Cómo hablar de sexualidad con tus hijos

Uno de los temas más complicados que generalmente a los padres se nos presentan, tiene que ver con cómo hablamos sobre sexualidad con los hijos, sobre todo cuando están adolescentes, incluso cuando están niños, y eso realmente es un problema, así que pues nada, de eso tenemos que hablar.

Cuando hablamos sobre sexo siempre el tema es como vergonzoso. ¡Yo no sé por qué! Pero la verdad es que es que da, da como cierta vergüenza, da como cierto tabú, es una situación, así como que, de alguna forma, no supiéramos realmente cuáles son los términos que debemos utilizar o qué es lo que debemos hacer o por dónde debemos empezar.

Mira, te voy a dar algunos tips para que puedas realmente conversar con tus hijos sobre sexualidad. Lo primero tiene que ver con la responsabilidad.

La responsabilidad con nosotros mismos, la responsabilidad con nuestro cuerpo, la responsabilidad que tenemos que tener a la hora de cuidarnos desde el punto de vista de la sexualidad. Entonces por ahí se empieza todo el argumento. Cómo debemos cuidarnos, cómo debemos estar, desde dónde debemos actuar, cuáles son los métodos profilácticos, a qué edad debemos comenzar realmente la sexualidad, desde dónde, desde dónde vamos encararla, desde el amor, desde el placer, desde el erotismo, desde dónde.

Entonces hablar desde allí, o sea, hablar de lo importante que tiene que ver con cuidarse, cuidarse de un embarazo precoz, cuidarse de las enfermedades venéreas, es cuidarse de todas las cosas que de alguna forma pueden ser dañinas en la sexualidad, empiezas por ahí.

Luego también puede hablar del abuso, cuidarse del abuso sobre todo cuando son más pequeños.

Mira, tienes que denunciar, tienes que decir, yo siempre voy a creerte, tienes que hablar conmigo. Mira, si te amenazan que te dicen que me van a matar, me van a hacer cosas negativas, no le creas a ellos eso, tú vas y me dices, yo me defiendo, yo soy grande, yo soy adulto, siempre estoy para protegerte.

Le dices ese tipo de cosa, okey, dile que siempre que le vas a creer, que siempre vas a estar muy pendiente de lo que te diga, porque desde allí es donde se genera la confianza, okey.

Cuando ya son adolescentes, cuando se empiece este rollo de ¿cómo lo conversamos? Hablar desde ¿cómo enfrentarnos a la sexualidad sin que esto sea una exigencia, sin que esto sea una obligación?

Porque entre adolescentes pareciera que eso es una obligación. Ahora con los nuevos ritmos, el reggaetón, la cosa, y todas estas cuestiones que nos llevan tan rápido a la sexualidad, debemos decirle que no caigan en esa presión, que no caigan desde allí a una sexualidad por obligación, por pertenecer al grupo, por estar en la onda. Desde ahí también puedes hablarle.

Es fundamental que hables con tus hijos con un lenguaje llano, con un lenguaje normal, con un lenguaje que no represente tantos tecnicismos y tanta cosa, y desde un ángulo, tú sabes, muy técnico. No, no, no, no, es más desde lo cotidiano.

Mira, vale, esto se hace así, es buena idea que lo hagas asao, esto es importante que te metas por este lado, okey, este tipo de situaciones que es bien importante establecerlo, porque desde un lenguaje muy científico, muy rimbombante y muy complicado, primero que te pones muy fastidioso o fastidiosa, y segundo, que desde allí pues realmente nadie te va a entender.

Otro ángulo fundamental tiene que ver con la apertura. Estamos en el siglo 21, estamos en la era de la inclusión, estamos en la era de la aceptación.

En consecuencia, creo que es fundamental que no pongas barreras a la hora de entender a tus hijos desde su propia sexualidad. El mundo cambió y nosotros tenemos que cambiar con el mundo, en consecuencia, la apertura, la inclusión, la libertad, unida a la responsabilidad, es fundamental.

