He ido a varios psicólogos en mi vida. De ellos solo dos quedan en mi recuerdo y, sobre todo, en mi agradecimiento eterno. La primera me hizo llorar casi una semana sin parar, y la segunda me dio tan duro que una vez salí de su consultorio, me fui a pie a mi casa, y olvidé por completo que yo había ido en mi carro a su consulta.
Ambas en su momento me dijeron cosas que yo no quería aceptar de mí mismo. Cosas que en otro tipo de conversación yo hubiese dicho «no estoy de acuerdo contigo», o incluso: «esto lo comparto y esto no». Pero a sabiendas de que estaba en un contexto terapéutico, yo entendía que ellas no me estaban dando una opinión, ni me estaban razonando algo, me estaban mostrando lo que veían de mi.
Esas dos psicólogas fueron cruciales para mí. La primera fue antes de iniciar estudios de psicología. De hecho, yo conocí la psicología y lo que hacía fue gracias a ella. A la segunda fui ya siendo psicólogo, pero metido en mil líos emocionales que me hacían la vida un infierno.
De ellas aprendí que un psicólogo no da consejos, no opina, no debate, no razona. Un psicólogo te muestra quién eres, te devuelve a ti, te enseña lo que tú no ves de ti mismo, y eso duele, siempre duele.
¿Por qué? Porque si no doliera, no te hubieses negado a verlo en ti mismo.
Si un psicólogo te da consejos subjetivos o basado en sus creencias, si un psicólogo te da juicios u opiniones, si un psicólogo califica algo como bueno o malo, si un psicólogo se pone a debatir contigo, no fuiste a un psicólogo, fuiste donde un amigo.
En consulta podemos ayudarte a reforzar tu autoestima, para que tengas más seguridad y andes por la vida más ligero. Escríbeme al WhatsApp para ayudarte.
Mire, sí, soy psicólogo, pero no soy perfecto. Nadie lo es.
La cuestión es que nadie habla de eso. El mundo está lleno de gente moralista, bonita y perfecta, que irradia luz y amor. Realmente no todo es tan así. Y, de hecho, siempre lo he dicho, yo desconfío de esas personas que se creen perfectas.
Claro que uno puede perdonar. Claro que uno puede reconectar, pero también se puede no perdonar, se puede no superar el rechazo, se puede no amar a todos.
Y desde allí yo puedo vivir tranquilamente con esas emociones, esos sentimientos, esas zonas oscuras y comportamientos que no siempre son los adecuados. Son parte de mis sombras y las tengo conscientes.
¿Por qué?
Porque somos seres humanos. Fin del cuento.
Es normal no amar a tu enemigo.
Es normal perdonar. Pero también está bien no perdonar. Sencillamente a veces no queremos hacerlo.
Eso de amar a todo el mundo es irreal. Entiéndalo. Nadie ama a todo el mundo. ¡Déjese de cuentos de camino!
Soy un psicólogo que va pal psicólogo, porque también necesito ajustar mis tornillos sueltos y mis tejas rodadas.
Los errores forman parte del ser humano, pero muchos de nosotros, aún sabiéndolo, queremos hacer todo perfecto, y no, la cosa no funciona así. Aprender a integrar en nosotros nuestras luces y sombras es fundamental, sin hacernos daño y sin hacerle daño a nadie.
Si algo detesto yo en la vida es a un psicólogo que se crea más que los demás.
Tengo un rechazo profundo hacia todos esos profesionales en psicología que se creen superiores al resto en función de su moral, ética, manera de comportarse y creencia absoluta de que él sabe solucionar todos los problemas que se le presentan , porque tiene una respuesta ante todo cuestionamiento que se le hace.
A los psicólogos así, yo los rechazo, de hecho, utilizaré una palabra más fuerte aún: los detesto.
Por eso justamente creé Psicovivir Internacional, para poder agrupar a psicólogos en Iberoamérica y así convertirnos en el movimiento de psicología online más grande de la región, y desde allí enseñar una psicología diferente.
Nuestros psicólogos son entrenados, capacitados y supervisados para que jamás se sientan superiores a sus pacientes, y que no estén enseñando formas morales de vivir, criterios éticos de existencia, sino que, sencillamente, se aboquen a que sus pacientes entren jodidos a consulta y salgan sabiendo vivir y solucionar sus problemas en la vida.
Un psicólogo no es un derroche de buen comportamiento, un psicólogo es un individuo tan perdido como tú, pero que tiene mapa y linterna para ayudarte a transitar en la oscuridad de tus problemas emocionales, y llevarte a un ‘darte cuenta’ para vivir mejor.
No creo en el psicólogo que tiene una vida ejemplar, que parece más a un gurú o místico, en vez de ser una persona normal que tiene dudas, debilidades, sombras, incluso comportamientos autodestructivos que muchas veces no sabe ni siquiera dominar, es decir, un individuo normal como el resto del mundo, solo que con criterio técnico, metodológico y profesional, para no caer en sombras profundamente oscuras, y ayudar a otros individuos para que salgan de las suyas o no caigan nunca en ellas.
Eso somos en Psicovivir Internacional, individuos normales, con errores, defectos y sombras, pero que tenemos el conocimiento suficiente y necesario para ayudarte. Nosotros sí sabemos cómo ayudarte.
El resto de los psicólogos que se la pasan predicando y practicando niveles absolutamente imposibles de vivir desde la moralidad, rectitud, y maneras ejemplares de andar por la vida, pues vayan y jódanse. Nosotros no somos eso.