Cómo liberarnos de la obsesión de querer controlarlo todo

Uno de los problemas fundamentales de nuestra vida, chico, es esa necesidad que tenemos de querer controlarlo todo.

Controlamos la vida nuestros hijos, controlamos la vida de nuestra pareja, controlamos nuestra propia vida, intentamos controlarlo todo y que todo sea perfecto “porque si no lo controlamos, nos da angustia”. ¡Ja!

De eso tenemos que hablar.

Esa obsesión por controlarlo todo nos trae por el camino de la amargura. No entendemos que la vida es cambio, no entendemos que la vida es incertidumbre, no asumimos que la vida es como se presenta y no como nosotros queremos que se presente, y ese no asumir nos trae como consecuencia un profundo sufrimiento.

¿Y por qué sufrimos? Oye, porque queremos que todo sea perfecto, que todo sea cuadrado, que sea políticamente correcto, moralmente ético, establecimiento de todas las estructuras como tienen que ser, como debe ser, “porque lo correcto no se negocia” y entonces lo decimos así, chico. Y entonces asumimos la vida, vale, como si fuera línea recta, cuando nuestro mundo es circular, cuando nuestro mundo es redondo. 

Entonces, en ese sentido, de verdad, mira, mi sugerencia, lo digo con todo corazón y con todo el amor del mundo, es: ¡deja la rigidez! Tienes que asumir que la vida es flexibilidad, que la vida es cambio, que la vida es incertidumbre, que uno hace planes, pero bueno, las cosas pueden cambiar, que los pensamientos pueden cambiar.

Mira, el hecho de que tú tengas un criterio hoy, no significa que no lo puedes cambiar pa mañana. El hecho de que tú tengas una idea hoy sobre las cosas que piensas sobre el mundo, mañana puedes cambiarla, mañana puedes tener otra idea.

Ah, bueno, claro, si tú me dices a mí que hoy tienes una idea y mañana tienes otra y pasado tienes otra, bueno, ya tenemos un nivel de inestabilidad emocional, ¿verdad? Ya eso es otra cosa.

Pero en la medida en que pasan los años y tú vas teniendo más experiencia, bueno, evidentemente, tú puedes asumir las ideas diferentes. Entonces, desde las ideas hasta las acciones, hasta los compromisos que nosotros hacemos, todo eso puede cambiar, porque en la medida en que evolucionamos, en la medida en que nuestra vida transcurre, en esa misma medida nosotros tenemos que asumir que los cambios están presentes, que la flexibilidad está presente, que las cosas van cambiando en la medida en que nosotros, incluso, queremos o no queremos.

Así que esa obsesión de quererlo cambiar, controlar todo, tenemos que cambiarla para entender que debemos ser flexibles, que tenemos que ser más sabios, más comprensivos, tratar de ponernos en los zapatos de los demás, entender que hay mil maneras de hacer la misma cosa y que, de alguna forma, si es verdad que nosotros somos inteligentes y sabemos cómo hacer las cosas, pero hay gente que también lo sabe hacer, lo sabe hacer diferente, hay que darle espacio y chance, que la gente lo haga.

En consecuencia, deja la rigidez, sé más flexible y vivirás mejor, te lo prometo.

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Cómo evitar o liberarte de parejas tóxicas

Siempre nos dicen que para salir de nuestras parejas tóxicas o de relaciones que no sirven, primero tenemos que amarnos a nosotros mismos, tener autoestima, respetarnos, tener dignidad, etc., etc. Y muchas veces no sabemos cómo hacer eso. Cómo tener autoestima, cómo tener dignidad, cómo quererse a sí mismo. Muchas veces no tenemos esa respuesta. Vamos a hablar de eso.

Sí, es verdad, para salir de la relación tóxica tenemos que amarnos a nosotros mismos, tenemos que tener una buena autoestima, tenemos que respetarnos y tener dignidad, sí, pero ¿Cómo se hace eso?

