Cambio de imagen y emociones

Cuando elegimos cambiar nuestra vida muchas veces empezamos por nuestro aspecto. Pero no caigas en la trampa de creer que solo cambiando tu aspecto, tu vida habrá cambiado automáticamente. Hablemos sobre los cambios de imagen y también sobre nuestras emociones.

Hace algún tiempo estuve hablando con alguien que estaba sumamente deprimida.

Tenía una melena rubia hermosa y cuidada, muy bella realmente. Un día de forma intempestiva se cortó el pelo casi al ras y me dijo que lo hizo para hacer un cambio en su vida.

Le pregunté si lo había logrado y ella me dijo que no, que solo fue una sensación momentánea pero que su tristeza y melancolía continuaban. Exploramos sus emociones, vimos las cosas que la afectaban y los pensamientos al respecto, y poco a poco fue cambiando su visión. Al tiempo dejó de estar deprimida.

Yo dejé de verla y hace poco me la encontré en redes, había abierto un onlyfans. Yo me sorprendí ya que ella no era especialmente sexualizada ni la veía con intención de exhibirse. 

Le pregunté por qué lo hizo y me dijo que para cambiar su vida. Le volví a preguntar si lo había hecho y está vez me respondió que sí. De hecho, me contestó que justamente por haber cambiado su vida, es que ahora sentía que por fin afloraba su yo verdadero.

Me dijo que toda su vida había estado reprimida y que mostrarse sexy y erótica, le daba una nueva pasión en cuanto a sí misma. No lo hago por dinero, me dijo, lo hago porque realmente me divierto en mostrar una faceta mía que sabía que estaba allí y que nunca me atreví a soltar.

Le dije que sí ella estaba feliz con eso yo también estaba feliz por ella, y que su cambio había empezado por cortarse el pelo, pero cuando cambió emocionalmente fue cuando todo su proceso fue integral.

Ella lo reconoció y nos despedimos porque tenía una sesión de fotos. Por cierto, seguía con el pelo casi al ras.


Para consultas psicológicas con mi equipo, toca y escríbeme directamente al chat

Parejas en crisis: causas y soluciones

 Algunas veces pasamos por la dolorosa situación de estar metido en una relación y que esa persona pues, nos sea infiel o está flirteando con otras personas. Sí, nos ocurre y de eso hay que hablar.

 Muchas veces tenemos una relación, bueno ojalá que no sean muchas veces, algunas veces, poquitas veces, ojalá que casi nunca, tengamos una relación que bueno, nos son infiel, okey, y de repente no es que son infiel pero bueno, están con un jueguito, una cosita, un guaguancó con otra gente ¿verdad? y entonces uno lo descubre, y eso empieza a generarnos a nosotros profunda insatisfacción, empieza a causarnos profunda ansiedad, porque no es que hemos visto la infidelidad como tal, pero de alguna manera, bueno, tú sabes, que si el río suena, piedras trae, okey, y eso nos genera realmente una indisposición emocional muy fuerte.

 ¿Qué debemos hacer ante eso? 

Bueno, primero que nada, yo soy partidario de que si uno está metido en una relación, tiene que confiar en esa relación. Si uno está dentro de un compromiso, debe realmente comprometerse.

Estar viviendo desde los celos, desde la persecución, desde a ver dónde estás tú, que estás haciendo, me parece realmente que eso no es vida. 

Si de alguna forma ya descubriste una situación, creo que es fundamental establecer si hubo una infidelidad o no, okey, porque una cosa es lo que tú puedes estar pensando a la hora de que la persona está hablando con otra gente, o dándole like a alguna foto que a ti no te gustan tanto, y otra es una infidelidad como tal. 

Hablar, comunicarse, establecer una relación de diálogo para ver qué es lo que está pasando, cómo lo estamos viviendo, creo que eso es fundamental. 

 La comunicación en una relación es casi tan importante como el sexo, sin duda alguna. 

