CUANDO EL AMOR ES ENFERMIZO (PARTE 3)

Hace poco a raíz de los publicaciones aquí realizadas estuvimos conversando una amiga y yo en función de si existía el amor enfermizo o no, donde ella explicaba que al llamarse enfermizo no podía ser llamado amor. Yo particularmente no estoy de acuerdo con esa afirmación ya que muchos de los amores que actualmente en esta sociedad se plantean, están basados en un proceso natural de busqueda sensual y se alejan del verdadero compromiso que implica estar unidos.

En este sentido tenemos que establecer que el amor enfermizo existe, es el amor basado en la agresión, en la supremacía de la sexualidad por encima del compromiso, fundamentándose la necesidad de la pareja en alejarse del conflicto que resulta de estar sólo, sin adentrarse en el concepto de la unión con visos de pertenencia. Desde mi punto de vista es un mal social que viene a ser una consecuencia de la revolución sexual de los años 60, donde el hedonismo desmesurado comparado sólo con el libertinaje, da paso a una promiscuidad reprimida que sale a la luz en la forma de relaciones superficiales. Es importante resaltar que todo amor que anule la personalidad de uno o los miembros de la pareja puede ser considerado un amor enfermizo, cualquier relación basada en lucha de poderes donde existe un dominado y un dominante, también puede considerarse un amor enfermizo. En fin, todo amor que no este basado en la mutua comprensión, en la mutua aceptación, en el respeto por el otro, el buen trato, el cariño, la búsqueda mutua del placer y la comunicación franca puede considerarse un amor enfermizo.

Quizás el más enfermizo de todos los amores es aquel que está basado en la destrucción del otro, montándose sobre sus propias debilidades y ejerciendo una presión continua para que a través, de estructuras de personalidad pasivo-agresivo, uno de los miembros de la pareja termine anulándose asimismo y menoscabando su propia personalidad (todas las relaciones donde existe violencia ya sea física o verbal). De esto en Latinoamérica y en Europa específicamente España e Italia existe toda una epidemia. La violencia hacia la mujer es el pan nuestro de cada día en los lugares donde el macho dominante somete a la hembra sumisa. En este sentido veo un nuevo prototipo de violencia en la actualidad: el hombre agresivo y la mujer que recurre a la indiferencia para no asumir que es víctima de agresión. El miedo a la soledad, que no es otro que el miedo a la autogestión, es superior al miedo al dolor físico y emocional.

No me es indiferente que un porcentaje importante de las personas que visitan mi consulta, cuando habló del amor verdadero, del amor recíproco, comprensivo, risueño, placentero, generalmente hacen la misma aseveración: «¿es que realmente ese amor existe?» Y es allí donde yo me doy cuenta de que la capacidad de amar y ser amado está siendo menoscabada por amores enfermizos. ¡Claro que existe! Está a la vuelta de la esquina, el asunto es encontrar la esquina, y para hacerlo tienes que estar preparado o preparada para desplazarte, es decir, cambiar los paradigmas y asumir que tienes el derecho inalienable de amar y ser amado a plenitud.

Para la última parte de esta serie, que continuará mañana, plantearé las posibles soluciones a los conflictos existentes, asimismo, las señales de alarma que nos deben hacer huir de relaciones que al final nos van a producir un dolor intenso.

CUANDO EL AMOR ES ENFERMIZO (PARTE 2)

Dentro de los elementos mas perniciosos que atacan duramente la realidad de una pareja se encuentra el deseo de cambiar al otro.

