Cómo hacer dieta de problemas

Una vez estuve conversando con alguien que me decía que le era sumamente difícil salir de una relación tóxica. Mi respuesta fue «es que eres poco inteligente». A ella le sorprendió mi respuesta. No sabía si la había insultado o le estaba dando la clave de la solución de sus problemas.

Le explique que la inteligencia es la capacidad de resolver problemas y que su relación era tóxica, en consecuencia, era un problema.

Ella me preguntó cómo resolver eso. Yo le dije que la base fundamental de su incapacidad era el no reconocer que estaba al lado de una relación tóxica. Ese punto de inicio es fundamental: reconocer el problema.

Para hacer dieta de problemas debemos ser capaces de identificar los problemas que tenemos. Entender cuáles son problemas y si verdaderamente la solución depende netamente de nosotros o requerimos ayuda de alguien más, llámese pareja, familia, amigos, o un psicólogo.

Muchas veces la vida nos pesa, y vamos saltando de un problema a otro. Salimos de algunos, pero permanecemos en otros. ¿Por qué? Porque no tenemos certeza de que es un problema en sí.

El cambio empieza por asumir que estás en medio de algo que no puedes solucionar, y cuando te des cuenta de que eso es así, buscarás cómo salir de ese rollo. Lo harás y ya.

Otra cosa fundamental es ver la vida desde la calma, desdramatizar nuestra vida, aplicando mi filosofía de la paz.

Y la paz, desde mi punto de vista, es de todas las necesidades emocionales humanas, la principal.

No echarle leña al fuego también es una manera de verlo. Porque los problemas siempre van a surgir, pero sin duda alguna, hay gente que persigue los problemas, que es adicta a andar metida en un toma y dame, un zafarrancho, un rollo, una cosa.

Hacer dieta de problemas también implica aprender a encontrar la paz interna.

Sepa.


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En psicología ¿Qué es la sombra?

En la medida en que nosotros trabajamos con nosotros mismos, entonces vamos a descubrir una cosa que se llama “La sombra”.


La sombra es eso que tú no entiendes, eso que te traiciona a ti mismo, eso que hace que tú te equivoques, que tomes malas decisiones, que te enredes en conflictos que no conoces. Es eso que hace que tú digas o hagas cosas de las que luego piensas: ¿Y yo por qué dije esto o por qué hice aquello?

Eso es la sombra.

Es cuando de repente tú tienes esos malos pensamientos, cuando tienes esa rabia, esa furia, ese odio, esas ganas de hacer daño.

Es esa cosa que ocultamos, que no dejamos salir afuera, que no permitimos que los demás vean. La sombra son esas cosas que nos avergüenzan de nosotros mismos. Es eso que está dentro, que no lo queremos ver o que nos da miedo ver.

La sombra es lo que en psicoterapia sale a flote.

Vemos lo malo de nosotros mismos, vemos lo oscuro de nosotros mismos. Vemos la sombra. Por eso se le llama así.

La sombra es eso que transmite oscuridad y que hace que nuestra propia luz interna no salga afuera.

La mayoría de los seres humanos queremos que esa sombra no salga, que esa sombra no exista, entonces la reprimimos porque nos da vergüenza.

Cuando tú logras encontrar esa sombra en psicoterapia y logras ver eso que está dentro de ti que te da pena, en ese momento dices: ¡Ah, ya va!


Esta es mi parte buena y esta es mi parte mala…

¿Cómo hago para unirlas?

¿Cómo hago para convertirme en un individuo completo, en un individuo lleno e integro?

Es allí donde la psicoterapia va a decirte: vamos a hacer ese proceso de integración, vamos a encontrarnos en la oscuridad y en la luz para entonces entendernos mejor. Es de eso que se trata la psicoterapia.

Sin sombra no hay luz.

Sepa.


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Entre dinero y amor ¿Qué eliges?

Les contaré una anécdota que jamás he contado y que creo que merece la pena hacerlo.

Hace tiempo les hablé del tiempo durante el cual viví profundas dificultades económicas. Hubo algo más que pasó en ese tiempo.

Mi papá biológico jamás estuvo conmigo, y mi desesperación era tan grande en ese tiempo desde el punto de vista económico, que a pesar de que él me había abandonado, yo me tragué mi orgullo y lo busqué para pedirle ayuda económica. Él me la dio, y adicionalmente, en ese momento empezó una amistad entre nosotros.

Durante dos años reconstruimos parte de la relación padre e hijo y logramos querernos, pero se murió. Me había vuelto a abandonar. El dejó una herencia (apartamentos, carros, dinero, etc.) y yo en mi desespero tan grande, intenté reclamar eso.

Por motivos que aún desconozco, la herencia no fue repartida (al menos como yo esperaba e imaginaba) y eso me alejó de mis hermanas durante muchos años. Hace poco nos volvimos a reencontrar, y el amor floreció. El tema de la herencia jamás se tocó a profundidad, y ya no importa. Importa que pudimos recobrar los lazos y hoy día impera el amor entre nosotros.

Lo relevante de todo eso es que fueron tiempos horribles para mí. La pobreza, la desesperación y ver como «la herencia» podía «salvarme», y que al final nunca tuve nada, fue quizás el tiempo más oscuro de mi vida, en lo económico.

Hoy veo atrás y me doy cuenta que el dinero es importante, pero el amor lo es más. Que las relaciones se pueden reconstruir, y que el dinero se puede ganar.