Por otro lado, cuando ya es una cosa clara, que la otra persona pues está en un tikititiki con otra gente, entonces, creo que es importante establecer una crisis de relación.

Lea bien. Establecer la crisis de relación es dejar de estar mirando los pajaritos preñados, es establecer y dejar claro que tenemos un problema, que hay una situación que es complicada y que, sin duda alguna, no podemos escapar de determinar qué es lo que está pasando con nuestra relación.

Eso es establecer la crisis. Muchas veces por evitar la crisis, no solucionamos los problemas que tenemos. En consecuencia, generar la crisis y entonces definir realmente qué es lo que queremos hacer, sí, bueno, si vamos a seguir juntos, si no vamos a seguir juntos, a dónde están las insatisfacciones, qué es lo que está pasando entre nosotros, qué es lo que está ocurriendo, qué es lo que debemos mejorar o más bien, no, ya no es posible mejorar absolutamente nada y debemos terminar, se establece la crisis.

Al final del camino, vivir con la incertidumbre, establecer una angustia personal, vivir lleno de celos porque uno siente que la otra persona lo está traicionando a uno, eso no es vida.

Por eso yo soy partidario de que cuando uno empieza a ver este tipo de cosas, y empieza a darse cuenta de estas situaciones, tienes dos alternativas: o te haces el loco o la loca para no enfrentar la situación, esa es una solución, no es la que yo propongo, pero la gente lo hace, y otra es enfrentar el asunto y poner las cartas sobre la mesa, para ver entonces realmente qué es lo que está sucediendo, qué es lo que se va a hacer, y hacia dónde se dirige el destino de la relación, que en ese momento tenemos que entender, está en peligro.


Nosotros sí sabemos cómo ayudarte. Pide aquí tu consulta.

5 cosas que debemos evitar cuando estamos despechados

El despecho es una de las cosas más terribles que nos pueden pasar, cuando nos rompen el corazón, cuando nos dejan solos o somos nosotros los que dejamos solos a los demás.

Cuando definitivamente la relación sentimental se termina, el despecho es terrible.

Así que hoy vamos a hablar sobre 5 cosas que debemos evitar cuando estamos despechados.

La primera cosa que debemos evitar cuando estamos despechados tiene que ver con revisar las redes sociales de la persona con la que ya no estamos.

Es una de las cosas más difíciles, yo estoy claro, es súper complicado.

Terminamos con la persona o la persona termina con nosotros, inmediatamente nos metemos en las redes sociales, buscamos qué está haciendo, con quién se tomó foto, el video, si se siente bien.

¡Ay, se está riendo en esta foto, mira se siente chévere, no me quería! Okey

Entonces asumimos toda esa serie de cosas que definitivamente es un error garrafal, porque en la medida en que revisamos las redes sociales de esa persona, nos obsesionamos, nos enrollamos, y estamos permanentemente pendiente y se nos va la vida.

¡Se nos va la vida!

Revisando las redes sociales de la persona con la que terminamos y entonces, no podemos hacer un duelo necesario, no podemos hacer una ruptura necesaria, porque estamos clavados viendo lo que la persona está haciendo en sus redes sociales.

Segunda cosa que debemos evitar cuando estamos despechados, es andar, tú sabes, buscando compasión, buscando que nos den un espaldarazo.

A todo el mundo que se nos acerca le contamos el problema.

¡No, es que tú sabes que yo, tú sabes, terminé con Alberto y entonces me siento horrible, me siento muy mal! y entonces se lo dices a la primera.

Viene la segunda y ¡Tú sabes que terminé con Alberto, es terrible, me siento muy mal!

Y viene la tercera o el tercer amigo ¡Tú sabes que terminé con Fulanito, me siento muy mal!

Entonces, eres una letanía de sufrimiento, una letanía de dolores. Okey. Contándole a todo el mundo lo que te pasó.