Cuando iniciamos una relación el otro nos parece perfecto, magnifico, maravilloso, lo mejor que nos ha podido pasar en la vida, el destino nos lo puso en el camino y pare usted de contar todas las cosas de las que somos capaces de decir cuando amamos tempranamente a alguien. Con el tiempo el juego de poderes empiezan a erogar los dividendos de una relación bien estructurada. Empezamos a comparar, a mirar como fue en el pasado con anteriores parejas y vemos como es la actual; iniciamos un camino en retrospectiva mirando las cosas que la pareja actual no tiene, lo que le falta, lo que no nos complace y en ese justo momento metemos la pata de la forma mas profunda posible, le decimos: “mi amor…cambia, no me gusta como eres”

En ese justo momento en función de los roles de dominante y dominado empezamos a convertirnos en algo que no somos, iniciamos el camino de crear una personalidad que no es la nuestra y al final del camino, nos perdemos en un teatro mal elaborado de represiones, actuaciones, clichés y formas estereotipadas de relacionarnos que en nada recuerda lo que éramos antes.

No debemos confundir esto con la normal negociación que debe existir en la pareja para que las cosas funcionen dentro de ella. Estoy haciendo referencia a los cambios que nos pedimos derivados de transformar nuestros gustos, reacciones, estilo de comunicación, forma de trato, etc. Hablo no de cambios en función de objetivos de pareja, si no de perdernos en un juego de complacer al otro para que no nos deje.

Una vez conocí un par de amigos (no pacientes míos) que cuando se conocieron no se podía hablar con ellos por que se la pasaban besándose todo el tiempo. No tenían reparo alguno en demostrar su amor libremente. Eran muy divertidos en verdad y sobre todo se veían muy enamorados. Años después, los vi en una fiesta, estaban separados, sin tocarse y cuando se hablaban apenas se miraban a los ojos. Como soy una persona muy dada a hablar, me acerque a ellos y los salude, iniciamos una conversación muy amena, y ellos seguían sin tener contacto entre ellos y yo sin reparo les pregunté que les había pasado que ya no eran tan cariñosos como antes, ellos me miraron sorprendidos y casi al mismo tiempo me respondieron que en publico eso no era bien visto, además “el” se había convertido en una persona importante y esos espectáculos no eran apropiados, eso me dijo “ella”. Hace poco me encontré con “el” y lamento decirlo, se había separado.

Dejar de ser uno mismo para ser de forma que complazca al otro es el colmo de la negación del amor. Una persona que le pide a otra que sea diferente a como la conoció, que la critique sin compasión, que la compare con el pasado o con otra relación, es sin duda alguna alguien que esta cavando su propia fosa de soledad. Si amamos, debemos amar con la total integridad que conforma al otro. Amarnos significa que aceptamos quienes somos y quien es el otro, y cuando por alguna razón las cosas cambian, pues la negociación siempre ayuda a resolver los asuntos problemáticos, pero de allí a exigirnos que seamos diferentes a como somos en realidad, es un trecho largo, y sobre todo…muy patológico.

Continuará en el post de mañana

CUANDO EL AMOR ES ENFERMIZO (PARTE 1)

Una de las cosas asombrosas de ser psicólogo es que uno se prepara durante 5 años, mas todos los cursos, congresos, talleres, y pare contar para aprender a diagnosticar problemas trastornos de personalidad, trastornos sexuales y mentales. Luego que ya sabes diagnosticar, entonces te preparan para realizar psicoterapia, sobre todo haciendo énfasis en todo lo relacionado a un buen levantamiento de la condición mental, psicopatológica y fundamentalmente enfermiza de un individuo, para así con técnicas muy bien formadas y estructuradas ayudarlo a recobrar su salud mental. El problema es que a la consulta (por lo menos la mia) el 95% de los pacientes van sanos mentalmente, sin patologías graves, pero todos, absolutamente todos, con problemas relacionados al amor de pareja. Resulta que la preparación del psicólogo en ese sentido, es adicional. Después tocaré el tema de los pensum obsoletos de las universidades. Ahora veamos un poco este asunto del problema amoroso.

Existen cuatro situaciones claves dentro del problema de la relación de pareja: la comunicación, la sexualidad, la dependencia y la infidelidad.

