CUANDO SENTIMOS QUE NOS CONOCEMOS DE SIEMPRE

Una de las acciones mas misteriosas de las relaciones de pareja es cuando dos personas se ven por primera vez, intercambian un gesto y se sabe a ciencia cierta que uno conoce todo de esa persona, que no hay nada oculto y que sin duda la atracción es inmediata. Pareciera cosas de “creados en el cielo” pero sin duda que es real, nos ha sucedido a casi todo el mundo y nunca tenemos una explicación realista a este fenómeno.

Solo fracciones de segundo se necesitan para saber que esa persona que acabamos de mirar es la persona que mas temprano que tarde va a moverte el piso sin posibilidad de que te escapes. Es una sensación directa de comodidad, confort, confianza y sobre todo puntos en común que se tiene con esa persona a la que uno en su vida ha visto ni siquiera una hora en total. Unos lo llaman amor a primera vista, yo prefiero llamarlo conciencia a primera vista, ya que es una especie de conciencia que uno tiene, al ver a la persona en cuestión, de que sin duda alguna, es alguien que uno conoce.

Cuando uno empieza a hablar con esa persona, empiezan los puntos en común. Nos gusta el cine, nos gusta el mismo cantante, la misma fragancia, el mismo estilo, las similitudes abundan y las disonancias son apenas aderezos que colocan la situación mucho más emocionante. A medida que pasa el tiempo, uno se va dando cuenta que solo se mira en un espejo y que el “amate a ti mismo” se convierte en realidad pero amando al otro que se tiene en frente. Es un momento de alegría saber las coincidencias y sobre todo de maravilla cuando se sabe que uno es bien recibido sin necesidad de hablar mucho, ni hacer mucho. De alguna inexplicable forma, sin conocerse se conocen, se saben, se entienden, se comprenden.

No necesariamente esas relaciones que empiezan así terminan exitosas, pero no conozco a nadie que no haya sentido que ese inicio es un éxito. Es una aventura esplendorosa es saberse conocido y conocer sin esfuerzo, es como una especie de reafirmación de que amar no es tan difícil ni tan doloroso. Ese momento en que nos damos cuenta que sin conocernos nos conocemos, es la alegoría a la felicidad a la que los poetas siempre hacen referencia. Esa sensación mágica de que sin historia ya tenemos una solo podemos explicárnosla pensando que nos “conocimos de otras vidas”. No se si eso será verdad, pero estoy seguro que si existiesen otras vidas a esa persona la debí conocer en alguna de ellas. Todos los que hemos vivido esa experiencia sabemos siempre de que estamos hablando.

Hay gente que dice que no cree en el amor a primera vista, quizás yo soy uno de esos, pero mientras reflexiono sobre esto, al final no importa si es amor o no, si se convierte en amor al tiempo o no, lo importante es esa sensación de sentirse vivo, con pasión que corre por las venas y saber que apenas en un instante de miradas furtivas pero significantes, existe otra persona que también esta pensando de la misma forma que tu. Ese momento bien vale el universo.

AL MOMENTO DE SEPARARNOS

LA SEPARACIÓN, EL DUELO.