Para amarnos a nosotros mismos tenemos que cuidarnos. Amar significa proteger, amar significa cuidar. En la medida en que nosotros nos protegemos y en la medida en que nos cuidamos, en esa misma medida, nuestra autoestima está funcionando. Cuando hablamos de amor hacia nosotros mismos, y estamos hablando también entonces de autoestima, de alguna forma, entendemos que no podemos desmerecernos, que no podemos insultarnos, que no podemos decirnos que somos tontos.

¿Por qué? Porque si agarras a una persona que tú amas y tú la insultas, evidentemente tú no la estás amando ¿verdad? En consecuencia, no te puedes insultar a ti mismo. Ahí está la combinación de amor y autoestima.

Amor tiene que ver con cuidarse, con protegerse. Y autoestima tiene que ver con respetarse, con no humillarse, con no decirse cosas feas.

¿Te das cuenta la diferencia?

Y ahora, si a eso le sumamos un proceso que implica dignidad, que implica entender que debes tener contextos, estructuras y personalidad para poder salir de una relación tóxica, entonces tienes las tres divinas personas en este sentido ¿verdad? autoestima, amor y dignidad.

La dignidad va dirigida absolutamente al hecho de que tú mereces y tienes el derecho absoluto de vivir bien. Tienes, yo diría como un mandato divino, de que viniste a esta tierra a ser feliz. En consecuencia, nadie puede humillarte, nadie puede menospreciarte y nadie puede intentar hacerte sentir mal con cosas que, al final de cuentas, tú sabes que están bien. La dignidad implica respeto personal, y para tenerlo, lo único que tienes que entender es que tienes el derecho inapelable de ser feliz.

Pero eso no te va a venir del cielo, eso no te va a caer como un milagro, tienes que producirlo tú y eso implica un esfuerzo, eso implica un desarrollo existencial ligado a producirte tu propia felicidad. Ahí es donde vas a encontrar la dignidad.

Si necesitas ayuda, ven a consulta. Junto a mi equipo, sabemos cómo ayudarte.

¿Sabes cuánto pesa el miedo?

Hoy te vengo a hablar sobre la obesidad y el miedo al contacto, desde mi propia experiencia, como alguien que sufrió de obesidad mórbida. ¿Algunas vez te has preguntado cuánto pesa el miedo? La obesidad está muy vinculada a esa emoción: el miedo.

Sí, alguna vez llegué a pesar más de 200 kilos. Se lee doscientos. Dos. Cero. Cero.

200 kilos de infelicidad. Y mucho miedo. Para qué negarlo.

Antes de entrar en el tema de la obesidad y las emociones, revisemos algunas cifras derivadas de la Organización Mundial de la Salud, en torno a esta enfermedad:

  • Desde 1975, la obesidad se ha casi triplicado en todo el mundo.
  • En 2016, más de 1900 millones de adultos de 18 o más años tenían sobrepeso, de los cuales, más de 650 millones eran obesos.
  • En 2016, el 39% de las personas adultas de 18 o más años tenían sobrepeso, y el 13% eran obesas.
  • La mayoría de la población mundial vive en países donde el sobrepeso y la obesidad se cobran más vidas de personas que la insuficiencia ponderal.
  • En 2016, 41 millones de niños menores de cinco años tenían sobrepeso o eran obesos.
  • En 2016 había más de 340 millones de niños y adolescentes (de 5 a 19 años) con sobrepeso u obesidad.
  • La obesidad puede prevenirse. ¡Nada más cierto!

Lo que pesas tiene mucho que ver con tus emociones

Un aspecto característico de los obesos es la incapacidad para hacer contacto con sus emociones, sobre todo las negativas. Recurren a la comida como elemento aliviador de esas emociones.

Comen porque no quieren sentir, lo cual siempre fracasa, ya que, aunque “no sientan” la rabia, tristeza o miedo del momento, después del atracón, terminan sintiendo una culpa infinita.

Se sienten acomplejados y, en consecuencia, evitan compartir esas emociones con los demás. Generalmente los gorditos son chistosos, alegres y el “alma de la fiesta”.

Llenamos de comportamiento “aceptados” los espacios sociales a fin de que nadie nos vea como en realidad somos.

¿Sabes cuánto pesa el miedo?