Comunicación: la pareja típica es un “si mi amor” sobre todo cuando comienzan la relación. Todo lo que dice el otro es inteligente, maravilloso, madurísimo, comprensivo y raya en lo genial. Con el transcurso del tiempo, esta comunicación es atacada por el flagelo de la represión, es decir, la pareja deja de decir lo que siente por que ya sea al otro “le va a doler” o “no creo que me comprenda”. Este juego de silencios convierte la comunicación en un murmullo tácito que solo conduce a la incomprensión. Dejar de hablarnos es casi como dejar de amarnos. Al final el otro “lo que quiere es tener la razón”, “no me comprende”, “no se le puede hablar” y todo termina en la desesperanza.

La sexualidad: cuando iniciamos una relación la fuente de placer es el placer del otro. En este sentido los miembros de la pareja no se ocupan en recibir placer, sino en darlo. El orgasmo más placentero se logra junto con el orgasmo del otro. Esa pareciera ser la filosofía practica de las primeras relaciones con el ser que uno ama. Con el tiempo, la rutina hace entrada en la relación y empiezan los problemas. Ya no es tan importante el placer del otro sino el placer mio. Ya los miembros de la pareja se preocupan mas por que no son capaces de sentir y otorgarle la culpa al otro de que eso sea así. Lo cierto es que al final del camino, la sexualidad se convierte en una fuente de drama y no de entrega.

La dependencia: flagelo espantoso de toda relación. “no puedo vivir sin ti”, “sin ti no soy nada”, “no me dejes si no me mato”, “nadie te querrá como yo” son frases comunes en una relación dependiente. El problema reside en que eso no es amor, es solo el complejo interior basado en tus propios trastornos que no permiten vivir en soledad auto otorgada. Muchas parejas he visto que se hunden en relaciones solo para salir de otras anteriores solo por que no pueden estar solos. Le es imposible ser autónomos a los dependientes. He mirado con horror como personas sanas se involucran con personas realmente enfermas de dependencia y terminan trastornándose en el nombre del amor. La dependencia es enemiga del amor. No poder separarse de alguien solo por que no se puede estar solo, desde mi punto de vista es síntoma de peligro inminente. Debería haber una vacuna contra los dependientes, pero no la hay. Solo alarmas que pueden sonar cuando estos se acercan. Hablaremos de eso en la segunda parte.

La infidelidad: es un tema recurrente. La infidelidad es un síntoma de problemas sociales. Existen consideraciones sociológicas y antropológicas que sostienen que los seres humanos no podemos ser fieles, de hecho, la teoría evolucionista sostiene que esto es improbable (la fidelidad) ya que siempre la especie busca el mejor individuo para reproducirse, pero de la misma forma existen teorías éticas, morales e inclusive religiosas que tratan el asunto de la infidelidad como una lacra social. Mi consideración personal es que la infidelidad tiene múltiples causas: sexuales (en primer orden), derivados de complejos y carencia de amor. No necesariamente para ser infiel se necesitan todas las enumeradas anteriormente, con una de ellas es suficiente para considerar la infidelidad. Lo cierto es que esto causa graves perturbaciones dentro de la pareja y es una de las mayores causas de ruptura en las mismas.

Seguirá en el post de mañana

AMORES DE LEJOS

los amores de lejos son amores basados en la identificación. En este sentido debemos tener claro el termino: nos identificamos con lo que pensamos sobre el otro. Nos enamoramos de lo que creemos es el objeto de nuestro amor. Es obvio que al estar lejos no podemos conocer a la persona que amamos. En otras palabras, nos podemos imaginar un limón, salivar, darnos muchas ganas de una limonada y saborearla internamente, pero el limón solo esta en nuestra imaginación. El cerebro no distingue lo que es real o no. Eso es un hecho. Cuando amamos a alguien que se encuentra lejos, amamos la idea que tenemos de el, no necesariamente la realidad.