Eso de ponerse prejuicioso, moralista, ultra moralista, súper hiper prejuicioso, olvídalo. Olvídalo, porque por ahí no van las cosas y eso lo único que vas a lograr es que no te paren, se alejen, no te cuenten, no te digan la verdad, y toda una serie de cosas que al final, pasa factura muy negativa, sobre todo cuando hablamos de sexualidad.

Otro elemento fundamental también cuando hablamos de esto con nuestros hijos, es no erotizar la sexualidad. Nuestros hijos van erotizar su asunto ellos con su pareja, eso, por ejemplo, enseñarle que cómo se utiliza un vibrador o de cómo se le da placer desde el sexo oral a la pareja. ¡No! No hagas eso, no hagas eso, okey. Hazlo desde un ángulo más ligado a la responsabilidad de la sexualidad y más ligado al cuidado consigo mismo, okey.

La erotización de la sexualidad es una cosa que le corresponde a la pareja como tal.

Tus hijos cuando tengan pareja irán viendo qué les gusta, que no les gusta, cómo les gusta, etc., etc. No tienes tú que estarle enseñando cómo hacer sexo oral, o estarle enseñando cómo tengan que hacer la sexualidad, cómo tiene que ser la posición del misionero o algo por el estilo, no, olvídate de eso.

Eso forma parte del ángulo íntimo de tus hijos donde no debes meterte, okey. Así que, en ese sentido, por favor, no erotices la sexualidad a la hora de estar hablando con tus hijos.

Cuando hablas de la sexualidad de una manera tranquila, llana, normal, okey. Cuando estableces una comunicación verdadera con confianza, sin juicios, sin calificaciones, sin cerrar puertas, tú te vas a dar cuenta que vas a poderlo conversar muchísimo mejor, con muchísima más amplitud y vas a poder orientar mucho mejor a tus hijos.

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¿Quién dice la verdad? ¿Tu pareja o tus hijos?

Muchas veces tenemos parejas y, a su vez, tenemos hijos y no sabemos muy bien de qué lado ponernos, okey, y algunas veces cometemos un error bien importante, que es que nos ponemos del lado de nuestra pareja y obviamos todas las cosas que nos dicen nuestros hijos, y entonces pasamos por alto abusos, vejámenes, humillaciones y elementos muchísimo más graves que, sencillamente los dejamos pasar, porque estamos obsesionados con nuestra pareja y no escuchamos a nuestros hijos, y de eso hay que hablar.

Miren, una cosa son los hijos y otra cosa es la pareja. Son elementos totalmente diferentes. y uno tiene que tener muy claro, con quién está uno unido y cómo son los hijos que uno ha criado.

Eso es fundamental.

Es crucial en la vida que usted tenga siempre un límite intermedio, donde usted pueda tener la confianza de sus hijos y pueda asumir que lo que ellos le dicen a usted es verdad, y también es fundamental estar en comunión con su pareja para que, de alguna manera, eso también produzca mayor unión, mayor entereza dentro de la relación y mayor estructura sobre todas las cosas.

En consecuencia, cuando nosotros establecemos las versiones, creo que es fundamental que nosotros no hagamos, así como los careos, okey, en el sentido de, bueno, tu palabra contra la de él o lo que él dijo contra el otro ¡No!

Creo que es fundamental, que usted sienta también su corazón y también su intuición.

Y que sepa muy claramente con quiénes son las personas que usted vive, sus hijos, su esposo o esposa, y puede establecer bien estos comportamientos, porque muchas veces cometemos el error de no creerle a nuestros hijos cuando nos están diciendo la verdad, y también cometemos el error de no creerle a nuestra pareja cuando también nos está diciendo la verdad.

