
A principios 2020 aún no había cuarentena en Santiago de Chile pero el Covid_19 ya andaba causando daños. Yo decidí autorecluirme debido a que mi salud nunca ha sido la mejor del mundo, y encima mis padres pertenecen a la tercera edad. Tenía que cuidarme, cuidar a mi esposa y mis padres.
Luego impusieron la cuarentena y seguí recluido. A las semanas la levantaron y pude volver a salir durante dos semanas. El virus recrudecido hizo que nos encerraran a todos. En total, con excepción de esas semanas de libertad, tengo 4 meses recluido en mi casa y esto continúa.
He salido unas pocas veces al mercado, y en estos días cayó nieve en la zona donde vivo y salí a disfrutar un poco de ella.
He pasado por todos los espacios emocionales. He estado reflexivo, ansioso, deprimido, aburrido, mal humor y cansado. He engordado 10 kilos, y en estos momentos ando muy poco sociable y más metido en mi mismo y mis cosas.
He aprendido muchísimo sobre la libertad. También he aprendido sobre la vulnerabilidad de la vida, lo que es importante y lo que no, lo que quiero vivir después de salir de esto y también he aprendido sobre aquello que no quiero vivir. He tomado decisiones, he escogido caminos y estoy diseñando mi vida con base a un día a la vez. Esta pandemia me enseñó eso. Un día a la vez.
Antes prácticamente nada impedía mi libertad de pensamiento, hoy prácticamente todo me impide mi libertad de acción. Tuve que aprender sobre esa dicotomia y también entender sobre las limitaciones que se tienen que vivir. Creo que esta pandemia me volvió más espiritual pero a su vez más pragmático. Ya poco me interesa cumplir expectativas y planes a futuro. Ya no sueño, ahora vivo. Convertí mis grandes planes en deseos realizables, cortoplacistas y factibles. Me di cuenta que el futuro es solo una fantasía.
Mi familia y yo hemos sobrevivido hasta ahora la pandemia. Nuestra vida cambió sin duda alguna. Esperamos seguir sobreviviendo a ella, pero si algo me queda muy claro, es que al menos nosotros, ya no seremos los mismos. Seremos más libres, con más visión del corto plazo, y con una tendencia mucho más clara a disfrutar cada momento que se vive.