Aparte que cuando uno se enamora de alguien que se encuentra lejos de uno, al verse, la pasión, el deseo, las ganas reprimidas por la distancia de estar juntos, hacen que los detalles personales que pudieran necesitar ser negociados en una relación, pasen a segundo plano. En este sentido, estar enamorado de alguien lejos de uno es estar permanentemente en un estado de éxtasis y apasionamiento que es muy placentero. Pero también muy superficial. No es casualidad que las parejas que viven lejos, al unirse y empezar a vivir juntos, se separan. Se acaba el idilio que inicia con cualquier inicio de relación, y al tener que convivir juntos se dan cuenta que después de los besos, los te amaré para siempre, el sexo lleno de lujuria de quien tiene tiempo que no esta con el objeto del deseo, da paso a la necesidad de tomar en cuentas los verdaderos aspectos profundos de la personalidad de cada quien.

¿Prosperan los amores de lejos? Depende. Si las personas logran conocerse bien, negocian sus aspectos personales, son capaces de vivir menos en la pasión o el idilio de cada reencuentro y mas en la necesidad de conocerse en profundidad, lo mas probable es que ese amor prospere, pero si en cambio, cada visita se va en besarse, pasear, ir a hacer el amor, divertirse y vivir cada momento como si fuera el ultimo, será maravillosa esa relación, sin duda alguna….hasta que les toca convivir juntos y darse cuenta de la realidad de las relaciones.

NOS ESTAMOS DIVORCIANDO

Caso típico y generalmente aceptado: conoces a una persona y lo primero que miras es si esta “bueno” o no, una vez que pasa la prueba viene el “escaneo” de la personalidad, después de este nivel y si el candidato es aceptado entonces sobreviene el proceso de conocerse y hacerse “amigos”. En esa etapa cada uno da sus mejores características y tratan por todo los medios posibles de comportarse de la mejor forma. Pasado un tiempo esa amistad cambia de status una vez que sobreviene el primer beso íntimo. Ahora son novios, pasan algún tiempo juntos, en ese proceso previo a llegar al sexo.

Dos o tres meses (promedio) llegan a la cama, se entregan mutuamente y entonces viene el proceso de saberse el uno para el otro. En este lapso de tiempo los lazos se han compenetrado, la confianza se ha puesto a prueba y los “te amo” forman parte de la relación. El miedo a que te dejen, a quedarte en soledad o que te traicionen, cobra fuerza a medida que se sienten enamorados. Si las cosas van bien, no descubres nada fundamentalmente malo en ese individuo y llega la consabida “petición de mano” al año y medio, dos, de haber iniciado tu relación. A los seis meses de la propuesta te casas y a los dos años tienes tu primer hijo. En el transcurso de tres a cuatro años tienes carro y casa propia y la vida en común cobra fuerza y sistema propio. La fidelidad, la compresión, la estabilidad, y muchas cosas inherentes a lo que culturalmente se conoce como la “forma de amar aceptada”, forma parte de la vida de ambos, hasta que sobreviene la mil y una causas por lo cual las parejas se están divorciando hoy en día.

Ahora bien, ¿Qué pasa con la sociedad que los matrimonios no están funcionando?, ¿Por qué mas del 90% de las consultas que un psicólogo recibe en su vida profesional tienen que ver con el amor y los problemas derivados del mismo?, ¿Por qué las estadísticas van señalando que la gente se divorcia mucho mas de lo que se casa?, ¿Qué pasa que las infidelidades ahora no son la causa mas común del divorcio y por el contrario ahora pareciera que es la norma dentro de los mismos?, ¿Por qué las personas no están aguantando los problemas derivados del matrimonio y ante la primera discusión optan por cada quien tomar su camino?, ¿Qué pasa que las mujeres profesionales, exitosas, inteligentes, prosperas, sexualmente dominantes son el targuet de mujeres con mayor índice de soledad en la sociedad?, ¿Por qué el intercambio de pareja, los tríos, las orgías, el uso del porno, la flexibilidad hacia la infidelidad, la libertad sexual y la carencia de valores antiguos esta formando parte integral de las parejas en la actualidad?