Entonces, en ese sentido, la base es confianza, la base es verdad, la base es honestidad. Cuando usted abre la puerta, usted genera una estructura para que le digan la verdad ¿Y cómo pudiéramos lograr eso? Cuando usted no juzga, cuando usted no califica, cuando usted no castiga a la hora de que le estén diciendo la verdad, porque muchas veces ocurre que, bueno, vengo yo, te digo la verdad y agarras y de repente, ah, me formas tremendo rollo después que te dije la verdad. ¿Entonces para qué te dije la verdad? La próxima vez te digo mentiras, porque si me voy a calar todo este rollo, te podrás imaginar, que más nunca te voy a decir la verdad. ¿Te das cuenta?

Entonces en la medida en que nosotros podemos ser como flexibles ante las verdades de los demás, no somos tan enjuiciadores, tan estructurados, tan cuadrados, en esa misma medida le estamos dando, le estamos permitiendo a los demás que no digan la verdad, eso aplica para su pareja y aplica también para sus hijos. Cuando usted abre esa puerta, ya está haciendo un gran trabajo en ese sentido.

También tiene que ver con las verdades que se dicen. Oye, mira si usted tiene, vamos a ponerlo, no quiero con esto estereotipar ni nada por el estilo, pero usted ve que usted tiene su marido, y su marido es infiel, y su marido es infiel con muchachas más jóvenes o mucho más jóvenes, okey, y usted lo ve, y consume pornografía de cosas que no son, tú sabes, tan normales, y de repente la hija suya agarra y le dice, mira, mi papá me está mirando feo, tú sabes, raro, o mi papá me tocó.

Insisto, no quiero estereotipar estas cosas, pero eso hay que escucharlo, a eso hay que prestarle atención porque es como antecedente. Entonces tiene que ver con la historia de la verdad, con la historia con la estructura de lo que le están diciendo, porque en esa medida en que usted va escuchando y va observando, cuáles son los relatos que les están estableciendo, en esa misma medida usted puede saber realmente quién está diciendo la verdad o no.

Entonces, en ese aspecto también tiene que ver con un poco de viveza, con un poco, tú sabes, de inteligencia, de saber si lo que te están contando tiene que ver con esto o con lo otro.

¿Cuáles son los antecedentes? ¿Cuáles son las historias? ¿Por dónde vienen los tiros?

Eso es fundamental a la hora de establecer los relatos verdaderos o las circunstancias que realmente están sucediendo en una determinada situación.

¿Qué no debe hacer?

No debe obsesionarse creyéndole a alguien sin prueba, sin mecanismos de comprobación, sin que hay una historia real, sin que hay una secuencia argumental que de alguna manera a usted le diga que eso que le están diciendo es verdad, y entonces usted se cierra los ojos y dice que eso no es así y entonces empiezan a pagar justos por pecadores.

En ese sentido, tiene que tener mucho cuidado, tiene que tener mucho ojo, porque usted puede estar entonces equivocándose, y puede, de alguna forma, estar creyéndole cosas que son mentiras o están asumiendo mentiras como verdades.

Así que, en ese aspecto, mucho ojo, mucha atención, y mucha suspicacia, sin obsesiones, sin estar con uno o con el otro, sino siempre intentando establecer cuáles son los relatos correctos, los argumentos verdaderos, la forma como se dice, la manera como lo dijeron, cuáles son las secuencias que se establecen dentro de lo que se dijo y, desde allí, entonces usted puede tomar mejores decisiones, desde allí, entonces usted puede saber mucho mejor las cosas que están sucediendo, porque si no, si usted se obsesiona, si usted agarra y dice, no, es que lo que me dice fulanito esto es así, porque es así, porque me lo dijo, usted puede estar equivocándose muy fuertemente y muchas equivocaciones traen consecuencias muy negativas.

Sepa.


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Mosca con llevar los problemas laborales para la casa

Muchas veces los problemas laborales, las situaciones que nos pasan en nuestros trabajos, afectan nuestras relaciones sentimentales.

No nos gustaría que esas cosas se metieran unas con otras, o uno quisiera que uno dejara el trabajo fuera de la casa y no lo llevará para dentro del hogar.

La verdad es que no, la verdad es que muchas veces pasa y, evidentemente, de eso hay que hablar.

