justo en el momento de adelgazar

El miedo a adelgazar lleva aparejado el miedo al rechazo.

Es sumamente difícil adelgazar si no se toma conciencia que hacerlo implica también cambiar la forma de pensar

Adelgazar implica enfrentarnos al miedo a ser escrutados y sobre todo a ser referencia para los demás

Cuando se toma conciencia que adelgazar después de haber sido obeso te convierte en referencia, el proceso es menos ansioso

El miedo a adelgazar va unido al temor a volverse creído, prepotente y echón

Miles de veces los obesos deseamos adelgazar pero pocas veces tenemos éxito. Esto es debido muchas veces al miedo a adelgazar

Adelgazar es siempre un reto

El miedo en el obeso ataca por el lado del miedo a morir y también por el miedo a adelgazar

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CONSIDERACIONES SOBRE LA PSIQUIATRÍA Y LA PSICOLOGÍA EN EL TRATAMIENTO DE LA OBESIDAD

Una de los escollos en la lucha contra la obesidad que me ha tocado vivir como psicólogo, es la idea de que el psiquiatra es más importante para tratar la obesidad que el psicólogo. Quienes esto piensan generalmente son médicos (lo que es lógico por ser colegas), pero la realidad dista mucho de este criterio. Veamos:

Las causas de la obesidad pueden ser variadas, desde aspectos genéticos hasta trastornos de la personalidad, pasando por cientos de etiologías que van desde lo hormonal hasta lo psicológico. En este sentido el problema somático cobra vital importancia para un tratamiento multidisciplinario, pero a su vez el proceso psicológico subyacente en la obesidad no tiene causa física sino enteramente psicológica. Más simple: la causa de la obesidad puede ser variopinta, pero las consecuencias psicológicas están siempre presente.

El psiquiatra a diferencia del psicólogo es un medico, trata la enfermedad desde un punto de vista biologicista y en consecuencia evalúa signos y síntomas, establece un diagnostico y emite un tratamiento. En la obesidad lo más común es encontrar como causa y consecuencia de la misma, procesos psicopatológicos como lo son la ansiedad y la depresión. Ambas enfermedades según prácticamente todos los estamentos de intervención, necesitan un tratamiento psicofarmacológico y psicoterapéutico. Según los últimos estudios avalados por la asociación psiquiátrica americana, la depresión, por ejm, tiene el mismo índice de remisión si se trata con una pastilla o con psicoterapia cognitiva conductual, pero si se trata combinada (psicoterapia y psicofármacos) el pronóstico de curación se eleva al 90%. En las mismas proporciones ocurre con la ansiedad.

Muchos cirujanos bariátricos tienen dentro de su equipo a un psiquiatra pero pocos se sirven de un psicólogo, entrando en el terreno de la ignorancia procedimental terapéutica que luego les rebota en pacientes operados o intervenidos perdiendo la operación por la poca preparación psicológica previa a la misma. No es inusual escuchar médicos diciendo “ese paciente no se arregla con nada”, pero cuando les preguntas si lo mandaron al psicólogo la mayoría te dice que no, que solo al psiquiatra y este les recetó algo contra la ansiedad. Gran error.

Si una pastilla contra la ansiedad pudiese bajar la mala praxis alimenticia de un paciente, la obesidad no fuese pandemia y pocos tendrían que operarse. Si una psicoterapia pudiese reducir la obesidad, ocurriría lo mismo. Ambas en soledad son absolutamente ineficientes y la obesidad creciendo a ritmos vertiginosos en el mundo y matando gente a granel lo demuestra. La obesidad solo puede ser tratada por equipos multidisciplinarios. No hay de otra.

Si un cirujano bariátrico no lo envía previamente a un psicólogo o solo lo envía a un psiquiatra, mejor busque otra opinión. Su obesidad le afecta desde lo biológico a lo psicológico. Si su médico no entiende eso, entonces le falta manejar mucho mas información y no olvide que Ud. está poniendo su vida en sus manos.

Nota: una de las cosas que me hizo decidir operarme con el Dr. José Augusto Romano, en Valencia, y ahora aliado de UAPPO, es que a pesar de aun sabiendo que yo era psicólogo, me exigió una evaluación “psicológica” como requisito a la operación. Así debe ser.

