El amor no son solo palabras. El amor necesita de acciones. De hecho, cuando nosotros solo hablamos del amor, y expresamos el amor, sin acciones, es definitivamente un cuento, una paja, puro gamelote.
El amor se expresa en acciones y esas acciones tienen que ver, generalmente, con actos ligados al amor, también a la comprensión, al entendimiento, a la comunicación, al respeto.
El amor implica acciones, no solo palabras. Y, aunque es necesario escuchar expresiones relacionadas al amor, o son necesarias las poesías, las cursilerías, y todas aquellas frases que nos decimos desde el punto de vista del amor, sino vienen a través de acciones, no vale de nada.
Las acciones en el amor muchas veces tienen que ver con sacrificios, tienen que ver con dar un paso atrás, tienen que ver con la humildad, con bajar el ego, con asumir posturas que, a veces, no quisiéramos, incluso, las acciones del amor tienen que ver con asumir algunas cadenas que nosotros libremente escogemos.
Las acciones del amor tienen que ver, generalmente, con cosas que nosotros otorgamos. El amor es dar, siempre dar.
Cuando nosotros hablamos desde el amor, o solamente decimos palabras bonitas, o decimos ¡te amo! pero nuestras acciones no son correspondientes a eso, sencillamente estamos siendo hipócritas, estamos engañando, no somos verdaderos.
Cuando somos egoístas, cuando asumimos posturas personalistas, cuando somos individualistas, cuando solo pensamos en nuestro beneficio, en nuestro sentimiento, nuestros dolores, nuestras carencias, y no nos importa las emociones del otro, lo que el otro vive, lo que el otro piensa o siente, pudiéramos decir un ¡te amo! maravilloso y nuestra acción, sencillamente, será una mierda.
Muchas personas me han preguntado si mi esposa y yo estamos separados. La respuesta es sí.
Nos hemos separado de andar mostrando el amor en redes sociales, de alardear nuestro infinito amor o nuestra maravillosa relación. Nos hemos separado de decirles a uds. que nosotros nos amamos y todo eso.
¿Por qué? Porque nada de eso es así.
Mi esposa y yo hemos tenido peleas, discusiones, tristezas. Hemos tenido crisis, rollos, separaciones momentáneas y conflictos. No siempre nos amamos, no siempre tenemos vidas perfectas, a veces ella me odia un poco y yo a ella.
A veces no nos queremos ver y más bien provoca irse lejos. De hecho, a veces, incluso, hasta provoca buscarse otra pareja.
¿Qué significa eso?
Que somos gente normal. Que vivimos una relación con nuestras propias reglas, con nuestros propios convenios. Ella y yo vivimos una vida bastante poco convencional. Tenemos nuestros acuerdos y maneras de vivir.
Entonces sí, nos separamos de hacer lo que la mayoría hace acá en redes sociales: mostrarse perfectos en vez de mostrarse reales.
Así que no sigan preguntando si nos separamos o no.
Pregúntense ustedes mismos si son felices donde están, con sus parejas o solos. Pregúntense eso ustedes. Es lo que realmente importa.
Si mi esposa y yo nos separamos, jamás haremos «un comunicado», jamás lo vamos a anunciar, y sencillamente la verán a ella saliendo con un moreno (a ella le fascina el cantante Seal), y a mi me verán fundando una mansión Playboy (tengo que inventar un nombre en esa fantasía). Me verán viajando por el mundo y a ella, comprando carteras de lujo en capitales del mundo. O incluso, hasta nos verán viviendo quizás una relación poliamorosa o más bien solos, en la casa, pero en cuartos separados.
¿Qué quiero decir con eso?
Que nuestra relación o no, es a puertas cerradas y que vivimos la vida que hemos elegido vivir, en la forma que queremos, de la manera que queremos, y no a la luz del morbo de las redes sociales, donde si no apareces en foto feliz, entonces «¡ay, se separaron!»
Por último, hoy estamos de aniversario. Una vida juntos y a veces también separados. ❤️
Muchos de los amores que se plantean actualmente, están basados en un proceso natural de búsqueda sensual y se alejan del verdadero compromiso que implica estar unidos.
Hay quienes lanzan al viento un «te amo» como si fuera un simple saludo de cortesía. Pero la verdad es que no hay amores superficiales, lo que hay son palabras vacías y gente superficial que juega con los sentimientos de los demás.
Y ahí están los necesitados, los que caen en el juego y se creen todas esas promesas falsas. Gente que se deja llevar por palabras bonitas y cuentos de camino, sin ver más allá de la superficie, sin cuestionar si realmente hay amor o solo una ilusión efímera.
No hay amores superficiales. Lo que sí hay es gente superficial diciendo te amo.