Los problemas laborales se llevan a la casa quiera o no lo quiera, o sea, eso es un mito de que no, yo puedo dejar las cosas fuera de mi trabajo, qué tal, este, mi trabajo es mi trabajo y mi casa es mi casa, no, eso no es verdad, porque emocionalmente uno siempre está afectado.

Cuando tienes estrés laboral lo llevas para la casa, cuando tienes alguna depresión o algún problema con tu jefe, lo vas a llevar para la casa y, a su vez, también diferente, tú tienes un problema en tu casa, tienes un rollo sentimental, tienes las emociones encontradas ¡Pam! van también pal trabajo.

Las cosas van íntimamente ligadas y eso es un problema, sin ninguna duda ¿okey?  Así que vamos a dejarnos de cuento, vamos a dejarnos de mitos, y entendamos que eso ocurre.

¿Cómo podemos hacer para que esas cosas no ocurran?

Primero que nada, aceptemos que nuestras emociones no están parceladas, ellas van a abarcar la mayoría de los aspectos de nuestra vida, punto y final.

Segundo, es importante entender que cada cosa tiene su lugar, pero también hay que hablar con los diferentes integrantes de nuestras vidas para hacerles entender que no siempre somos robots.

¿Eso qué significa? Que cuando vamos a nuestra casa y, de repente, estamos un poquito de mal humor, un poquito estresados, un poquito así, tú sabes, irritable, decir, oye, mira, mi amor, de verdad es que estoy un poquito estresado con el tema del trabajo, déjame agarrar un poquito el mínimo, para tú sabes, estar bien.

O vamos al trabajo, cónchale jefe, jefe, ahorita estoy un poquito complicado, pero ya me voy a enderezar, ya vamos a hacer las cosas bien, pero es que tengo un problemita, no se preocupe, ya lo vamos a solucionar.

¿Qué significa esto? Tampoco alargarlo, sobre todo en el tema del trabajo.

Cuando tú llevas problemas personales para tu trabajo, tú no puedes convertir tu trabajo, tú sabes, en un consultorio psicológico, no, déjate de broma ¿okey?

Entonces, también es importante entender que, bueno, que tienes que rendir, tienes que ser eficiente, y tiene que hacer las cosas como tienes que hacerlas.

Sí, sin duda alguna, tienes que tener flexibilidad contigo mismo a la hora de entender que tienes problemas. Pero no puedes alargarlos en el tiempo y, a su vez, también para la casa.

No puedes estar llevando todo el problema de aquí para allá o viceversa, no, es que mi trabajo, no, es que el estrés, es que el llantén, la cosa, la rabia, del tema del trabajo en la casa, porque te estresas. ¡No, señor!

Por ahí no van los tiros ¿okey? Lo mantienes, lo estableces, entiendes y tienes flexibilidad al respecto, pero también mantienes límites que no influyan tan profundamente, ni en el trabajo, ni en el hogar.

Punto medio, esa es la solución para este tema.

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Depresión no es manipulación

Muchos creen que alguien con evidentes rasgos depresivos, sencillamente está fingiendo.

Están convencidos de que esa persona lo que quiere es evadir responsabilidades, no hacerse cargo de sus deberes y obligaciones, o sencillamente nos está sacando el cuerpo para no ir a la fiesta del viernes.

De hecho, muchos llegan a pensar que eso de estar «echado todo el día,» sin ánimo siquiera para cepillarse los dientes, es una obra de teatro, una exageración, un drama, una cosa…mira, no.

La depresión es real, y causa este tipo de comportamientos.

Hay razones orgánicas que le quitan la voluntad y el ánimo a quien padece de depresión, y no, no es una manipulación. De ninguna manera. Es un trastorno real, serio y, en muchos casos, muy peligroso, que debe atenderse, sí o sí, con terapia y medicación.

Si queremos ayudar de verdad verdad, juzguemos menos y apoyemos más.

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¿Los hijos deben dormir con sus padres en la misma cama?

