Hace poco reflexionaba sobre la euforia que da el amor pasional, pero se me perdió en tanta palabrería lo que se siente cuando un beso dado de forma amorosa hace que los sentidos se abran y uno se crea el tipo más grande de la comarca. ¿Quién no ha sentido hasta sus entrañas ese beso lleno de amor y que hace que se ericen los vellos de la piel? Yo si y es espectacular. El mundo se pierde, el tiempo pasa volando, el deseo de más impera sobre la razón de que si se sigue la boca empezará a doler. No se quien inventó el beso, pero quien lo hizo merece un premio. No hay nada mas divino, sexual, tierno y amoroso que un beso dado con amor. Lleno de todo, lleno de la conjunción de humedad, carne, y compenetración que todos los que hemos dado un beso sentimos.

Ese beso lleno de labio, mordisco y pasión es el preludio de lo que viene, es la primera humedad de la carne que solo lleva en si la antesala de lo que luego va a acontecer.

Ahora bien, que terrible es cuando no besamos o cuando no sucumbimos a la pasión de ese beso que acabo de describir. Es como si la vida no tuviera sentido si ese beso no se presenta. Es como si la poesía se acabara, como si las letras solo fueran cerebro y el corazón solo supiera de conceptos y nada mas.

No me da sino compasión las personas que viven sin ese beso del cual hablo, es desalentador cuando no tenemos donde perdernos en la vía esplendorosa de un beso. Ese beso furtivo, escondido, sesgado y algo pecaminoso, ese beso que vale la pena darlo no puede ser prohibido para nosotros. Es imperativo que cambiemos las balas por lo besos, los gritos por los besos, los insultos por los besos. La vida es suficientemente dura como para pasarla secos de un beso que ahuyente las soledades. Debemos ser valientes y decirle a esa persona que queremos “quiero besarte” por que solo los valientes besan con amor. Si tienes a alguien cerca, lo quieres, lo amas y te da permiso, dale un beso, no hay forma que no le guste.