Sin pasión no hay esfuerzo

Es fundamental entender que la pasión es la fuerza que nos arrastra inexorablemente a cumplir nuestros objetivos.

La pasión es la vida, es la forma, es el fondo y el motivo.

Cuando un sueño o una meta se nos mete en el alma, el germen de hacerlo realidad nos motiva de forma insospechada.

Créame, sin pasión no hay esfuerzo. De hecho, una persona apasionada es un alma imposible de encerrar.

Una persona apasionada se sabe viento, tormenta, trueno y relámpago.

Es la pasión que nos mueve lo que invita a vivir. Estoy totalmente convencido de que no hay imposibles para alguien profundamente apasionado.

El compromiso con lo que haces es la fórmula del éxito. Sin entrega, incluso obsesiva, no vas a prosperar.

Si quieres lograr algo, sal y no regreses hasta que lo logres.

No te quedes admirando a la gente que hace realidad sus sueños, conviértete en una, empezando por sacudirte la autocompasión, erradicar el pesimismo y mirar hacia el futuro con ojos de posibilidad.

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Cuando caes al suelo, ¡levántate!

Hay momentos en la vida en los que nos sentimos completamente derrotados, como si el suelo se abriera bajo nuestros pies y no hubiera manera de levantarse. Alguien, alguna vez, me dijo que cuando uno cae, lo hace sobre el mismo suelo que lo ayudará a levantarse. Es un consejo que en su momento me iluminó, y hoy quiero compartirlo contigo porque es, sin duda alguna, una verdad del tamaño de una catedral.

El suelo como punto de partida

A lo largo de la vida, enfrentamos situaciones que parecen querer destruirnos por completo. Despedidas dolorosas, fracasos profesionales, problemas familiares o desafíos personales que nos dejan sin aliento. Lo curioso es que esas mismas circunstancias, que en su momento parecen desmoronarnos, son las que moldean nuestro carácter, nos hacen más fuertes y nos preparan para lo que viene. Muchas veces, lo que parece ser el fin es solo el comienzo de algo mucho más grande.

No siempre tenemos la fuerza, pero siempre podemos encontrarla

Cuando te encuentras en uno de esos momentos difíciles, lo primero que piensas es: «No tengo la fuerza para seguir adelante». Y, ¿sabes qué? Puede que tengas razón. Puede que en ese instante te falten las energías y no veas una salida. Sin embargo, lo maravilloso de estar en el suelo es que, cuando no tienes nada que perder, lo único que queda es ganar. El triunfo no siempre es externo; muchas veces, el mayor éxito es sobre uno mismo, en nuestras batallas internas.

Levántate del suelo, ese es tu punto de apoyo

El mismo suelo que te vio caer es el que te va a ayudar a levantarte. Apóyate en tus experiencias, incluso en tus errores, porque son los que te enseñan desde dónde caminar con firmeza. No se trata de evitar las caídas, sino de aprender de ellas. Cada paso que des después de levantarte será más firme y consciente, y con el tiempo, te darás cuenta de que no hay atajos hacia la fortaleza interior.

No existe un camino fácil hacia la fortaleza

Es fundamental entender que no existe un camino fácil hacia la verdadera fortaleza. Eso no es real. Lo que sí es real es la capacidad que tenemos de construir nuestra propia fuerza, incluso cuando parece que no tenemos nada de dónde agarrarnos. Las caídas no son el final; son el comienzo de una nueva etapa donde, con esfuerzo, construimos una versión más fuerte de nosotros mismos.

motivación

Cada vez que caes, recuerda: el suelo es tu aliado. Te sostiene, te permite levantarte y te da la perspectiva para saber hacia dónde caminar. Aprovecha cada tropiezo para aprender, crecer y levantarte con más fuerza. El éxito no es inmediato, pero cada paso cuenta en el proceso de fortalecimiento personal.

Si sientes que necesitas ayuda para encontrar esa fuerza en momentos difíciles, te invito a explorar las opciones de atención psicológica disponibles en nuestra web. En Psicovivir Internacional, estamos aquí para acompañarte en tu proceso de crecimiento y autodescubrimiento. ¡Haz clic aquí y empieza tu camino hacia la fortaleza interior hoy mismo!

Belinda se cayó y Anitta la rescató: Lo que podemos aprender de un acto sencillo

BELINDA

Vimos el video, ¿cierto? Belinda se cayó y Anitta, sin pensarlo dos veces, la ayudó. ¿No te parece un gesto maravilloso? Una muestra de solidaridad pura, sin interés alguno. Ahora, te pregunto: ¿por qué no somos así siempre? ¿Por qué no tendemos la mano cuando alguien está en el suelo, cuando alguien necesita ayuda?

El hecho de ver a Anitta arreglándole la media a Belinda y ayudándola a levantarse me hizo reflexionar. Es un recordatorio de que todos, en algún momento de nuestras vidas, nos hemos caído. Tanto literal como metafóricamente. Lo importante no es la caída, sino la manera en que nos levantamos. Belinda lo hizo con dignidad, con la frente en alto, y ese es el ejemplo que deberíamos seguir.

