Una de las cosas de la que poco se habla tiene que ver con los trastornos mentales o los problemas emocionales o los trastornos de personalidad, y yo creo que es importante hablar al respecto.
Así que hoy vamos a hablar sobre la bipolaridad o trastorno maníaco depresivo. Eso sí, en el lenguaje que siempre me caracteriza, así que vamos ¡Pa lante!
Cuando hablamos de bipolaridad estamos hablando de dos polos, evidentemente, depresión y manía.
Son dos emociones fundamentales que van ligadas, uno, al proceso depresivo, melancólico, triste. La persona no quiere ni siquiera bañarse, no quiere comer, no quiere salir, le provoca estar todo el tiempo acostado, no tiene la capacidad para tener como propia voluntad.
Tú le dices ¡No, pero bueno, vamos pa lante, vamos a salir, vamos a caminar! Y la persona: ¡Pues no quiero, no tengo ganas, no puedo, no me interesa, no quiero! okey.
Adicionalmente a eso, en el polo depresivo el sentimiento de culpa, muchas veces llegamos, incluso, hasta ideas suicidas, que es sumamente peligroso, sin duda alguna.
Y también vamos muy ligados a un proceso, tú sabes, del mundo es malo, la vida es gris, todo es negativo y todo es malo y una sensación de tranquilidad, pero de tranquilidad pasmosa, tranquilidad que no es tranquilidad, okey, que es sencillamente inacción, es sencillamente, pues, no tengo ganas de hacer absolutamente nada.
Ese es un polo.
Y también está el otro polo, que es el polo de la manía.
¡Ah, no bueno! Ahí es pa lante, dele que son pasteles, eso es un Ferrari 300 kilómetros por hora y entonces yo quiero hacer cosas, yo quiero hacer negocios, yo quiero ganar dinero, yo quiero tener muchas mujeres o muchos hombres.
Y entonces empieza con una locura, una vorágine, donde quiere hacer muchas cosas y resulta que uno de los elementos fundamentales aquí, es la agresividad.
Si tú agarras y te pones contrario a la persona y le dices: Pero ya va, pero cálmate, tus ideas son un poco alocadas, un momentico, eso no es así.
Se pone bravo, puede llegar a la irritabilidad y si la cosa está como muy apretada, mire, puede a llegar a cosas muy feas, cuando uno está en el estado maníaco.
Esa persona, mire, todo el tiempo no duermen, no comen, porque están súper acelerados, porque están a millón, porque bueno, todo es rápido, todo es necesario, y entonces miran pa allá, miran pa acá, y andan en este rollo, en este asunto, en esta cosa, o sea, es realmente complicado, sobre todo en el ámbito maníaco, el hablar rápido, la verborrea, el no dejar que los demás hagan nada, el asumir que toda las personas lo puede hacer así mismo. O sea, es todo lo contrario a la depresión. Es una sobre excitabilidad, una sobreexcitación que lo lleva a uno pues, bueno, por la calle de la amargura, porque eso es una locura.
Cuando digo locura, no estoy hablando en términos de juicio crítico, sino de locura porque es irracional, porque la cosa pues, no está funcionando, porque definitivamente la situación es sumamente negativa.
La persona con bipolaridad está en esos dos aspectos, pasa de un lado al otro. Algunas veces es muy rápido, de un día al otro, y otras veces es más lento, pasa un mes así y un mes de otra forma.
La causa de esto muchas veces tiene que ver con elementos orgánicos, procesos hormonales, neurotransmisores, biológicos, en la cabeza que, bueno, no está funcionando bien, y otras veces tiene que ver con procesos que van más, desde lo psicológico, okey, que tienen que ver productos de traumas, de situaciones complejas que llevan ahí.
Pero fundamentalmente, pueden haber muchas causas en estos aspectos y el tratamiento siempre es ayuda profesional.
Si tú crees que vas a agarrar la bipolaridad y te la vas a asumir, tú sabes, con yerbas, con menjurjes, con un tabaco, una cosa, estás pelando, porque por ahí no van los tiros.
Los tiros van directo por la ayuda profesional, porque esa es una enfermedad, es un trastorno grave, que puede traer malas consecuencias.
Ahí te lo dejo, reflexiona y busca ayuda si es tu caso, ya lo sabes.
