Este es mi análisis psicológico en torno al caso que ha acaparado la atención en las redes: Cazzu, Nodal y Ángela. ¿Les suena? 😬
Desde mi canal en #YouTube🔴 hablemos de esto…
Alberto Barradas
Este es mi análisis psicológico en torno al caso que ha acaparado la atención en las redes: Cazzu, Nodal y Ángela. ¿Les suena? 😬
Desde mi canal en #YouTube🔴 hablemos de esto…
El positivismo tóxico es mucho más dañino de lo que parece.
Detrás de esa constante sonrisa y ánimo inquebrantable, puede esconderse un narcisismo que busca reconocimiento y validación. Aquí te explico por qué es crucial diferenciar entre ser optimista y caer en la trampa de la positividad vacía.
Hablar de positivismo tóxico no es fácil, pero es necesario. Muchas veces se confunde el ser optimista con no aceptar la realidad. Y aquí está el problema. El positivismo tóxico es, en su esencia, un acto de narcisismo. ¿Por qué?
Porque muchas personas que insisten en mantener una actitud positiva en todo momento, lo hacen buscando algo más que simplemente motivarte.
Lo que buscan, muchas veces de manera inconsciente, es que tú les agradezcas, que les digas “¡Qué bueno eres!”, “Gracias por motivarme” o “Me hiciste sentir mejor”.
En el fondo, lo que quieren es reconocimiento, alimentar su ego, sin realmente ayudarte a enfrentar lo que está sucediendo.
Reconoce que las cosas no siempre salen bien, pero se enfoca en encontrar soluciones reales. Es un equilibrio entre aceptar las dificultades y trabajar para superarlas.
No se trata de decirte “todo va a estar bien” sin más, sino de darte herramientas para que puedas avanzar y alcanzar tus metas.
Las personas que se mantienen en un constante estado de ánimo elevado y que siempre tratan de animarte, a menudo no están preocupadas por tu bienestar. Están más interesadas en que les reconozcas su papel como “motivador”.
El verdadero apoyo no se trata de hacerte sentir mejor solo por un momento, sino de ayudarte a enfrentarte a lo que estás viviendo de una manera práctica y constructiva. Por eso, cuando te encuentres rodeado de personas que insisten en una positividad constante, es importante que te preguntes: ¿Realmente me están ayudando o están buscando su propio reconocimiento?
Conclusión: El positivismo tóxico no te lleva a ninguna parte. Dejarte envolver por esta actitud solo te mantendrá estancado en una falsa ilusión de bienestar. Enfrentar la realidad, buscar soluciones y rodearte de personas que te apoyen de manera genuina es la clave para crecer y avanzar.
Si sientes que el positivismo vacío te está afectando o que necesitas herramientas reales para enfrentar tus problemas, te invito a conocer nuestras opciones de atención psicológica. En Psicovivir Internacional, estamos aquí para ayudarte a transformar tu vida de manera auténtica y sin adornos.
¡Visita nuestra web en psicovivirinternacional.com y da el primer paso hacia una verdadera solución!
Miren, cuando nuestra autoestima depende de los demás, somos esclavos del qué dirán y hasta nos quita el sueño lo que fulanito, perencejo o sutanejo opine sobre nosotros.
Es fundamental entender que el rechazo forma parte de la vida. De hecho, es un derecho y, a la vez, es un deber.
Muchos le temen tanto al rechazo de los demás que van por la vida en “modo sumiso” precisamente por el miedo espantoso que sienten ante la aprobación de los demás.
¿Qué pasa cuando tememos a la opinión de los demás?
¿Quieres dominar tu mundo? Entonces el temor al qué dirán no puede estar en tu personalidad.
Ser uno mismo siempre te va a llevar a vivir el rechazo, incluso de tus seres más queridos. Mientras ves al que te rechaza con contemplación pasiva y solo le dices “acepto tu rechazo, ahora vete”, lo dominarás por siempre.
Y, ojo, no se trata de que no te importe lo que opinen los demás de ti, se trata de que lo que opinen de ti no te domine.
¿Conclusión?
El día que puedas convivir con el rechazo y las opiniones adversas sobre ti, sin por ello sentir que tu mundo se acaba, ese día habrás conquistado tu universo personal.
No te sometas al rechazo, convive con él y entiende que él está allí para probar de qué madera está hecha tu autoestima.
Sé esa persona fuerte capaz de agarrar el miedo al qué dirán y convertirlo en “paquete no llegado a destino”.
Lleve.