¿Cuántas veces no hemos necesitado de una “Anitta” en nuestras vidas? Alguien que esté allí para levantarnos, para ajustarnos “la media” cuando nos sentimos derrotados, y para darnos ese empujón que nos haga seguir adelante. En ese pequeño acto vi la historia de la humanidad: la parte buena, la parte que nos recuerda que el apoyo mutuo es lo que nos hace mejores como personas.

BELINDA Y ANITTA EN LA PAARELA LOREAL PARÍS

Porque, al final del día, eso es lo que debería definirnos como humanos: la capacidad de ayudar, de conectar y de tender la mano cuando alguien más lo necesita. Y sí, también cuando necesitamos reparar esos defectos internos, esas emociones desajustadas. Porque mientras más trabajemos en nosotros mismos, más podremos contribuir a un mundo mejor.

¿Alguna vez has sido «Anitta» para alguien o alguien lo ha sido para ti?

Cuéntamelo en los comentarios, que estaré encantado de leerte y compartir contigo mis pensamientos. Y si sientes que necesitas una mano, ya sabes dónde encontrarme. Clic aquí para consultas psicológicas.

Sin disciplina no hay éxito

Estoy totalmente convencido de que no hay atajos, no hay fórmulas mágicas, es a punta de disciplina, constancia y esfuerzo con que uno logra las cosas.

Muchas veces tenemos grandes ideas, e incluso, tenemos las habilidades, el talento, la experiencia, pero fallamos en eso de la disciplina, y por allí se nos va la vida sin concretar absolutamente nada, sin alcanzar ni pequeñas ni grandes metas. 

¿Qué hacer ante eso?

Es fundamental entender que la disciplina se trata de la habilidad para mantener el enfoque en metas y objetivos, a pesar de las distracciones y desafíos. Andar derechito con eso que dijiste que ibas a hacer, que te planteaste como meta. 

Para lograrlo nos toca integrar en nosotros motivación, emociones, fuerza de voluntad y ganas, muchas ganas.

Es precisamente el elemento emocional el que nos llevará por el camino. 

¿Por qué? 

Porque muchas veces nos gana la frustración, la ansiedad o el estrés. Ante eso, buscar ayuda es fundamental porque, sin duda alguna, el éxito está directamente ligado a nuestra capacidad de gestionar las emociones, de desarrollar tolerancia ante la frustración, y de tener la actitud correcta para ver los obstáculos como parte del camino al éxito. ¿Te das cuenta?

Si sientes que te cuesta establecer disciplina en tu vida, es momento de revisar tus emociones, de ver más allá del problema y de buscar soluciones para que puedas enfocarte y llegar a donde quieres. 

Recuerda, el éxito no es casualidad, es causalidad. 

¿Eres disciplinado o te gustaría desarrollar eso en tu estructura de personalidad? Respóndeme en los comentarios.

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Si estás motivado, lo imposible no existe

Existen personas que nos enseñan de forma permanente que no existen limitaciones cuando la motivación es grande.

Admiramos a los seres que convierten sus sueños realidad, pero muchas veces, ni a soñar nos atrevemos. Muchas veces en televisión o en las redes sociales vemos a gente lograr grandes hazañas, mientras rumiamos nuestras penas y nos quejamos de la vida.

La motivación es una emoción tan fuerte como el amor y el odio. Estoy totalmente convencido de que lo imposible, generalmente, es la forma de vivir de los cobardes.

De hecho, me parece imposible, después de ver la hazaña de muchas personas, pensar que hay algo imposible.

No importa si la motivación explica o no todo en la vida. Si estás motivado, le dejas la filosofía a los demás mientras tú logras cosas a través de las acciones.

No se puede lograr nada sino estas motivado. Bueno sí, sí se puede lograr algo: ¡fracasar!

Cuando entiendes que la fuerza humana radica en el alma y no en el cerebro, quizás puedas entender algo de lo humano…somos imparables si tenemos la estructura de personalidad, la disciplina y la motivación correctas.

¿Sientes que necesitas ayuda para elevar tu motivación? Ven a terapia. Estamos para ti. Toca aquí para atenderte.

Conviértete en quien hace realidad sus sueños

En tiempos complicados nos cuesta soñar. En medio de problemas personales, sociales o mundiales, mientras las situaciones van ocurriendo, tenemos tendencia a ir perdiendo esperanzas y asumir el pesimismo como si eso fuese realismo.

Adicional a eso, admiramos a quienes sueñan, son optimistas y que, a pesar de las adversidades, cumplen sus sueños, pero lo hacemos desde nuestro lugar emocional de sufrimiento y pesimismo.

Salir de esta situación requiere valor, valor desde lo emocional, ya que tener esperanzas en medio de las dificultades, solo pueden hacerlo los valientes.

En consecuencia, no te quedes admirando a la gente que hace realidad sus sueños, conviértete en una, empezando por sacudirte la autocompasión, erradicar el pesimismo y mirar hacia el futuro con ojos de posibilidad.


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