No cabe duda que pueden pasar todos los movimientos sociales, culturales y de toda índole en el mundo, pero el principio de que los hijos, de alguna u otra forma, van a seguir el ejemplo de sus padres, siempre será una norma.
Ese principio va por dos vías: o tratamos de cubrir las expectativas de nuestros padres o, sencillamente, nos alejamos de las figuras parentales que sentimos que nos hicieron daño.
Esta segunda vía siempre es muy dolorosa porque deja profundas carencias y hasta traumas, muchas veces difíciles de superar.
Pero en el caso de LeBron James y su hijo, que ahora juegan juntos basquetbol para el mismo equipo, los @lakers, podemos ver un caso positivo de ejemplos parentales, que luego son seguidos por los hijos, y que terminan en historias que, definitivamente, hacen sentir bien a sus protagonistas.
Y a los que estamos mirando desde afuera, nos hace sentir esperanzas en función de un mundo mejor, y de tratar de absorber esos ejemplos para poder ser mejores padres, y guiar mejor a nuestros hijos.
Siempre pasamos una edad en la que pensamos que nuestros padres están profundamente equivocados, y luego llegamos a otra en la que pensamos que tenían razón, o que igual sentimos que estaban equivocados, pero ahora comprendemos sus motivos.
Justamente cuando llegamos allí, entendemos el peso y la responsabilidad de ser padres, y entendemos también como hijos, todos los procesos que tuvimos que tener hasta llegar al punto donde estamos.
Me da esperanza @Lebron James y su hijo, @bronny, porque eso significa que siempre podemos aprender desde una visión externa, a mejorar procesos internos.
Seguir las figuras de nuestros padres que fueron buenos para nosotros, o alejarnos y mejorar aquellos procesos que vimos en ellos que nos hicieron daño, nos hace, sin duda alguna, buscar siempre ser la mejor versión de nosotros mismos, y ayudar a nuestros hijos a que también lo sean.