Todas preguntas a las que fundamentalmente sugiero una respuesta: las personas en la actualidad están amando sin ningún tipo de límites y transgrediendo cualquier tipo de fronteras. La individualidad esta ganándole la carrera a la dependencia. Las parejas hoy en día les interesan más la felicidad, la armonía, el placer y el hedonismo, ya no les interesa el asunto de “acompañados en la pobreza y la enfermedad”. Sin duda alguna las personas se están interesando más en pasarla bien que en pasarla comprometidos. Hoy en día no interesa lo correcto si no lo placentero, de allí que las crisis sobrevienen básicamente en parejas del siglo 21 con pensamiento del siglo 20. No se si esto es bueno o no, ni idea de cuales son las consecuencias para la sociedad, pero lo que si se, es que las parejas actualmente exitosas tienen que ver con la flexibilidad, el cambio de valores y la aceptación al cambio.

Las parejas que aun consideran que la mujer para la casa y el hombre para la calle, que el hombre manda y la mujer obedece, que el hombre es normal que monte “cachos” y la mujer es virgen y santa madre, que la sexualidad es un tabú y mejor no hablar de ella, que el amor es para siempre y que nada ni nadie nos podrá separar…esas parejas….se están divorciando.

LA INCERTIDUMBRE EN EL AMOR

Una de los conceptos mas temidos por la mayoría de las personas a quienes entrevisto diariamente tiene que ver con la incertidumbre. Las nuevas experiencias, las ideas innovadoras y los conceptos revolucionarios son generalmente rechazados de plano por aquellos que son adictos a la comodidad, es decir casi todos nosotros. La ansiedad que da el no saber que pasará es en verdad un limitante profundo para poder vivir plenamente. Queremos lo seguro, lo estable y que no presente sorpresas. El problema es que en esto que llamamos vida, todo cambia.

Dentro de los procesos humanos los cambios son la única constante. En el campo de la ciencia que es donde mejor me desenvuelvo esta es una realidad inapelable, todo aquello que hoy es conocimiento verdadero, mañana puede ser una teoría obsoleta que nada tiene que ver con las nuevas realidades descubiertas. El dilema sin duda alguna esta en que en el campo de los sentimientos esto también es una verdad. Todo cambia. Hoy nos enamoramos de una persona y con el tiempo ese amor apasionado, ruidoso, sinfónico y sexual se va transformando en una rutina inaplazable de compromisos de vida que nos lleva a vivir dentro del marco de lo establecido. Una amante se diferencia de una esposa solo en el tiempo de convivencia. En el amor, todo cambia y eso es un problema realmente grande a nivel de la sociedad.

Hemos instaurado instituciones que protegen las uniones, pero también hemos creado aquellas que las disuelven, lo que viene a demostrar que no existe en este planeta nada seguro dentro del contexto de los sentimientos. A pesar de estas reflexiones que presumo tienen una base verdadera, lo que también escucho ante la incertidumbre son frases como “sin ti no puedo vivir”, “si te vas me mato”, “maltrátame pero no me dejes”, los cuales son duros ejemplos de cómo la dignidad humana se puede convertir en un estropajo de humillaciones cuando no queremos internalizar que muchas veces el amor cambia, y ese cambio tiene que ver con las perdidas o rupturas.

Por otro lado, solo aquellos que se atreven a descubrir territorios desconocidos son los que generalmente se adaptan mejor a la realidad. Las personas que no temen los cambios si no que más bien se adaptan a los mismos, hacen prueba de la teoría de que la evolución de las especies tiene que ver con la adaptación. En el amor, aquellas personas que a pesar de los cambios descubren como adaptarse a los nuevos tiempos, a las personalidades de sus parejas y a sus relieves conductuales, sin temor a equivocarme, son las uniones exitosas de hoy día. Bien sabe aquella persona que ha tenido experiencias amorosas dolorosas en su vida: si lo intentas atrapar mas se te va a escapar. Nadie se queda al lado de un amor opresivo o demandante, los seres humanos somos seres libres pero a su vez sociales, si aprendemos a adaptarnos, si nos juntamos de lado a como van los tiempos y tenemos la suficiente autoestima para soportar los embates de los cambios sentimentales, si se trata del amor, este será exitoso.