Una relación llena de conflictividad no está unida por el amor, de hecho, está unida por el conflicto.
No puedes tener una relación sin conflictos cuando en el fondo el conflicto lo llevas dentro de ti, lo traes aprendido desde tu niñez, es tu marco de referencia, la manera cómo entendiste lo que es ser pareja.
Entonces la cosa se complica. ¿Por qué? Porque asumimos que el otro tiene que aguantar nuestras necedades por el hecho de amarnos. La verdad es que si se ama, no nos aguantaría eso.
Smiling young couple in casual clothing outdoors generated by artificial intelligence
Si amamos, es fundamental mantener la relación dentro del límite del amor. Cuando conviertes tu relación en un conflicto, rompiste el límite. ¿Lo ves?
Y por supuesto, toda pareja tiene conflictos y peleas. El asunto es si esa situación es permanente. Al serlo, ya no son pareja, son gente peleando entre sí.
¿Conclusión? Si quieres vivir en amor, abandona el conflicto, deja el drama.
Y si no sabes cómo, ven a consulta. Junto a mi equipo, sabemos cómo ayudarte.
¿Cuántos niños, cuántos hijos viven en matrimonios infelices? Y los padres, de alguna manera, se quedan juntos diciendo: «Es que nos quedamos juntos, por mi hijo». Y resulta que esa es la peor excusa posible que puede haber, sobre todo por la carga enorme que se le pone a ese niño, en función de mantener unido un matrimonio que ya no es viable.
Ese niño carga sobre sus espaldas la culpa de que sus padres sean infelices, pero esa culpa no es del niño, esa culpa se la están induciendo los propios padres.
Me da rabia cómo los padres utilizan a los niños como excusa para su propia infelicidad, y por no tener la suficiente valentía de asumir la decisión de separarse. Evidentemente, si son infelices, sino hay amor, pues claro que tienen que separarse.
Un niño se traumatiza, no por un divorcio.
Un niño se traumatiza fundamentalmente por la infelicidad, las peleas, la violencia y la agresividad que muchas veces existe en los matrimonios que ya no se quieren, que ya no se aman.
Es una irresponsabilidad total decir que un matrimonio no debe separarse por los hijos. Eso es realmente abominable cuando uno lo mira desde el punto de vista psicológico.
Si tú quieres un niño feliz, en principio, tienes que ser feliz tú. Si tú quieres un niño estable, si tú quieres un hijo emocionalmente sano, tú tienes que serlo.
Estar en un matrimonio infeliz, en un matrimonio sin amor, por tus hijos, te lo digo de frente y sin pena, es realmente no amar a tus hijos.
Y recuerda, nosotros estamos para ayudarte y sabemos cómo hacerlo. Para solicitar consultas pulsa el link del WhatsApp
El amor hace crecer. El amor nos hace mejores personas. El amor nos impulsa a vivir situaciones que, sin amor, no se vivirían plenamente.
El amor, cuando es real y verdadero, hace grande a ambos.
El amor potencia lo bueno en nosotros.
Yo soy un convencido de que quien ama de verdad, ama en las malas, acompaña en la soledad, incluso hasta es capaz de acompañar así esa compañía le duela. Estoy totalmente seguro de que cuando hay amor, uno entiende las circunstancias del otro, incluso, si esas circunstancias lo afectan a uno.
El amor nos hace fuertes.
Así que, ojalá ustedes encuentren un amor que los sostenga, los acompañe y los cargue un poco con sus pesos, y que ustedes hagan lo mismo, porque al vivir ese amor, las circunstancias difíciles, dolorosas, o incluso, las circunstancias que no se quieren vivir, si viven en ese amor, todo pasa y se resuelve al final con un beso tierno y un abrazo con entrega.
Les contaré una anécdota que jamás he contado y que creo que merece la pena hacerlo.
Hace tiempo les hablé del tiempo durante el cual viví profundas dificultades económicas. Hubo algo más que pasó en ese tiempo.