Los obesos se convierten en excelentes consejeros, cuando en muchos casos sus vidas son un caos apocalíptico.

Hacen eso porque mirando el problema de los demás, dejan de ver el propio. Yo no conozco obeso con buena autoestima.

Por último, otro comportamiento que forma parte de muchos de los obesos es la sempiterna necesidad de conseguirse parejas inseguras.

Pareciera que son adictos a unirse a personas celosas, obsesivas, codependientes y demás yerbas aromáticas.

Pareciera que necesitan que estén pendiente de ellos, no importa si es patológicamente pendientes, igualmente no ponen límites a los celos de sus parejas ni marcan fronteras en relación con las cosas que no le gustan.

Están tan necesitados de refuerzo y cariño que se someten a cualquier cosa con tal de conseguirlo.

Necesitan la seguridad de una relación, no importa si es dañina y, sobre todo, necesitan no sentirse solos, ya que, en el fondo piensan ¿Y quién se va a fijar en una persona como yo?

Una reflexión sobre lo que más pesa cuando estamos obesos

Ante este pesado panorama les digo ¿Cuánto pesa el miedo? ¡Mucho!

No basta con bajar los kilos, es necesario, yo diría imperativo, sanar las emociones, y no habrá necesidad de esconder esos sentimientos en la comida.

¡Nos vemos en consulta para que descubras en terapia cuánto pesa el miedo!

Nosotros sí sabemos cómo ayudarte. Pide aquí tu consulta.

Entender que no te aman

Esta es una de las cosas más complicadas de entender. Es quizás de los aspectos en las relaciones de pareja que más difícil es de procesar: entender que no te aman.

La tendencia es a pedir amor, atención, cariño y cuidado. Insistimos mil veces, nos ponemos bravos, reclamamos, hacemos malabares para intentar adaptarnos al desamor de la otra persona, hacemos mil cambios, nos hacemos los locos y un sin fin de cosas más para lograr que nos amen, que sean recíprocos, que nos nutran emocionalmente como nosotros pensamos que nutrimos al otro. Al final siempre se fracasa. Siempre.

Pero cuesta mucho entenderlo, cuesta mucho asumirlo y tomar la decisión de hasta aquí llegamos. La razón es que «a veces» si te aman, a veces si te dan ese beso esperado, ese sexo mágico o ese cariño que necesitas, y esos «a veces» se constituyen en el amarre necesario para que agarres aire y pienses que sí te aman, y continúes en el infierno. Es como que cada pedacito de cielo te hace olvidar el enorme infierno en el que vives.

¿Solución? Dejarse de pendejadas. Se tiene que tomar la decisión e irse.

¿Y saben que es lo más paradójico? Que cuando te vas, esa persona que no te estaba dando amor, pide que no la dejes y que deben seguir. Es la cosa más sádica que se puede ver, pero así ocurre, y no debes dejarte. Debes alejarte y terminar esa historia.

Cuando no hay amor, debes aceptar que no lo hay, y si no te sientes amado, debes respetarte e irte de un sitio que lo único que va a producir en ti es dolor y sufrimiento.


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Cómo construir una imagen positiva de uno mismo

Comencemos con varias preguntas que será muy interesante responder para ti:

¿Te han dicho alguna vez que debes tener autoestima y quererte a ti mismo, pero no te han explicado cómo hacerlo? 

¿Te sientes atrapado en un trabajo que odias o en una vida que no quieres vivir? 

¿Te resulta difícil sentirte bien contigo mismo cuando las cosas no van bien? 

La autoestima no se trata de sentirse como la mejor persona del universo. Se trata de reconocer y valorar tus características positivas, mientras aceptas tus desafíos y trabajas para mejorarlos. 

Ventajas de tener una autoestima saludable

Indudablemente, tener una autoestima saludable es como tener un superpoder, te hace sentir fuerte, confiado y capaz de conquistar el mundo. ¿Cuáles son las ventajas de tener en buen nivel nuestro amor propio?