Resulta que en la medida en que estás contando, contando, contando, te estás reforzando a ti el mismo duelo, la misma tristeza, la misma melancolía y no vas a poder salir del problema, porque todo el tiempo estás hablando de eso.

Agarra a las personas más importantes, las que más te apoyan, las que más te dan un espaldarazo, okey, y se lo cuentas. Pero no a todo el mundo, no es un club del sufrimiento este asunto, okey, así que ten cuidado con eso. No hagamos de esto una letanía.

Tercera cosa que debes evitar cuando estás despechado. Terminar, volver, terminar, volver, terminar, volver.  

Y entonces eso es un ciclo, pero increíble de estar todo el tiempo buscando a la persona. Volvemos, nos sentimos aliviados, estamos mejor, empiezan los mismos problemas, terminamos otra vez.

Entonces terminamos, el despecho, la melancolía, la tristeza, todo el duelo, todo el rollo. Entonces nos sentimos tan mal, volvemos con la persona. Entonces andamos en ese carrusel de emociones, una montaña rusa terrible, que al final lo que hace es que nos hace meternos en una relación tóxica, porque entonces ya no es una relación desde el amor.

Es una relación desde la dependencia emocional, donde terminamos, volvemos, terminamos, volvemos, es terrible.

Así que, si vas a tomar la decisión de terminar, hasta aquí nos trajo el rio. Porque eso de estar en esa retahíla de cosas, eso te trae muchísimos problemas.

La cuarta cosa que debemos evitar cuando estamos despechados es, seguir manteniendo una relación con los familiares de la persona con la que ya no estamos, de una manera estrecha.

Es fundamental tomarnos nuestro tiempo, sobre todo porque cuando nosotros tenemos estas relaciones con los familiares que son personas que también queremos, y que no nos hicieron nada y nosotros no le hicimos nada, de alguna forma también vamos a tratar de generar inconscientemente conexiones con la persona con la que hemos terminado, y tendemos también a cometer el error de hablar de su familiar, mal.

Okey, entonces, hablamos con la suegra, hablamos mal del hijo, o con la cuñada, hablamos mal del hermano.

Entonces, sin duda alguna, nos metemos en un gran problema en ese aspecto, porque al final, familia es familia y la sangre es la que llama, okey. Entonces es un error que no se debe cometer.

Sí es verdad, nosotros no tenemos nada contra la familia de nuestra ex pareja ni nada por el estilo, pero sí debemos poner un poquito de espacio, un poquito de distancia, a fin de poder asumir una separación con muchísimo más criterio y con mayor estructura, porque si no siempre vamos a estar enrollados en la búsqueda de información, en la habladera mal, en el chisme, en la cosa y esto se puede convertir en un infierno.

La quinta cosa que debes evitar cuando estás despechado, es entrar en una relación muy rápida.

Si tú asumes una relación rápidamente después de la anterior, lo más probable es que también fracases. ¿Por qué? porque tu corazón no es así como una pelota de goma, una cosa que tú tiras y pones, y llevas y traes, no señor.

Las cosas duelen, las cosas son profundas, los sentimientos que están involucrados son bastante fuertes, así que eso de estar pasando así, a lo Jennifer López pues, o sea, primero uno y después el otro, eso, eso es ella, pero quizás no tú, okey.

O sea, hay que tomarse su tiempo, hay que establecer un espacio de reflexión, de soledad, de introspección, a fin de entender cuáles fueron los elementos que te llevaron a la ruptura, cuáles fueron los errores que se cometieron y rehacer desde allí una nueva autoestima emocional, una nueva autoestima sentimental, porque es desde allí que hacemos mejores relaciones.

Así que, a Jennifer López le funciona, pero quizás a ti no. Yo te sugiero que mejor, tómate un espacio y asumes un poquito la distancia entre una nueva relación y la vieja relación, para que entonces puedas aprender mejor sobre las cosas que te pasaron.

Así que, evitemos estas 5 cosas sobre el despecho. 