Eventualmente en algún momento de nuestras vidas, tendremos que separarnos de algún ser querido. Momento dramático para cualquiera que lo viva. Separarse implica perder algo de si mismo con aquel que se va. Separarse nunca es fácil.
En el campo de las relaciones sentimentales, siempre he pesando en que es mejor una buena separación a una mala unión, pero también soy del criterio que antes de separarse uno debe agotar todos los recursos posibles. En el campo de la vida y de la muerte, la separación no tiene negociación. La persona se fue y ya. Tenemos que sobrevivir a la soledad que esto nos implica. En el campo de las relaciones familiares, las separaciones tampoco son fáciles; los hijos que se casan, que van a estudiar lejos, las mudanzas, todo implica procesos difíciles que cada uno, en función de sus recursos emocionales, supera mejor y mas rápido que otros. Lo cierto, es que somos contrarios a la desunión.
Cuando sobreviene la separación, el sentimiento de vacío nos embarga, observamos al mundo incompleto, los pensamientos nos traicionan y pensamos mucho más en lo separado que inclusive cuando estábamos unidos. Tratamos de olvidar, pero mientras más lo intentamos mas recordamos. La fuerza del olvido es proporcional a la fuerza permanente de estar recordando. El “Todo Pasa” se convierte en ley de vida, como esperanza de la cual nos agarramos para soportar el duelo, la perdida.
El primer paso para asumir la separación fundamentalmente es la negación: mecanismo de defensa de nuestra psique que atenúa la carga emocional y nos coloca en una posición de no asumir lo que nos pasa. Luego empezamos a negociar, lo cual implica en buscar explicaciones, razones, mirar en retrospectiva en base a lo que fue y no pudo ser. Se le llama negociación ya que señala una fase en que creemos que cambiando algo de nosotros podremos recuperar lo perdido o sentirnos mejor. Luego de esta fase sobreviene la rabia, la cual no invade como un rayo fulgurante que con sus truenos derrumba cualquier atisbo de felicidad que hayamos podido tener. La rabia es el sentimiento por excelencia al igual que la tristeza, que cuando sobreviene no podemos detenerla. Después de esta fase tempestuosa, sobreviene la depresión. Pasamos de la rabia a la tristeza, consideramos perdido algo nuestro, sentimos que el mundo es gris y nosotros no tenemos ningún color con que pintarlo. Lo perdido aparte de eso, también somos nosotros. En la depresión la vida se escapa un poco. Por ultimo sobreviene la aceptación, asumimos que ya no podremos recuperar lo perdido, lo separado, y empezamos a reconstruir nuestra vida. La esperanza vuelve a pintar nuestra existencia. No seremos los mismos, pero sin duda que la experiencia nos habrá fortalecido.
Separarse es un proceso que nos demuestra que somos una especie buena. Es la demostración de lo social que hay en nosotros. Si no fuese así, no nos dolería. Cuando lloramos lo perdido, nos reconciliamos con nuestra propia imperfectibilidad, nuestra intrascendencia. Perder o separarse de algo nos hace vulnerables y abandonamos la idea de que somos todopoderosos, para unirnos con nuestra propia esencia de que somos procesos sistémicos llamados personas. Separarse es siempre una mala noticia con un final basado en la esperanza.

VIVIR CON PASION

Un halito de respiración sirve para que se inicie el llanto que demuestra vida. El nacimiento suena a grito y la pasión a suspiro. Nacer implica dolor de quien pare, pero también implica la infinita posibilidad de ser feliz en el momento en que sales del vientre materno. La vida sin pasión es nacer sin respirar. Vivir sin pasión es morir sin haber vivido.
Vivir apasionadamente tiene que ser el lei motiv de nuestra existencia, salir a la calle con el único de anhelo de sobrevivir es el colmo de la ignonimia. Saber que existe una orquesta sin querer escucharla es violar estrepitosamente el elixir que nos da la razón de existir: la pasión. Considero que no se puede vivir sin pasión, constante clímax que hincha el corazón, expande los pulmones y tensa los músculos para vivir cada minuto implacable con sesenta segundos que merezcan haber sido vividos. Vivir apasionadamente es sentirte parte de algo, es saber que existes y que al morir al ver para atrás veras errores, claro, pero veras que valió la pena. Eso es vivir con pasión.
Es irresponsable anestesiarse a la vida, sufrir de forma crónica, perder la vida fumando una droga o bebiendo algo que te haga comportar como un imbecil. Que triste que necesitamos de sustancias externas para poder desinhibirnos, sentir, reír, hablar y socializar. Eso no es vivir con pasión, es vivir dormido en una letanía de procesos adormecidos que nos llevan solo a darnos cuenta que vivimos solo para darnos cuenta que estamos muertos pero no nos hemos dado cuenta. Vivir sin vivir es morir sin que nada valga la pena.

¿ASI VIVES?


Más que una vida, Yo lo llamaría realmente una caída a la rutina en solo 8 pasos y que la mayoria de las personas tenemos; simplemente nos levantamos, una taza de cafe, vemos nuestro correo, nos vamos al trabajo, regresamos del trabajo, vemos un poco la TV y nos lanzamos a la cama y eso es todos los dias.

HOMBRE PARTIDO EN DOS VUELVE A CAMINAR

El siguiente video muestra a un policía vietnamita que, tras ser victima de un accidente, yace cortado en dos en la carretera. El hombre pide que llamen a su familia para hablar con su mujer e hijos, pero cuando le preguntan por el numero de teléfono no responde. Una mujer le insta a orar para salvar su vida. El pide que llamen a los médicos y mas tarde dice: “Me muero aquí”. Se escuchan voces de transeúntes preguntando por la ambulancia y la policía.

Ver Video (por favor, absténgase gente sensible, es muy fuerte el video)

Al final, vemos lo que la voluntad humana y la ciencia pueden lograr.