#autoestima #psicovivir #serunomismo
Y como siempre digo, si esto no lo puedes lograr, para eso estamos los psicólogos. Te esperamos en consulta.
Esperar que los demás hagan lo que nosotros haríamos, es una de las fórmulas perfectas para angustiarte y llenarte de ansiedad, además de frustrarte profundamente, porque si hay algo casi imposible, es lograr eso.
Todas las personas actuamos dependiendo de las circunstancias que vivimos, de las emociones que tenemos, y de los valores y principios con los cuales regimos nuestra vida.
En consecuencia, esperar que los demás actúen como nosotros lo haríamos, es creer que hay una persona que es igual a nosotros.
En promedio, eso es prácticamente imposible.
Uno es dueño de sus propios actos, es decir, cada uno de nosotros es responsable, no sólo de lo que hacemos, sino también de las consecuencias de lo que hacemos.
Esto significa que somos los dueños de nuestro destino, y los propios escritores de nuestra biografía. Entender eso va a llevarnos a la calma, a la paz que implica tener la responsabilidad de nuestra vida, y la madurez para entender que la frustración que nace de esperar de otros, lo que nosotros damos, es insostenible y en consecuencia ineficaz. Una perdida total de tiempo.
Cuando nosotros somos capaces de esperar lo que sólo nosotros hacemos, entonces en ese justo momento nos hemos convertido en los capitanes de nuestra propia vida.
Lleve.
Muchas veces somos prisioneros de nuestra cabeza con relación a mil pensamientos que tenemos sobre cosas que realmente no podemos controlar.
En ese sentido, nos llenamos de ansiedad ante situaciones que realmente ni siquiera deberían ser atajadas.
Entender la diferencia entre aquello que podemos controlar, y aquello que no, es la diferencia entre ser una persona inteligente o ser una persona que no sabe resolver sus problemas.
Muchas veces vivimos angustiados por situaciones que realmente no lo ameritan, pero que en nuestra cabeza no dejan de estar presente, como pensamientos intrusivos que nunca nos dejan tranquilos.
Entonces la solución siempre estará en entender cuáles son las situaciones que nosotros realmente podemos manejar, y cuáles son aquellas que definitivamente no podemos.
Justamente ante aquellas situaciones que no podemos manejar, una persona inteligente es la que buscará ayuda para poder lograr solucionarlas.
Sepa.
Yo tengo dificultad para tener amigos, varias veces lo he dicho acá. Mi personalidad no es fácil y yo reconozco que tiendo a ser bastante duro y abierto en la expresión de mis sentimientos, cosa que en mi experiencia, nunca es buena en la amistad.
La mayoría de los amigos que he perdido nacen de que yo expreso mis emociones, comunico mis necesidades emocionales y digo claramente lo que me gusta o no de algo, y eso, la verdad, jamás ha sido bueno para mantener amistades. Además hay otro problema en ese sentido: no pienso cambiar eso.
Pero hay amigos que sí tengo y que son igual que yo en ese sentido. También me expresan lo que sienten, dicen honestamente sus emociones y son capaces de criticarme sin misericordia, pero siempre con total buena intención. Esos amigos son recíprocos conmigo. Para mí, son los mejores amigos, pero eso sí, son pocos, muy pocos.
Tengo un concepto muy claro de la amistad: tiene que ser recíproca. Si lo que yo envío no es devuelto en igual medida, en mi visión de la vida, eso no es amistad. Eso también vale para el amor, y la amistad es una forma de amor. Sin reciprocidad, entonces no. Definitivamente no.
Otra cosa que para mí es fundamental, es la crítica. Yo no temo que mis amigos (los que yo considero amigos) me critiquen o emitan juicios sobre mi. Al contrario, los valoro profundamente, porque sé que vienen con buenas intenciones y vienen desde el amor.
Jamás soy defensivo ante las críticas y juicios de mis buenos amigos. No siempre los tomo, ya que tengo mi propio criterio sobre las cosas, pero siempre respeto sus visiones, críticas y juicios porque sé exactamente que nacen de querer que yo sea mejor persona o mejore cosas de mi.
Esos son buenos amigos.
Así que allí les dejo la reflexión: si la amistad no es recíproca, deja esa amistad. Si no te devuelven lo que das, sal de allí, y si tus amigos no acogen tus críticas como tú acoges las de ellos, mejor dejarlos que se estrellen solos. Tu amistad es valiosa, no la desperdicies en personas que no van a tomar en cuenta eso.