Para consultas psicológicas, escribe a mi línea directa de WhatsApp

Cómo lidiar con un familiar que sufre una enfermedad mental


A veces tenemos familiares que tienen trastornos mentales, enfermedades mentales, y se nos hace profundamente difícil vivir con ellos, incluso, estando medicados, estando en tratamiento psicológico y psico farmacológico y, sin embargo, algunas veces se hace complicado.

Estamos hablando muchas veces de personas con esquizofrenia, con trastorno bipolar, con procesos paranoides, etc., etc. Y eso, sin duda alguna, se hace la vida bien complicada con nuestros familiares, a quienes amamos, queremos, queremos cuidarlos y, sin embargo, se nos hace muy difícil esta situación.
¿Qué debemos hacer?

Para poder lidiar con personas que tienen problemas mentales, lo primero que tenemos que hacer es que ellos estén en tratamiento psicológico y psico farmacológico.

Cuando hablamos de psico farmacológico estamos hablando de psiquiatría, y muchas veces de neurología, porque hay enfermedades mentales que tienen su génesis en los procesos neurológicos. En consecuencia, no podemos lidiar con esto si no tenemos la ayuda profesional.

Eso tenemos que entenderlo y dejarlo muy claro, porque muchas veces creemos que podemos lidiar con situaciones de esta índole, y resulta que no podemos porque no estamos ayudados por profesionales en este sentido.


Lo segundo es entender que todo proceso de enfermedad mental tiene altos y bajos. Y dentro de esos procesos hay momentos de lucidez.

Hay momentos de normalidad cuando tenemos enfermedades mentales. No es que todo el tiempo estamos desorbitados, no es que todo el tiempo estamos alejado de la realidad. No, no es así. Hay momentos donde estamos más cerca de realidad, y momentos donde no lo estamos, pero todo forma parte del proceso de la enfermedad mental.

Muchas veces los familiares se complican muchísimo desde el punto de vista emocional, sobre todo porque ven a su familiar ¡Esta mejor, mejoró! ¡Ajá, ya están, ya está comportándose mejor! Y de repente, a los dos, tres días vuelve a caer y los familiares los ve deprimido, los ve cabizbajo, los ve frustrados y eso, evidentemente, va generando problemas emocionales en los familiares.

¿Qué debemos entender? Que hay altos y bajos, y los altos, cuando las cosas están mejor, cuando estos pacientes están mejor, pues debemos disfrutarlo, debemos compartir con ellos, debemos establecer relaciones con ellos.


Claro que sí. Debemos aprovechar el momento, sin duda alguna, y eso va a ayudar, incluso, a que esos momentos que son positivos, se alarguen en el tiempo. Claro que sí, pero entendiendo que los altos y los bajos van a estar presentes.

Otro elemento fundamental para poder lidiar con estas situaciones es respirar, respirar, agarrar aire. Cuando uno está cuidando a una persona con enfermedades mentales, sobre todo cuando es un familiar, muchas veces estamos tan abocados, nuestra vida gira en torno a esa persona, todas nuestras decisiones están ligadas a esa situación, vivimos, incluso, como una visión de túnel, ligados a esto y no vemos más para los lados. Es un error que no debemos cometer. Debemos salir, debemos airearnos, debemos distraernos, debemos tener nuestra vida normal.

Buscamos a alguien que lo cuide, salimos a una fiesta, vamos para un cine o para un parque, podemos hacer un viajecito.

No te tienes por qué sentir culpable, no tienes por qué sentirte mal por eso, no tienes por qué asumir que tú estás haciendo algo negativo. Porque de repente fuiste a divertirte cuando tienes un familiar bipolar que está en estado depresivo, no necesariamente tienes que sentirte mal, de ninguna manera.

