Antes de dar el paso de tener pareja, haz esto…

Cuando se trata de tener pareja, las primeras preguntas que debemos hacernos a nosotros mismos son estas…

¿Soy el tipo de persona que escogería como pareja?

¿Confiaría en alguien como yo para entablar una relación?

¿Estoy dispuesto a producirle felicidad a mi pareja?

Y este punto de la felicidad es fundamental. ¿Por qué? Porque si nos unimos a alguien es para ser felices. ¿De acuerdo?

Estoy convencido de que cuando entendemos que nosotros somos totalmente incapaces de hacer sentir felicidad al otro, o que el otro es incapaz de sentirse satisfecho, llegó el momento de decir «esto se acabó».

Si tienes tejas rodadas, rollos existenciales o heridas del pasado producto de relaciones infelices que te hacen cuesta arriba confiar para establecer una nueva relación, llegó el momento de buscar ayuda, de trabajar en ti, porque definitivamente no podemos esperar de nadie aquello que no somos capaces de dar. Y al amor, sin duda alguna, siempre es bueno darle otra oportunidad.

Sepa.


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Muchas veces aman la mentira que mostramos ser

Amar y no mostrarse a sí mismo es uno de los problemas principales, sobre todo porque cuando no somos nosotros mismos, de alguna u otra forma, las personas que nos aman, amarán la mentira que estamos diciendo ser.

Indudablemente es una paradoja, porque en la medida en que somos nosotros mismos, vamos a tener rechazo de los demás, vamos a tener personas que no nos quieren, o incluso, las personas que nos aman, pudieran dejar de amarnos al ver cuáles son nuestras características verdaderas.

En consecuencia, tenemos miedo de mostrarnos, de ser, de permanecer en nuestra propia personalidad, porque fundamentalmente tenemos temor a que nos dejen de amar.

Entonces, justamente por querer que nos amen, empezamos a mentir acerca de nosotros mismos, y en la medida en que pasa el tiempo, entonces aman una mentira y no la verdad.

¿Cómo podemos solucionar este asunto?

En la medida en que nosotros nos presentamos como realmente somos, las personas tendrán tres caminos fundamentales que escoger.

Uno tiene que ver con que nos acepten. Algunas personas siempre van a aceptar nuestras características.

Otra es que nos rechacen. Algunas personas se negarán a estar a nuestro lado, por el hecho de como nos estamos presentando.

Y en tercer lugar, no nos pararán. Las personas serán indiferentes porque, sencillamente, no les interesamos.

En consecuencia, la solución es quedarse con aquellas personas que te aceptan tal cual eres. ¿Que eso no es una garantía para el amor? ¡Es cierto! No lo es.

Pero también es verdad que en la medida en que te muestres a ti mismo, en esa misma medida te van a amar como tú eres, y nunca las vas a defraudar, nunca se van a decepcionar y siempre sabrán qué esperar de ti, porque tú permanentemente estarás mostrándote como realmente eres.

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La decisión de perdonar o no una infidelidad

La infidelidad es una herida que duele y no cicatriza absolutamente. Eso significa que aquello de pensar que vas a ser infiel y la otra persona te va a perdonar, tipo borrón y cuenta nueva, eso no va a suceder. Olvídate de eso.

Perdonar una infidelidad pasa por varios procesos, que van desde la perdida y restitución de la confianza, hasta lidiar con sentimientos tan fuertes como el odio, el amor, la autoestima.

No todos perdonan una infidelidad y eso hay que tenerlo presente, y no sólo eso, sino que muchas veces se perdona rápido y luego la persona no sabe lidiar con los otros sentimientos, y termina arrepintiéndose de haber perdonado. Es eso que muchos conocen como ir hacia adelante y luego hacia atrás, incluso muchas veces.

Así que el proceso del perdón de una infidelidad no pasa por empezar de cero, sino por empezar con útiles gastados y tiempo transcurrido. No se puede pretender pasar por este trance de manera fácil y rápida. Es imposible, e intentar hacerlo es un error importante.

Así que tómense su tiempo, procesen sus duelos, y permítanse sentir. No se apuren en esto del perdón, y vean si son capaces de hacerlo o no, y luego, en caso de perdonar, entender que jamás es borrón y cuenta nueva.

¿Qué puede hacer?

Acompañar su decisión de perdonar, con ayuda psicológica. ¿Por qué? Porque la va a necesitar para que ese perdón no se convierta en un drama insufrible en el que finalmente usted se quede sin ese amor al que decidió darle una segunda oportunidad.

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En pareja, solo el amor no basta

La experiencia me lo ha enseñado: puede haber mucho amor, pero si las condiciones no están dadas, terminan con el tiempo, y otros que apenas eran un juego, dadas las condiciones, se hacen infinitos.

Entonces ¿el amor depende del contexto en qué se da? No tengo duda de eso.

El amor, así como la personalidad, se forma en las contingencias, vivencias, experiencias, ambiente y cultura. No basta el sentimiento solamente, se necesitan muchos factores para que un amor dure en el tiempo. Entendiendo eso siempre es buena idea saber que el amor no tiene garantías.

Quizás mi visión es un poco densa o pesimista, pero yo la siento más bien realista.

He visto demasiadas parejas separándose a pesar de amarse. He visto mucho dolor en nombre del amor. En consecuencia pienso que si uno quiere el amor perdure, se tiene que buscar en sitios emocionales donde florezca. Si hay demasiada distancia emocional en cómo se asume el amor, no va a funcionar.

Se necesita siempre que la pareja tenga una visión parecida en cuanto al amor, su ejercicio y el objetivo que quiere darle. Con esos ingredientes no es que haya garantía, pero al menos hay mejor promedio, hay más posibilidad, hay más esperanza.

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Es peligroso creer que eres más inteligente que los demás.

Con más de 50 años de vida he aprendido claramente a diferenciar las verdades que acepto y las mentiras que soy capaz de digerir para mantener la fiesta en paz, pero también me he dado cuenta que muchas veces creer que eres más inteligente que el otro o que puedes engañar a alguien fácilmente, es una apuesta difícil de ganar.

Siempre habrá alguien más inteligente y con más capacidad que tú, y no sólo eso, siempre habrá quien se haga el tonto para hacerte creer que eres tú quien lleva la voz cantante, cuando en realidad «te están esperando en la bajaíta».

Sepa.


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Inteligencia: el arte de dar la espalda a lo que te daña

Una vez estuve conversando con alguien que me decía que le era sumamente difícil salir de una relación tóxica.

Mi respuesta fue «es que eres poco inteligente».

Ella se sorprendió de mi respuesta.

No sabía si la había insultado o le estaba dando la clave de la solución de sus problemas.

Le expliqué que la inteligencia es la capacidad de resolver problemas y que su relación era tóxica, en consecuencia, era un problema.

Ella me preguntó cómo podía hacer eso y yo le dije que la base fundamental de su incapacidad era el no reconocer que estaba al lado de una relación tóxica.

El cambio empieza por asumir que estás en medio de algo que no puedes solucionar, y cuando te des cuenta que eso es así, no me vas a preguntar el cómo salir de allí.

Lo harás y ya, le dije.

Mientras pienses que hay salida, que tiene solución, que seguramente hay esperanzas, etc, entonces no estás reconociendo que la relación te tiene llena de dolor y daño. Mientras no lo reconozcas, seguirás allí.

Lo reconoció y fue inteligente.

Se fue.

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