
Siempre es bueno dejar la hipocresía al lado. Hombres y mujeres no somos iguales, tampoco tenemos igualdad de condiciones biológicas, físicas o emocionales. Somos bastantes diferentes y esas diferencias nos hacen débiles o fuertes dependiendo del caso. Ahora bien, dónde si debemos tener una absoluta igualdad? En los derechos. Allí si, y en ese aspecto la sociedad ha sido injusta con las mujeres, lo que aunque ha cambiado, aún falta, y de paso con la incursión del feminismo fanático (que nada tiene que ver con el feminismo real y su movimiento político y social), ahora esa igualdad tampoco sucede hacia los hombres, ya que en ese feminismo del que hablo, no existe igualdad sino que se menosprecia al hombre y se ensalza de forma desmesurada la figura femenina. Así que si queremos igualdad de derechos debemos entender que la base inicia en que somos diferentes, tenemos potenciales diferentes y capacidades diferentes también. La sociedad debe profundizar en erradicar la injusticia hacia las mujeres, y las fanáticas «feminazis» deben desistir de creerse la última coca cola del desierto y creer que los hombres no somos necesarios o válidos de existir.