En consecuencia, agarrar aire, distraerse, alejarse un poquito, es fundamental para agarrar fuerza, para tener ánimo, para agarrar, tú sabes, ímpetu para seguir cuidando, amando y protegiendo a nuestros seres queridos que lamentablemente están viviendo eso. Y bueno, vamos a cuidarlo, pero también cuidándonos a nosotros.

Y recuerda, nosotros estamos para ayudarte y sabemos cómo hacerlo. Para solicitar consultas pulsa el link del WhatsApp

Cómo hablar de sexualidad con tus hijos

Uno de los temas más complicados que generalmente a los padres se nos presentan, tiene que ver con cómo hablamos sobre sexualidad con los hijos, sobre todo cuando están adolescentes, incluso cuando están niños, y eso realmente es un problema, así que pues nada, de eso tenemos que hablar.

Cuando hablamos sobre sexo siempre el tema es como vergonzoso. ¡Yo no sé por qué! Pero la verdad es que es que da, da como cierta vergüenza, da como cierto tabú, es una situación, así como que, de alguna forma, no supiéramos realmente cuáles son los términos que debemos utilizar o qué es lo que debemos hacer o por dónde debemos empezar.

Mira, te voy a dar algunos tips para que puedas realmente conversar con tus hijos sobre sexualidad. Lo primero tiene que ver con la responsabilidad.

La responsabilidad con nosotros mismos, la responsabilidad con nuestro cuerpo, la responsabilidad que tenemos que tener a la hora de cuidarnos desde el punto de vista de la sexualidad. Entonces por ahí se empieza todo el argumento. Cómo debemos cuidarnos, cómo debemos estar, desde dónde debemos actuar, cuáles son los métodos profilácticos, a qué edad debemos comenzar realmente la sexualidad, desde dónde, desde dónde vamos encararla, desde el amor, desde el placer, desde el erotismo, desde dónde.

Entonces hablar desde allí, o sea, hablar de lo importante que tiene que ver con cuidarse, cuidarse de un embarazo precoz, cuidarse de las enfermedades venéreas, es cuidarse de todas las cosas que de alguna forma pueden ser dañinas en la sexualidad, empiezas por ahí.

Luego también puede hablar del abuso, cuidarse del abuso sobre todo cuando son más pequeños.

Mira, tienes que denunciar, tienes que decir, yo siempre voy a creerte, tienes que hablar conmigo. Mira, si te amenazan que te dicen que me van a matar, me van a hacer cosas negativas, no le creas a ellos eso, tú vas y me dices, yo me defiendo, yo soy grande, yo soy adulto, siempre estoy para protegerte.

Le dices ese tipo de cosa, okey, dile que siempre que le vas a creer, que siempre vas a estar muy pendiente de lo que te diga, porque desde allí es donde se genera la confianza, okey.

Cuando ya son adolescentes, cuando se empiece este rollo de ¿cómo lo conversamos? Hablar desde ¿cómo enfrentarnos a la sexualidad sin que esto sea una exigencia, sin que esto sea una obligación?

Porque entre adolescentes pareciera que eso es una obligación. Ahora con los nuevos ritmos, el reggaetón, la cosa, y todas estas cuestiones que nos llevan tan rápido a la sexualidad, debemos decirle que no caigan en esa presión, que no caigan desde allí a una sexualidad por obligación, por pertenecer al grupo, por estar en la onda. Desde ahí también puedes hablarle.

Es fundamental que hables con tus hijos con un lenguaje llano, con un lenguaje normal, con un lenguaje que no represente tantos tecnicismos y tanta cosa, y desde un ángulo, tú sabes, muy técnico. No, no, no, no, es más desde lo cotidiano.

Mira, vale, esto se hace así, es buena idea que lo hagas asao, esto es importante que te metas por este lado, okey, este tipo de situaciones que es bien importante establecerlo, porque desde un lenguaje muy científico, muy rimbombante y muy complicado, primero que te pones muy fastidioso o fastidiosa, y segundo, que desde allí pues realmente nadie te va a entender.