Es fundamental no dejarse llevar por el discurso vacío de quienes no saben amar de verdad. Por quienes ofrecen villas y castillos, pero verdaderamente no plantean un compromiso de relación desde el amor, entendiendo que el amor se construye, y no es solo esa cumbre borrascosa, pasional y sexual de los primeros días.
El amor verdadero va más allá de las apariencias y las palabras bonitas. Lo otro son solo amores superficiales.
Desde mi punto de vista, es un mal social que viene a ser una consecuencia de la revolución sexual de los años 60, donde el hedonismo desmesurado comparado sólo con el libertinaje, da paso a una promiscuidad reprimida que sale a la luz en la forma de relaciones superficiales. Y allí entonces está la gente con baja autoestima, necesitada de amor, que se come el cuento, y viene el desastre.
En fin, todo amor que no esté basado en la mutua comprensión, en la mutua aceptación, en el respeto por el otro, el buen trato, el cariño, la búsqueda mutua del placer y la comunicación franca, puede considerarse un amor superficial.
Quien da ese tipo de amor necesita ayuda psicológica. Y quien lo recibe y lo acepta como un amor real y profundo, también.
Muchas veces establecemos relaciones a distancia, casi siempre online, y pareciera que este tipo de amores son más fuertes. Y esto tiene una razón de ser: en las relaciones a distancia no solamente te enamoras de la persona que tienes al frente, a través de la pantalla, sino que te enamoras del amor, te enamoras de lo que sientes hacia esa persona, porque la idealizas, la piensas, la fantaseas, y todo esto potencia ese sentimiento de enamoramiento.
¿Esto es bueno o malo? Todo va a depender del nivel de madurez que ustedes tengan y, sobre todo, del nivel de sinceridad que ustedes tengan dentro de la relación.
¿Por qué lo digo? Porque a través de una cámara o del WhatsApp, yo te puedo estar mostrando solo una parte de mí, un aspecto de mí, y eso te hace enamorarte de una parcialidad, no se puede estar seguro de que la persona se está mostrando tal y como es.
Y puede pasar que cuando conoces a la persona, es otra cosa. Y mira que se han visto casos. Se ven por videos, hasta tienen sexo virtual, y cuando se ven en persona, no se gustan.
En todo este proceso de imaginación, de fantasía, agrandaste más los elementos emocionales que te traen como consecuencia que tú vayas exagerando en esa sensación que vas teniendo.
En consecuencia, es fundamental que tengas presente que los amores virtuales o a distancia, tienen en algún momento que convertirse en presenciales.
He visto casos de gente que se compromete en matrimonio, sin conocerse realmente. Eso a mí me parece una locura, corren demasiado riesgo al estar asumiendo que una relación así va a surgir. No, yo creo que no.
Es muy importante que se comprenda que las relaciones tienen que tener carne, tienen que tener piel, tienen que tener esa motivación física que trae aparejado la sexualidad, el compañerismo y la compenetración en personas que se están mirando, frente a frente, y no solo a través de una cámara, de un video o de un mensajito de texto.
¿Que nos podemos enamorar desde la virtualidad y la distancia? Sí, para eso usan las nuevas tecnologías, pero nada sustituye el contacto, nada sustituye la química, nada sustituye el que nosotros nos veamos, nos toquemos, nos compenetremos en vivo y directo.
En conclusión, si vas a tener relaciones virtuales, ten cuidado, mosca con que no te estén vendiendo humo, de qué no te estén montando en la olla, porque lo virtual en esos amores a distancia pueden convertirse en algo muy malo.
En estos días atendí a alguien en consulta, y esa persona me decía que no sabía cómo separarse de la persona que le había hecho tanto daño y que además, estaba hablando mal de ella.
Yo lo primero que pensaba era: a esta persona no le duele todo lo que le han hecho. Si esta persona le doliera todo lo que le han hecho, seguramente haría todo para salir de esa relación. Y ese es el mensaje que quiero decirte a ti.
Muchas veces no sales de relaciones, muchas veces no sales de situaciones que te dañan y te causan sufrimiento porque no te duele lo suficiente, porque no estás sintiendo el daño que te están haciendo, porque no estás viviendo a nivel de experiencia personal intrínseca todo el dolor que estás padeciendo, porque si lo vivieras, si lo sintieras, si no fueras inmune a ese dolor, si no te conformaras con migajas, con pequeños momentos, con pequeñas cosas, si te dieras cuenta de verdad todo lo que te afecta, lo más seguro es que esa relación la pudieras dejar.
No digo que sea fácil, pero ponte a pensar en la clase de relación en la que estás viviendo y decide si vale la pena seguir allí. Piensa en ti. Si necesitas ayuda, ven a consulta. Junto a mi equipo, sabemos cómo ayudarte.