Me voy a meter en un tema polémico.

¿Los hijos deben dormir con sus padres en la misma cama o no? Lo que llamamos colecho.

Mi respuesta, de pronto a usted no le va a gustar: mi respuesta es NO, NO Y NO.

Durante un tiempo, sí, okey. Más o menos, mientras el niño está tomando el pecho, en ese proceso de unión de la madre con el hijo, se entiende. Estamos hablando entre seis meses a un año, ¿okey? Sí, el hijo en la cama con su madre, el seno, la alimentación, el amor, sin duda alguna. Ya después no, ya después tenemos que ir separándolo paulatinamente a su cama.

Hay que irlo llevando paulatinamente a estar durmiendo solo. Usted puede tener toda la opinión que usted le dé la gana. Yo la respeto. Está muy bien. Sé que la mayoría de la gente cuando tú le dices esta opinión, ataca en los comentarios, me dicen que yo estoy loco tal. Es como que si tú lo estuvieras matando diciéndole eso.

La verdad verdadera es que después de un año, entre entre nueve meses a un año, ya puedes ir llevando a tu hijo paulatinamente, con amor, con mucho amor, puedes ir llevándolo a que esté solo, porque mantenerlo metido en la cama te puede afectar la vida de pareja, también lo puede afectar a él en su desarrollo.

Definitivamente, esa situación va a traer una serie de consecuencias negativas. No hay niños traumatizados porque al año los llevaron paulatinamente y con amor para su cama. Déjese de cuentos de camino. Así que eso es lo que, en mi opinión, debe hacerse. Me da igual que usted venga a insultarme por tener esta opinión.


La crianza no es cosa fácil. Muchas veces nuestra relación de pareja se ve afectada por malos hábitos y situaciones que le consentimos a los hijos. Buscar ayuda es fundamental para evitar males mayores. Venga a terapia con mi equipo, el Team Psicovivir. Sabemos cómo ayudarte.

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¿Cuidas a un familiar con enfermedad mental? Entonces ¡cuídate tú!

¿Saben qué es sumamente difícil?

Ser familiar o vivir al lado una persona con un trastorno de personalidad o con un trastorno mental.

Casi nunca se habla de eso y es bien importante hablarlo. Siempre se toca el tema de la persona que, de alguna forma, tiene un rollo mental, pero nunca hablamos de quien está al lado, nunca hablamos de la persona que sufre el sufrimiento del otro y eso es importante tenerlo muy claro.

Las personas que están al lado de quienes sufren trastornos mentales o trastornos de personalidad, necesitan tener vida, necesitan tener esparcimiento. Es importante que se tomen vacaciones, que vivan vidas normales a la par de la vida anormal que tienen que atender.

Es fundamental que se entienda que estas personas hay que ayudarlas a manejar la culpa, porque muchas veces cargan culpa de sentirse bien, sienten culpa de alcanzar estabilidad, de divertirse, incluso, sienten culpa de amar:

«Bueno, pobrecito, mira, mi papá es un maníaco depresivo. Mi mamá sufre de esquizofrenia. ¿Y yo voy a irme tres días de esparcimiento en una playa?»

Así se expresan estas personas que se sienten culpables por disfrutar la vida o por tomarse un espacio para drenar y recuperarse. Por esto es necesario prestarles atención, apoyarlas, sin juzgarlas.

Si tú que me lees estás viviendo esto, entiende que tienes derecho a divertirte. Tienes derecho al placer. Sí, cuida a tu familiar. Cuida a la persona que tienes cerca, tienes que hacerlo, el amor impone estos retos. Pero vete de vacaciones, date permiso de un break, regresa y sigue cuidando desde el amor a los seres que tanto nos necesitan y que están al lado nuestro. ¿Sí va?


Ven a terapia para darte herramientas y ayudarte a liberarte del peso de la culpa. Cuida tu salud mental y podrás ayudar más y mejor a ese familiar que te necesita. Para consultas, escribe a nuestra línea directa: WS +56 9 5886 2588