Siempre es bueno dejar la hipocresía al lado. Hombres y mujeres no somos iguales, tampoco tenemos igualdad de condiciones biológicas, físicas o emocionales. Somos bastantes diferentes y esas diferencias nos hacen débiles o fuertes dependiendo del caso. Ahora bien, dónde si debemos tener una absoluta igualdad? En los derechos. Allí si, y en ese aspecto la sociedad ha sido injusta con las mujeres, lo que aunque ha cambiado, aún falta, y de paso con la incursión del feminismo fanático (que nada tiene que ver con el feminismo real y su movimiento político y social), ahora esa igualdad tampoco sucede hacia los hombres, ya que en ese feminismo del que hablo, no existe igualdad sino que se menosprecia al hombre y se ensalza de forma desmesurada la figura femenina. Así que si queremos igualdad de derechos debemos entender que la base inicia en que somos diferentes, tenemos potenciales diferentes y capacidades diferentes también. La sociedad debe profundizar en erradicar la injusticia hacia las mujeres, y las fanáticas «feminazis» deben desistir de creerse la última coca cola del desierto y creer que los hombres no somos necesarios o válidos de existir.
NO SOMOS IGUALES
Publicado por Psic. Alberto Barradas
Psicólogo con mención en clínica que un día se montó en su moto, se hizo varios tatuajes, vendió el diván, se olvidó de que se había graduado cum laude y empezó a difundir reflexiones muy personales sobre la vida, llevando un mensaje con el que la mayoría se pudiera identificar y verse reflejado. Hoy convertido en fundador y director ejecutivo de Psicovivir Internacional, la más importante red de psicólogos online de América Latina, sigue marcando pauta en psicoterapia, a través de lo que él mismo llama: la rebelión de la psicología. Como escritor y conferencista, lleva sus reflexiones a millones de personas a través de sus redes sociales y sus giras internacionales. Con un lenguaje cotidiano, lleno de humor y, a veces, sarcasmo, intenta ayudar a mejorar la salud emocional de quien así lo desee. Radicado en Santiago, Chile. Ver todas las entradas de Psic. Alberto Barradas