Ayer dando una asesoría ella me contaba que su amante le había engañado, que ella pensaba que el amor existía entre ellos, y que era puro y transparente.
Ella casada, y el también.
Yo le dije que siendo ambos mentirosos, que vivían esa doble vida, acostandose entre ellos y luego con sus esposos, viviendo siempre a la sombra y de forma constante viviendo bajo el engaño (yo también he sido amante de alguien y se como es la vaina, así que no me pueden venir con cuentos), podían pensar en un amor «puro y transparente». Ella me insistía en que si se podía, y que ellos no eran malas personas, solo que «el destino los unió, y además todo el mundo dice mentiras y oculta cosas». Le dije que no se podía amparar en la vida de los demás, que cada quien es responsable de lo que hace, y que en mi visión, tu no puedes pensar en ti como alguien «puro y transparente» cuando vienes de estar en el hotel con tu amante, llegas a casa, le haces cena a tu esposo, le das un beso en la boca, y le dices «te amo mi amor». Insistí en que si uno robaba un banco era ladrón, y no importa si eras Robin Hood, ladrón te quedabas.
Por cierto, se me olvidó decir en esta historia, que ella estaba muy deprimida porque el la había engañado en cuanto al amor, y la había dejado incluso, diciendo que ella era la culpable. Es decir, el propio bicho de una uña pues.
Moraleja? Asume tus sombras, no te creas una niña pura, virgen y casta, cuando andas siendo amante de alguien. Entiende que tienes tus sombras y entiende que también tienes aspectos bastante oscuros en tu personalidad. No es cuestión de que te juzgues sino de que te observes y vayas asumiendo que no eres tan buena persona como crees, pero tampoco tan mala. Y el otro también.
Pero bueno, imagino que uds ya leyeron bastante sobre eso en mi libro #AVecesCupido, que por cierto ya va para su sexta edición. El libro de autor venezolano más vendido en los últimos años. Mil gracias por eso mi gente, gracias por leerme.