Mi papá biológico jamás estuvo conmigo, y mi desesperación era tan grande en ese tiempo desde el punto de vista económico, que a pesar de que él me había abandonado, yo me tragué mi orgullo y lo busqué para pedirle ayuda económica. Él me la dio, y adicionalmente, en ese momento empezó una amistad entre nosotros.
Durante dos años reconstruimos parte de la relación padre e hijo y logramos querernos, pero se murió. Me había vuelto a abandonar. El dejó una herencia (apartamentos, carros, dinero, etc.) y yo en mi desespero tan grande, intenté reclamar eso.
Por motivos que aún desconozco, la herencia no fue repartida (al menos como yo esperaba e imaginaba) y eso me alejó de mis hermanas durante muchos años. Hace poco nos volvimos a reencontrar, y el amor floreció. El tema de la herencia jamás se tocó a profundidad, y ya no importa. Importa que pudimos recobrar los lazos y hoy día impera el amor entre nosotros.
Lo relevante de todo eso es que fueron tiempos horribles para mí. La pobreza, la desesperación y ver como «la herencia» podía «salvarme», y que al final nunca tuve nada, fue quizás el tiempo más oscuro de mi vida, en lo económico.
Hoy veo atrás y me doy cuenta que el dinero es importante, pero el amor lo es más. Que las relaciones se pueden reconstruir, y que el dinero se puede ganar.
Hoy me doy cuenta que cuando pienso en mi papá y en mis hermanas, lo hago con amor y los valoro. Ya no me importa el pasado, y valoro profundamente el presente.
Si estás viviendo algo así, recuerda que tú eres más que tus problemas, que eres más que tus limitaciones, y que cuando todo pase, porque todo pasa, lo más importante es que el amor, en cualquiera de sus manifestaciones, se abra camino.
Sepan.
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Las relaciones de abuso siempre se anuncian, pero lamentablemente muchas mujeres no entienden esas señales. Eso las empuja, de manera muy ingenua, a caer en manos de tipos que luego van a abusar de ellas, en todo sentido.
Si el hombre es agresivo, impulsivo, celoso, controlador, obsesivo y sobreprotector, tiene todas las barajitas para completar el álbum de «tipo violento».
Si goza con imágenes de guerra real, si disfruta viendo linchamientos o se ríe ante eso, si se la pasa hablando de violencia, o de lo que él haría siendo violento, ese tipo tiene todas las posibilidades de, un día, ser violento y agresivo.
Si maltrata a los animales o los trata de manera despectiva, si tiene pésima relación con su padre o madre y se la pasa hablando pestes de ellos, si es de los que su solución siempre es «mandar al carajo» a quien sea, estás en peligro, estás a punto de entrar en una relación violenta.
Así que es muy buena idea que no te dejes engañar, que veas las señales, que entiendas que estos tipos siempre avisan, y que cuando no ves estas señales o andas negando que existen, vas a entrar en graves problemas.
¿Y sabes qué es sumamente complicado? Salir de relaciones abusivas.
Mandar al carajo a la gente que no quieres es relativamente fácil.
Difícil es cuando tú quieres que alguien te quiera y esa persona no quiere nada contigo. Allí mandar al otro al demonio es realmente difícil. ¿Por qué? Porque la reacción natural del amor que se da, es que este sea correspondido.
Pero la verdad es que eso no sucede así.
Podemos querer a una persona y esa persona más bien ser alguien que nos rechaza, no nos quiere, o nos hace daño.
¿Solución? La autoestima. Ese es el sentimiento que nos va a salvar de esta situación.
Mientras más autoestima tengamos, más fuerte podemos ser para alejarnos de quien queremos pero no nos quiere.
Lo inteligente entonces es siempre tener una autoestima sana, que no es más que ser objetivos en cuanto a quiénes somos, lo que queremos para nosotros, nuestras fuerzas y debilidades, y el derecho que tenemos de amar y ser amados.
Buscar la aprobación de quienes realmente nos rechacen, jamás será un acto inteligente.
Lo inteligente siempre será tener la fuerza y el carácter para entender que solo nosotros podemos tener el amor hacia nosotros mismos que nos guíe en nuestros actos, y entender que muchas veces en la vida, la única aprobación que necesitamos es la de nosotros mismos.