¿Tu libertad tiene límites?

Estamos en una sociedad en la que todo el mundo se ofende por cualquier cosa, donde la susceptibilidad, no es susceptibilidad, sino debilidad de personalidad.

Ahora con el tema de la inclusión y entendernos todos y aceptarnos todos, al final, no aceptamos a nadie. No queremos opiniones diferentes, y cualquier cosa que escuchamos o leemos que no va de acuerdo con nosotros, inmediatamente nos hace sentir ofendidos y empezamos con la cultura de la cancelación.

En nombre de la libertad, resulta que nos hemos convertido en represores, y en medio de esa ilógica libertad, de esa total e incongruente forma de aspirar a la inclusión, generamos una sociedad en la que un tipo mata a 19 niños y a 2 maestras, generamos una sociedad donde la violencia se hace más grande, donde la guerra la pasan por televisión mientras te desayunas, mientras matan a miles y miles de civiles con bombardeos indiscriminados.

Es importante, volver a la disciplina, volver al orden, volver a tenerle miedo a la ley. Es importante empezar a respetar al policía, respetar al militar, establecer y respetar las instituciones, empezar a sentir el temor que todo delincuente debe sentir al ser descubierto.

Debemos empezar a fortalecer nuestra personalidad, a tener tolerancia a la frustración, a vivir en una sociedad que tenga normas, principios, reglas, y que exista miedo a no cumplirlas, a que entendamos que la libertad tiene límites, que entendamos que la inclusión no significa libertinaje, y que los procesos de vida tienen que ser aceptados, siempre y cuando no afecten los procesos de vida de los demás.

Bueno, eso era lo que quería decir.

Lleve quien tenga que llevar.


Ataques de pánico: evita que te echen a perder la vida.

La sensación de opresión, taquicardia, dolor de cabeza, mareo, sensación de que nos vamos a morir, sensación de que no aguantamos, generalmente son las 3 de la mañana, o sea, es una cosa terrible.

Realmente, si yo tuviera un enemigo, le dijera: ojalá sufras de ataques de pánico, porque es que, de verdad, es una de las sensaciones más complicadas y más difíciles que los seres humanos podemos vivir.

La forma de prevenir ataques de pánico es vivir una vida donde la ansiedad no forme parte de ti, donde la expectativa de futuro no siempre sea negativa, y donde la relajación y la tranquilidad sean fundamentales, sobre todo a la hora de dormir.

Vivir una vida tranquila no significa vivir una vida sin problemas. Vivir una vida tranquila significa que tú estás atajando los problemas de tu vida momento a momento, día a día, sin esa expectativa negativa del futuro donde sientes que todo lo malo va a ocurrir y donde la relajación y el aprender a estar tranquilo forman parte de tu vida.

¿No sabes cómo controlar tanta ansiedad y llegan los ataques de pánico?

Terapia, terapia con eso.

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El trago amargo de entender que no te aman

Esta es una de las cosas más complicadas de entender. Es quizás de los aspectos en las relaciones de pareja que más difícil es de procesar: entender que no te aman.

La tendencia es a pedir amor, atención, cariño y cuidado. Insistimos mil veces, nos ponemos bravos, reclamamos, hacemos malabares para intentar adaptarnos al desamor de la otra persona, hacemos mil cambios, nos hacemos los locos y un sin fin de cosas más para lograr que nos amen, que sean recíprocos, que nos nutran emocionalmente como nosotros pensamos que nutrimos al otro.

Al final siempre se fracasa. Siempre.

Pero cuesta mucho entenderlo, cuesta mucho asumirlo y tomar la decisión de hasta aquí llegamos. La razón es que «a veces» si te aman, a veces si te dan ese beso esperado, ese sexo mágico o ese cariño que necesitas, y esos «a veces» se constituyen en el amarre necesario para que agarres aire y pienses que sí te aman, y continúes en el infierno. Es como que cada pedacito de cielo te hace olvidar el enorme infierno en el que vives.

¿Solución? Dejarse de pendejadas. Se tiene que tomar la decisión e irse.

¿Y saben que es lo más paradójico? Que cuando te vas, esa persona que no te estaba dando amor, pide que no la dejes y que deben seguir. Es la cosa más sádica que se puede ver, pero así ocurre, y no debes dejarte. Debes alejarte y terminar esa historia.

Cuando no hay amor, debes aceptar que no lo hay, y si no te sientes amado, debes respetarte e irte de un sitio que lo único que va a producir en ti es dolor y sufrimiento.


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Antes de dar el paso de tener pareja, haz esto…

Cuando se trata de tener pareja, las primeras preguntas que debemos hacernos a nosotros mismos son estas…

¿Soy el tipo de persona que escogería como pareja?

¿Confiaría en alguien como yo para entablar una relación?

¿Estoy dispuesto a producirle felicidad a mi pareja?

Y este punto de la felicidad es fundamental. ¿Por qué? Porque si nos unimos a alguien es para ser felices. ¿De acuerdo?

Estoy convencido de que cuando entendemos que nosotros somos totalmente incapaces de hacer sentir felicidad al otro, o que el otro es incapaz de sentirse satisfecho, llegó el momento de decir «esto se acabó».

Si tienes tejas rodadas, rollos existenciales o heridas del pasado producto de relaciones infelices que te hacen cuesta arriba confiar para establecer una nueva relación, llegó el momento de buscar ayuda, de trabajar en ti, porque definitivamente no podemos esperar de nadie aquello que no somos capaces de dar. Y al amor, sin duda alguna, siempre es bueno darle otra oportunidad.

Sepa.


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Conviértete en quien hace realidad sus sueños

En tiempos complicados nos cuesta soñar. En medio de problemas personales, sociales o mundiales, mientras las situaciones van ocurriendo, tenemos tendencia a ir perdiendo esperanzas y asumir el pesimismo como si eso fuese realismo.

Adicional a eso, admiramos a quienes sueñan, son optimistas y que, a pesar de las adversidades, cumplen sus sueños, pero lo hacemos desde nuestro lugar emocional de sufrimiento y pesimismo.

Salir de esta situación requiere valor, valor desde lo emocional, ya que tener esperanzas en medio de las dificultades, solo pueden hacerlo los valientes.

En consecuencia, no te quedes admirando a la gente que hace realidad sus sueños, conviértete en una, empezando por sacudirte la autocompasión, erradicar el pesimismo y mirar hacia el futuro con ojos de posibilidad.


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¿Qué es desearnos feliz año?

Con mucho frío, jajaja, desde Nueva York, les traigo un mensaje para recibir el nuevo año. ¡Un abrazo grande!