 

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LA OBESIDAD COMO ADICCIÓN

Combatir la obesidad es una lucha eterna que si no se hace conscientemente generalmente fracasarás

La obesidad no es causada por una adicción, pero una vez que eres obeso casi siempre te conviertes en adicto

Existe un inmenso paralelismo entre el comportamiento del obeso y la del adicto a alcohol o las drogas

El obeso casi siempre niega su enfermedad, el adicto igualmente hace eso

El obeso se niega al cambio tanto como el adicto actúa de la misma manera

El obeso generalmente antes de empezar dieta u operarse se mete una comilona, el adicto se fuma todo lo que encuentre

El obeso tiene una creciente dificultad en el control de los impulsos, tanto como el adicto

El adicto siente que solo drogándose se siente bien, el obeso usa la comida con el mismo fin

El obeso siempre piensa que puede adelgazar cuando se lo propone. El adicto piensa que puede dejar la droga cuando desee

Así como el adicto dice que no se droga tanto como dicen los demás, el obeso dice que no come tanto como le endilgan

El adicto vive para drogarse así como el obeso vive para comer

El adicto puede buscar mil maneras de dejar la droga y si no crea conciencia y disciplina termina cayendo de nuevo, igual el obeso

Dejar la droga no te hace que dejes de ser drogadicto. Adelgazar no implica que dejes de pensar como gordo

El obeso siempre empieza con gran motivación un programa de adelgazamiento y luego se desmotiva. El adicto actúa igual

El obeso se miente constantemente a sí mismo, el adicto hace lo mismo

El adicto generalmente busca con quien compartir su adicción, el obeso odia comer solo

El obeso busca mil excusas para dejar la dieta, el adicto siempre encuentra una justificación para volver a drogarse

El adicto considera que los demás tienen la culpa de su adicción, el obeso culpa al ambiente, hormonas y genética

La adicción tanto como la obesidad son eficientemente tratados en terapias grupales y coercitivas

Tanto el adicto como el obeso responden muy bien a terapias que incluyan motivación y disciplina

Los programas menos “democráticos” son siempre más efectivos para tratar la adicción y la obesidad que los que “dejan ser”

Tanto la adicción como la obesidad tienen que ser tratados siempre por equipos multidisciplinarios

En los procesos terapéuticos tanto en el adicto como en el obeso el primer y más fuerte problema es su negación de la enfermedad

Los programas que incluyen acompañamiento constante son más efectivos que los ambulatorios tanto en el obeso como el adicto

Así como una motivación grande para el adicto es ayudar a los demás a salir de ella, el obeso actúa muy parecido

Tanto el obeso como el adicto suman esperanzas de salir de estos procesos en la medida que se comprometen a sanar

 

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EL OBESO Y SU NEGACIÓN A AYUDARSE

Una de las características más relevantes de una persona obesa es su tendencia a empezar dietas y dejarlas al tiempo

De la misma forma, el obeso en su mayoría busca sanar su vida pero siempre aspirando que sea rápido y fácil

Es un comportamiento usual que las personas obesas busquen ayuda para adelgazar pero en realidad se resisten a la ayuda

El obeso en general gasta inmensas cantidades de dinero en comer pero si planteas que invierta en su salud, generalmente se niega

La resistencia a la ayuda, en el obeso implica un acto desviado de independencia. Su rebeldía riñe con su salud

Muchos obesos asisten a alternativas de ayuda pero al darse cuenta que muchas implican esfuerzo y disciplina, abandonan rápidamente

El obeso, como patrón adictivo, tiende a hacer planes macros y metas grandes olvidando su factibilidad y eficacia

En muchas oportunidades se puede escuchar a la persona obesa pidiendo tratamientos fáciles, rápidos, económicos

Parte de la negación a la enfermedad, el obeso busca ayuda más por presión social que por deseo propio

Es un comportamiento muy usual en el obeso es el pedir que en su plan nutricional estén los alimentos que usualmente comen

Un obeso gasta muchísimo dinero en comida rápida y medicinas para la digestión y comorbilidades de la obesidad

Es importante asumir conciencia de enfermedad. Si no se hace pues sencillamente se continúa en ella

Es fundamental el apoyo familiar en el obeso. Si no se le ayuda, es sumamente difícil que este logre recuperar la salud

Hay que estar preparado a que el obeso busque muchas alternativas y en muchas fracase. No por eso debe dejar de ayudarse

En muchísimos casos, no solo el obeso niega su enfermedad sino que también sus familiares hacen lo mismo

 

 

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