  • Toma mejores decisiones: Cuando tienes una autoestima saludable, tienes mayor confianza en tus habilidades y en tus decisiones, lo que te ayuda a elegir lo que es mejor para ti.
  • Disminuye el estrés: Tener una autoestima saludable te ayuda a aceptarte tal y como eres, lo que disminuye el estrés y te hace sentir más tranquilo y relajado.
  • Mejora tus relaciones: Cuando te sientes bien contigo mismo, es más fácil conectarte con los demás y establecer relaciones saludables y satisfactorias. Chao pescao con la gente que venga a querer joderte.
  • Te hace más resistente: Tener una autoestima saludable te ayuda a superar los obstáculos y a enfrentar los desafíos de la vida con mayor fuerza y determinación.
  • Te hace más feliz: Por último, pero no menos importante, tener una autoestima saludable te hace sentir feliz y pleno, te permite disfrutar de la vida al máximo y alcanzar tus metas y sueños. ¿Acaso no vinimos al mundo a ser felices? Ah, bueno.

4 claves para construir una autoestima positiva

  1. Visualiza tus características positivas: Tómate el tiempo para pensar en lo que eres bueno y en lo que te gusta de ti mismo. Escribe una lista de tus logros, habilidades y talentos, y piensa en cómo puedes usar estas características para avanzar hacia tus metas.
  2. Reconoce tus desafíos: Todos tenemos áreas en las que podemos mejorar. Reconoce tus desafíos sin juzgarte a ti mismo, y trabaja en ellos con una actitud de crecimiento y aprendizaje.
  3. Aprende a aceptar y adaptarte a las situaciones: Si algo no sale como esperas, no te rindas. En lugar de eso, aprende a adaptarte a las situaciones y encontrar nuevas oportunidades para avanzar.
  4. Busca apoyo: A veces, necesitamos la ayuda de otros para sentirnos mejor con nosotros mismos. Busca apoyo en amigos, familiares, mentores o incluso un profesional de la salud mental.

En resumen, la autoestima no es algo que se tenga o no se tenga. Es un proceso constante de reconocimiento y valoración de tus características positivas, mientras aceptas tus desafíos y trabajas para mejorarlos. Construir una autoestima positiva lleva tiempo y esfuerzo, pero vale la pena. 

Es fundamental entender que no hay una fórmula mágica para la autoestima, pero al reconocer tus propias fortalezas y trabajar en tus desafíos, estás dando pasos importantes hacia una imagen positiva de ti mismo.

Sepa.


Y recuerda, nosotros sí sabemos cómo ayudarte. Pide aquí tu consulta.

El miedo a sentir

¿Está usted seguro de que lo siente es verdaderamente lo que siente, o por el contrario, solo siente por que eso es lo que debe sentir?

La mayoría de las personas tienen miedo a sentir.

En mi consulta, la mayoría de las personas desea sentir felicidad, tranquilidad, armonía y amor. La realidad es que sienten cosas totalmente opuestas a lo que desean sentir.

Siempre tienen dentro de su mente la bendita norma a seguir, el cúmulo de restricciones en que vivimos y donde lo sano y correcto es hacer lo que los demás dicen.

Sentimos pero en realidad no lo hacemos, solo pensamos que sentimos.

En cambio existen otro tipo de personas.

Existen personas que se someten a lo que sienten, así sea “malo”.

Sienten el roce de la brisa mañanera que discurre en el despertar de un día próximo a morir en algunas horas más tarde.

Sienten la risa del niño y añoran la suya propia.

Existen personas que han elegido sentir todo lo que puedan, tristeza, ira, amor y alegría, no se paran a medir lo que sienten y sencillamente se permiten sentir en lo más profundo de su ser.

Que caminan por las calles mirando para abajo no por que sientan el peso de la vida, si no con la esperanza de encontrar un tesoro escondido.

Claro, hay personas que solo piensan que sienten y al final solo alucinan el sentimiento, el deber ser los arropa y solo sienten lo que la sociedad manda a sentir.

No los culpo ni los acuso, solo me da un poco de compasión saber que se están perdiendo la mitad de su vida, que mejor es sentir así sea dolor y que, al final, la mejor reflexión que se puede hacer es: ¿De qué me sirvió vivir?

Yo prefiero sentir aunque no me guste lo que en este momento siento.

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