Otro ángulo fundamental tiene que ver con la apertura. Estamos en el siglo 21, estamos en la era de la inclusión, estamos en la era de la aceptación.

En consecuencia, creo que es fundamental que no pongas barreras a la hora de entender a tus hijos desde su propia sexualidad. El mundo cambió y nosotros tenemos que cambiar con el mundo, en consecuencia, la apertura, la inclusión, la libertad, unida a la responsabilidad, es fundamental.

Eso de ponerse prejuicioso, moralista, ultra moralista, súper hiper prejuicioso, olvídalo. Olvídalo, porque por ahí no van las cosas y eso lo único que vas a lograr es que no te paren, se alejen, no te cuenten, no te digan la verdad, y toda una serie de cosas que al final, pasa factura muy negativa, sobre todo cuando hablamos de sexualidad.

Otro elemento fundamental también cuando hablamos de esto con nuestros hijos, es no erotizar la sexualidad. Nuestros hijos van erotizar su asunto ellos con su pareja, eso, por ejemplo, enseñarle que cómo se utiliza un vibrador o de cómo se le da placer desde el sexo oral a la pareja. ¡No! No hagas eso, no hagas eso, okey. Hazlo desde un ángulo más ligado a la responsabilidad de la sexualidad y más ligado al cuidado consigo mismo, okey.

La erotización de la sexualidad es una cosa que le corresponde a la pareja como tal.

Tus hijos cuando tengan pareja irán viendo qué les gusta, que no les gusta, cómo les gusta, etc., etc. No tienes tú que estarle enseñando cómo hacer sexo oral, o estarle enseñando cómo tengan que hacer la sexualidad, cómo tiene que ser la posición del misionero o algo por el estilo, no, olvídate de eso.

Eso forma parte del ángulo íntimo de tus hijos donde no debes meterte, okey. Así que, en ese sentido, por favor, no erotices la sexualidad a la hora de estar hablando con tus hijos.

Cuando hablas de la sexualidad de una manera tranquila, llana, normal, okey. Cuando estableces una comunicación verdadera con confianza, sin juicios, sin calificaciones, sin cerrar puertas, tú te vas a dar cuenta que vas a poderlo conversar muchísimo mejor, con muchísima más amplitud y vas a poder orientar mucho mejor a tus hijos.

Para consultas y asesorías psicológicas, escríbeme a este chat de WhatsApp. 

Madurez es darse cuenta de las cagadas que metemos

Cuando empecé a darme cuenta de mis propios errores, de mis metidas de pata, y del daño que podían causar algunas actitudes mías, ese día maduré.

Yo tengo infinitos defectos en mi personalidad. De hecho, a veces creo que con la edad como que me van apareciendo más, pero tengo una enorme fortaleza, algo que me enorgullece muchísimo.

Soy capaz rápidamente de darme cuenta cuando la cago.

Esa habilidad nació en terapia.

Me la enseñó una psicóloga a la que fui para tratar mi adicción sexual. Ella era sumamente dura conmigo, sin contemplaciones. No me dejaba escapar. Sus terapias siempre eran muy dolorosas para mí ya que ella siempre hacía que yo me diera cuenta de las cosas que hacía.

Siempre recordaré a esa psicóloga. Era flaquita, menuda, con una voz suavecita, pero era despiadada.

Con ella aprendí a verme, a reconocerme y a jamás dejarme escapar en mis actitudes negativas.

Sigo teniendo bastantes defectos, bastantes sombras, pero las conozco al pelo y ya no me joden. Y cuando lo hacen, las veo.

¿Tú? ¿Eres capaz de verte? ¿Eres capaz de reconocer tus más profundos defectos? ¿Eres lo suficientemente adulto para entender que la cagas de forma infinita muchas veces?

Vente a terapia, para ayudarte desde allí. ¿Sí va?

Nosotros sí sabemos cómo ayudarte. Pide aquí tu consulta.