Supera el mito del padre tóxico y crece emocionalmente

A menudo, atribuimos nuestras dificultades emocionales a nuestros padres, considerando que son ellos los responsables de nuestros traumas. Sin embargo, es fundamental reflexionar sobre nuestra propia responsabilidad en el proceso de sanación. En este artículo, exploramos cómo la autoevaluación puede liberarte de la carga de la culpa y llevarte hacia un crecimiento personal auténtico.


El mito del padre tóxico

Es común escuchar la frase «mis padres son tóxicos» como una justificación para nuestras dificultades emocionales. Pero, ¿realmente es así? A veces, lo que consideramos una toxicidad en nuestros padres puede ser un reflejo de nuestra propia incapacidad para comprender su lenguaje del amor.

Muchos de nosotros culpamos a nuestros padres de todos nuestros problemas, sin detenernos a reflexionar sobre el hecho de que tal vez no hemos sido capaces de entenderlos o, aún más, de dar lo que exigimos de ellos.

La proyección de nuestros complejos

Nos escudamos en nuestros propios complejos y trastornos de personalidad, responsabilizándolos de nuestras dificultades. Es más fácil señalar con el dedo que asumir la responsabilidad de nuestras decisiones y de la vida que hemos construido. Al final del día, somos los arquitectos de nuestra propia existencia.

Es cierto que los traumas infantiles pueden influir en nuestra personalidad y comportamiento. Pero a partir de la adultez, la responsabilidad de nuestra vida es nuestra. Esa carga no puede recaer eternamente sobre los padres que, aunque puedan haber cometido errores, ya no son los que definen nuestro destino.

La importancia de buscar ayuda

Si sientes que tu vida no avanza y crees que tus problemas provienen de traumas pasados, es esencial buscar ayuda profesional. No podemos seguir anclados en la idea de que nuestros padres nos «echaron a perder» la vida. Esa mentalidad solo perpetúa un ciclo de victimización que impide nuestro crecimiento personal.

La verdadera evolución comienza cuando tomamos la responsabilidad de nuestros procesos emocionales. Al hacerlo, nos liberamos de la carga de la culpa y comenzamos a trabajar en nuestra sanación.

Culpar a nuestros padres de todos nuestros males es un camino fácil, pero no productivo. La clave para sanar y crecer radica en la autoevaluación y en la búsqueda de apoyo emocional. No olvides que, a veces, la persona tóxica puede ser tú mismo.

Si sientes que es hora de tomar las riendas de tu vida y superar tus obstáculos emocionales, te invitamos a explorar todas las opciones de atención psicológica que ofrecemos en nuestra web: psicovivirinternacional.com.

¡Es momento de ser la mejor versión de ti mismo!

Cómo evitar o liberarte de parejas tóxicas

Siempre nos dicen que para salir de nuestras parejas tóxicas o de relaciones que no sirven, primero tenemos que amarnos a nosotros mismos, tener autoestima, respetarnos, tener dignidad, etc., etc. Y muchas veces no sabemos cómo hacer eso. Cómo tener autoestima, cómo tener dignidad, cómo quererse a sí mismo. Muchas veces no tenemos esa respuesta. Vamos a hablar de eso.

Sí, es verdad, para salir de la relación tóxica tenemos que amarnos a nosotros mismos, tenemos que tener una buena autoestima, tenemos que respetarnos y tener dignidad, sí, pero ¿Cómo se hace eso?

Para amarnos a nosotros mismos tenemos que cuidarnos. Amar significa proteger, amar significa cuidar. En la medida en que nosotros nos protegemos y en la medida en que nos cuidamos, en esa misma medida, nuestra autoestima está funcionando. Cuando hablamos de amor hacia nosotros mismos, y estamos hablando también entonces de autoestima, de alguna forma, entendemos que no podemos desmerecernos, que no podemos insultarnos, que no podemos decirnos que somos tontos.

¿Por qué? Porque si agarras a una persona que tú amas y tú la insultas, evidentemente tú no la estás amando ¿verdad? En consecuencia, no te puedes insultar a ti mismo. Ahí está la combinación de amor y autoestima.

Amor tiene que ver con cuidarse, con protegerse. Y autoestima tiene que ver con respetarse, con no humillarse, con no decirse cosas feas.

¿Te das cuenta la diferencia?

Y ahora, si a eso le sumamos un proceso que implica dignidad, que implica entender que debes tener contextos, estructuras y personalidad para poder salir de una relación tóxica, entonces tienes las tres divinas personas en este sentido ¿verdad? autoestima, amor y dignidad.

La dignidad va dirigida absolutamente al hecho de que tú mereces y tienes el derecho absoluto de vivir bien. Tienes, yo diría como un mandato divino, de que viniste a esta tierra a ser feliz. En consecuencia, nadie puede humillarte, nadie puede menospreciarte y nadie puede intentar hacerte sentir mal con cosas que, al final de cuentas, tú sabes que están bien. La dignidad implica respeto personal, y para tenerlo, lo único que tienes que entender es que tienes el derecho inapelable de ser feliz.

Pero eso no te va a venir del cielo, eso no te va a caer como un milagro, tienes que producirlo tú y eso implica un esfuerzo, eso implica un desarrollo existencial ligado a producirte tu propia felicidad. Ahí es donde vas a encontrar la dignidad.

Si necesitas ayuda, ven a consulta. Junto a mi equipo, sabemos cómo ayudarte.