Sobre ser padres…

Sin duda alguna, la buena crianza es una de las cosas más difíciles de lograr. En mi visión de las cosas, los hijos serán en gran medida lo que vean en su propia familia, en su madre y en su padre, y cómo ellos se relacionan consigo mismos en sus roles de padres y de pareja.

A muchos padres les cuesta un mundo ejercer ese rol, la responsabilidad parece agobiarlos.

Existen padres que intentan controlar con manipulaciones culposas a los hijos. Esto genera mucha rabia.

Un hijo se formará débil y dependiente si sus padres no lo enseñan a tener tolerancia a la frustración.

¿Quieres un hijo tiránico? Dale todo.

Existen padres que creen que la autoridad es solo pegar gritos y golpear. Más bien eso socava el respeto y genera resentimiento.

No quieres que tus hijos caigan en drogas, pero resulta que tú bebes en exceso. Estás dando un doble mensaje.

Existen padres con tanto miedo a la vida, que convierten a sus hijos en unos inseguros.

Las escuelas para padres solo orientan, pero la verdadera paternidad está en tu corazón, en tu buena voluntad.

Si les enseñas a tus hijos tus valores, vivirán como lo haces tú.

¿Eres feliz con tu vida? Sé feliz y enseña felicidad. Ese es el camino.


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Entre dinero y amor ¿Qué eliges?

Les contaré una anécdota que jamás he contado y que creo que merece la pena hacerlo.

Hace tiempo les hablé del tiempo durante el cual viví profundas dificultades económicas. Hubo algo más que pasó en ese tiempo.

Mi papá biológico jamás estuvo conmigo, y mi desesperación era tan grande en ese tiempo desde el punto de vista económico, que a pesar de que él me había abandonado, yo me tragué mi orgullo y lo busqué para pedirle ayuda económica. Él me la dio, y adicionalmente, en ese momento empezó una amistad entre nosotros.

Durante dos años reconstruimos parte de la relación padre e hijo y logramos querernos, pero se murió. Me había vuelto a abandonar. El dejó una herencia (apartamentos, carros, dinero, etc.) y yo en mi desespero tan grande, intenté reclamar eso.

Por motivos que aún desconozco, la herencia no fue repartida (al menos como yo esperaba e imaginaba) y eso me alejó de mis hermanas durante muchos años. Hace poco nos volvimos a reencontrar, y el amor floreció. El tema de la herencia jamás se tocó a profundidad, y ya no importa. Importa que pudimos recobrar los lazos y hoy día impera el amor entre nosotros.

Lo relevante de todo eso es que fueron tiempos horribles para mí. La pobreza, la desesperación y ver como «la herencia» podía «salvarme», y que al final nunca tuve nada, fue quizás el tiempo más oscuro de mi vida, en lo económico.

Hoy veo atrás y me doy cuenta que el dinero es importante, pero el amor lo es más. Que las relaciones se pueden reconstruir, y que el dinero se puede ganar.

Hoy me doy cuenta que cuando pienso en mi papá y en mis hermanas, lo hago con amor y los valoro. Ya no me importa el pasado, y valoro profundamente el presente.

Si estás viviendo algo así, recuerda que tú eres más que tus problemas, que eres más que tus limitaciones, y que cuando todo pase, porque todo pasa, lo más importante es que el amor, en cualquiera de sus manifestaciones, se abra camino.

Sepan.


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