Muchas veces tenemos la muy mala suerte de relacionarnos con personas que dicen mentiras compulsivas, los llamados mitómanos. Sí, la mala suerte. Y les voy a explicar por qué.
Nos relacionamos con esa persona, empezamos a recibir mentiras, no necesariamente ligadas a la infidelidad, si no mentiras propiamente dichas, o sea, la gente inventando cosas. Y entonces, realmente se nos complica el asunto relacional porque no sabemos cómo lidiar con eso.
Entonces ¿Cómo lidiar con un mitómano?
Miren, cuando uno está lidiando con un mitómano, está lidiando con una ausencia total y absoluta de la verdad.
Eso es lo primero que tenemos que establecer.
La mitomanía, si lo vemos desde el punto de vista psicológico, es una psicopatología bien importante que está inmersa en algunas enfermedades mentales que son bien profundas y difíciles de curar.
¿Qué significa eso?
Que no podemos estarle diciendo mitómanos a todo el mundo, okey, porque no todo el mundo es mitómano, hay gente que sencillamente por sinvergüenzuras, dicen mentiras. ¿Qué debemos hacer ante la persona que dice mentiras constantes?
Antes de separarnos, antes de terminar la relación, antes de irnos para el demonio, lo que debemos hacer, en primer lugar, es enfrentar a ese individuo con sus propias incongruencias, con sus propias incoherencias, enfrentarlo con sus propias realidades.
Muchas veces, las personas que tienden a mentir, en la medida en que uno los enfrenta con su realidad, entonces por consecuencia, dejan de mentir, así que hay esperanza.
En ese sentido, primero tenemos que enfrentarlo, mostrarle que nos hemos dado cuenta que nos ha mentido y no nos va a ver la cara de tonto más nunca. Eso es primordial, el enfrentamiento y el descubrimiento.
Insisto, eso puede traer como consecuencia que esa persona deje de mentir a posterior.
Segundo, vivir las consecuencias de la mentira. Cuando estas personas generalmente están diciendo mentiras o son mitómanos o están en esta situación, tú sabes, de permanente falsedad, hay que asumir las consecuencias de los actos.
Esa persona tiene que asumir las consecuencias de sus actos. En la medida en que nosotros somos como una especie de barrera protectora de que estos individuos mentirosos no vivan las consecuencias de las cosas que están haciendo, en esta misma medida, estamos reforzando que ellas sigan mintiendo más, ¿se da cuenta?
Por ejemplo, te robaste una cosa, mentiste, y entonces vas a mentir también pa que este individuo no se lo lleven preso.
No, no sirve, no sirve, porque si esta persona no vive las consecuencias de sus actos, va a seguir mintiendo.
Por último, en la medida en que usted va descubriendo mentiras, va enfrentando esto, y viviendo las consecuencias de los actos, y esa persona continúa en ese proceso de mentira, yo en ese aspecto soy bien radical y le diría, hay que dejar la relación, porque ya está persona, no, ya se acostumbró a vivir desde la mentira, ya se acostumbró a vivir desde la falsedad, ya es una estafa emocional.
En consecuencia, no hay manera de poder convivir, no hay manera de poder sobrevivir a una relación de ese sentido. Usted me pudiera decir, pero bueno, ¿por qué no la mandamos a terapia primero, por qué no lo mandamos a ayuda profesional primero?
Yo diría que sí, okey, está bien, hágalo, pero yo le voy a ser muy claro, muy sincero…
La posibilidad de que una persona con una mitomanía preponderante que sea realmente rutina la falsedad, ni siquiera las terapias lo van a arreglar.
En consecuencia, lo mejor es sencillamente dejar de un lado y buscar una vida más honesta, mucho más sincera, donde usted pueda sentirse mucho más seguro.