Hoy me doy cuenta que cuando pienso en mi papá y en mis hermanas, lo hago con amor y los valoro. Ya no me importa el pasado, y valoro profundamente el presente.

Si estás viviendo algo así, recuerda que tú eres más que tus problemas, que eres más que tus limitaciones, y que cuando todo pase, porque todo pasa, lo más importante es que el amor, en cualquiera de sus manifestaciones, se abra camino.

Sepan.


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5 errores que cometemos ante la ansiedad

Miren, la ansiedad es el infierno en la tierra. Siempre he dicho que no se le desea ni al peor enemigo.

Fundamentalmente la ansiedad es un estado emocional que produce una profunda angustia, una angustia hacia el futuro, y también es un estado del humor que puede echarnos a perder la vida. ¡Nos jode totalmente!

Aquí les digo cinco errores que debemos evitar si la ansiedad está presente en nuestra vida, ya sea en lo personal o en alguien muy cercano a nosotros.

Primer error: decirle a la gente que se calme o decirte a ti mismo cálmate. ¡No lo hagas! Es contraproducente ya que causa el efecto contrario, lejos de bajar la ansiedad, la incrementa. ¡Pilas con esto! 

Segundo error: referirse a la ansiedad como algo pasajero. Decirle a la persona ansiosa que se le va a pasar (sin tener certeza de cómo y cuándo) suele elevar el nivel de ansiedad en quien la padece.

Tercer error: asumir que la ansiedad no va a volver a ocurrir, sin haber tomado las medidas necesarias como buscar ayuda profesional y seguir el tratamiento psicoterapéutico.

“Cuando la ansiedad ataca y no se trata de la manera adecuada, vas a seguir repitiendo más procesos ansiosos y sobre todo, mucho peores, mucho más graves”.

Cuarto error: asumir que la ansiedad solamente viene porque tú estás loco o porque tú no sabes lo que estás pensando. Miren, la ansiedad no tiene nada que ver con que tú seas una persona irracional o ilógica.

La ansiedad puede tener causas hormonales o psicológicas, e incluso, puede ser provocada desde el ámbito metabólico de la persona.

Quinto error: creer que la ansiedad se va a desaparecer por el simple hecho de quitar la atención de ella.

Ese es un error bien importante que mucha gente comete, sobre todo porque tratan de eliminar la ansiedad con los mismos pensamientos que la produjeron. Es como una pelea de pensamientos que tienes en la cabeza y eso es un profundo error.

¿Qué sí hacer ante la ansiedad?

Además de buscar ayuda profesional, obviamente con Psicovivir Internacional, haz estas tres cosas que sí frenan la ansiedad.

1.- Utiliza técnicas de relajación o respiración para contrarrestar el estado emocional ansioso. ¡Funciona!

2.- Asume un estado filosófico en tu día a día, abandonando la idea de que la vida es siempre negativa. La mayoría de las cosas que nos ocurren son positivas. ¡Haz un inventario y date cuenta!

3.- Planifica tu futuro basándote en todo aquello que sí puedes controlar y entendiendo que no tienes garantía de saber perfectamente lo que va a ocurrir. ¡Piensa en positivo!

¿Sí va?

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¿Quieres ayudar a tu familiar que sufre depresión?

Si usted quiere ayudar a su familiar que sufre depresión, preste atención a estas recomendaciones.

No presione con «motivación» ni frases como:

¡Sal de eso!

¡Tú puedes!

¡Todo está en ti!

Lo que sí hace falta es apoyo, comprensión y cariño, pero no de esa forma como si fuera un coach deportivo, no, no, no, así no.

Una norma fundamental que debe cumplir la familia del deprimido: NUNCA desesperar ni ponerse bravo con el paciente. Ambas cosas suceden. Evítelas, por sobre todas las cosas.

Otra cosa muy importante: si hay peligro de suicidio no dejar que su familiar se medique solo. Supervise y vigile, sin aprisionar ni quitar libertad.

Si hay indicios de que quiere suicidarse, ni se le ocurra decirle «pero piensa en tus hijos, tu familia, etc.». Puede ser peor que diga eso.

Mosca con esto.

¿Por qué?

Por que si ud. le dice a un deprimido «piensa en tus hijos», el puede pensar «mejor me mato y les evito cargar con la piltrafa que soy».

Evite esos consejos.

Repito: ¡Mosca con esto!

Tome en cuenta que existen depresiones con síntomas psicóticos (delirios, alucinaciones). En estos casos, se debe llevar al paciente a emergencia y hospitalizar.

Es fundamental acompañar al deprimido pero no dejarse «contagiar». El deprimido es él, no uno. Suena duro, lo sé, pero, en este sentido, ud. debe estar claro. Sea compasivo pero firme, cariñoso, pero no se contagie, sincero, pero no duro. Lo importante es brindarle ayuda a su familiar, pero sin presionarlo tanto.

Cuando se es familiar de un deprimido, lo mejor que puede hacer es acompañar, cariño, comprensión, suavidad y paciencia. No caiga en los razonamientos de deprimido. Demuestre SUAVEMENTE que lo que piensa está errado, que no se basa en la realidad.

Lea bien, es fundamental que no se frustre si ud. intenta hacer entrar en razón a un deprimido. Acuérdese de que es una enfermedad. Hay días peores que otros.

Sepa.


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