5 tips para disminuir la intensidad de la depresión

Cuando hablamos de depresión estamos hablando de un estado de ánimo melancólico, triste, donde nos sentimos culpables, y eso afecta a muchas áreas de nuestra vida, sobre todo porque dejamos de funcionar, ya no queremos tener relaciones sentimentales ni sociales, y nos cuesta trabajar, nos cuesta concentrarnos, realmente afecta muchísimos aspectos de nuestra existencia.

Vamos a hablar sobre los cinco tips más importantes para poder aminorar la depresión.

Primer tips. Es importante ante la depresión el ejercicio físico, pero no hablo del ejercicio de alto impacto, no hablo del ejercicio donde tienes que meterte en un gimnasio y pasar durante varias horas haciendo rutinas para quitarte la depresión, no. Estoy hablando de que, con caminar, recibir sol, hacer pequeñas caminatas con largos periodos de descanso, o sea, caminas, descansas, caminas, descansas. Ves la naturaleza, ves los árboles, intentas airearte, oxigenarte, eso es fundamental para disminuir la intensidad de la depresión. Caminar siempre funciona.

Segundo tips. Cuando estamos deprimidos es muy importante no oscurecer nuestra habitación. Es lo primero que queremos hacer. Queremos tapar las cortinas, que el sol no entre, queremos estar siempre a oscuras, acostados y dormidos; eso es lo que nos provoca. Y debemos hacer exactamente lo contrario, iluminar nuestra habitación, recibir luz solar, ubicar siempre espacios aireados donde de alguna forma recibamos también la naturaleza, los sonidos, incluso no importa si vives en una zona urbana. El hecho de ver movimiento, carros, gente, cosas, es muy importante a la hora de que la depresión también disminuya. Muy importante no oscurecer donde estás, porque eso más bien genera más depresión.

Tercer tips. Cuando hablamos de depresión, también es importante revisar tus pensamientos. Muchas veces cuando estamos deprimidos pensamos muy negativamente, pensamos de una forma muy pesimista, asumimos la vida con una derrota, con un sentimiento de culpa, entonces tenemos que pensar bien sobre lo que estamos pensando. Los psicólogos llamamos eso metacognición, pensar sobre lo que pensamos. En consecuencia, tienes que cuestionarte, tienes que preguntarte cosas, tienes que asumir:

“Ya va, ¿esto que estoy pensando es serio? ¿esto que estoy asumiendo realmente es así? ¿Yo tengo suficiente conocimiento del futuro para pensar que tal cosa negativa me va a suceder?

En la medida en que te cuestiones, en la medida en que te preguntes cosas, en esa misma empiezas a derrotar esos sentimientos y esos pensamientos negativos que van produciendo mucha más depresión.

Cuarto tips. Cuando hablamos de depresión es importante que entiendas que debes asumir tiempo. La depresión no se quita de manera rápida, la depresión no es de hoy para mañana. La depresión no es un elemento donde hoy estás triste, melancólico, deprimido y mañana ¡No, yo estoy perfecto, estoy chévere, estoy fino! No, no funciona así, tienes que darte espacio, tienes que darte bastante tiempo para que entonces la depresión empiece a sanar en tu vida.

Si tú aspiras que eso sea rápido, que eso se tiene que curar rápido, que tienes que salir de ese ánimo triste o melancólico rápido, de esa misma manera entonces te vas a deprimir más, porque te vas a frustrar, entonces, date espacio, date tiempo.

Quinto tips y quizás el más importante. Cuando estás deprimido debes buscar ayuda profesional. Los psicólogos y los psiquiatras son los encargados fundamentales para tratar estos asuntos.

Tú te puedes preguntar, bueno ¿a quién voy, voy al psiquiatra o voy al psicólogo? Primero debes ir al psicólogo, sobre todo psicólogo clínico, que él es el que va a determinar a través de su diagnóstico si necesitas atención médica, en este caso, psiquiátrica, o la depresión en este caso necesita otro tipo de tratamiento.

Es fundamental que busques ayuda, porque la depresión sin ayuda puede convertirse en algo muy peligroso.

Sobre todo, porque vienen ideas muy oscuras, ideas muy negativas, que entonces puede traernos muchísimos problemas en nuestra vida. Así que, busca ayuda, ese es el tips más importante.


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La obesidad jode la intimidad. ¡Y no me digas que no!

Uno de los problemas principales, sobre todo cuando nos afecta la autoestima, y la autoestima va ligada a la obesidad, tiene que ver con la intimidad, las relaciones íntimas, sobre todo cuando somos obesos.

Eso es un problema, sin duda alguna, y nadie nos puede venir a decir: No, tú sabes, que yo estoy cómoda con mi cuerpo, que yo no tengo rollo, no importa que sea gorda, gordo, tú sabes, la intimidad no tiene problema para mí.

La verdad es que no, así que hoy es buena idea que hablemos sobre la intimidad y la obesidad.

Mire, primero que nada, yo llegué a pesar en algún momento 210 kilos y yo he vivido la obesidad mórbida, yo he vivido el hecho de vivir con un cuerpo que es dos o tres veces más lo que realmente debería ser, y les voy a decir algo más, cuando hablamos de la intimidad, cuando hablamos de la sexualidad, sin ninguna duda, eso afecta, claro que afecta.

Nos afecta en el cansancio, nos afecta en el desenvolvimiento, nos afecta en el desempeño, en los hombres, por lo menos en mi caso, afecta en la erección, en las mujeres afecta en su propia autoestima, su propia visión, la capacidad para alcanzar el orgasmo y, al final del camino, claro que afecta.

Este asunto de que no, a mí en la intimidad la obesidad no me molesta, realmente no es cierto. Y no solamente hablo desde el punto de vista mío, que lo viví, sino también cuando yo veo a mis pacientes, cuando veo a toda la gente que de alguna forma pues, trata conmigo, y hablamos de este tema y, sobre todo, somos capaces de sincerarnos, y realmente mirar lo que nos ha pasado, sin duda alguna, es un problema.

Bueno, al final de cuentas ¿Qué es lo que deberíamos hacer?

Evidentemente adelgazar, sin duda alguna ¿verdad? pero se dice fácil y no lo es.

Fundamentalmente cuando estamos hablando de obesidad, estamos hablando de un problema que empieza desde lo psicológico y termina en lo biológico y, otras veces es al revés.

Empieza en lo biológico y termina en lo psicológico. En consecuencia, no es un asunto tan sencillo de ¡vamos a adelgazar, tú sabes, para tener mejor sexualidad! No, al final no va por ahí.

Lo primero es entender que tenemos limitaciones. Mientras estamos gordos, mientras estamos obesos, tenemos que pisar tierra, y el principio para pisar tierra es darnos cuenta que, bueno, hay cosas que no podemos hacer.

Hay sistemas sexuales que no podemos tener, hay resistencias que no vamos a tener, hay posiciones que no vamos a hacer, y eso, en principio, tenemos que aceptarlo, no desde el punto de vista de bajar nuestra autoestima y sentirnos profundamente mal, sino entender que bueno, tenemos limitaciones, hay cosas que no podemos hacer.

Hay otra cosa que sí, cuando tenemos deficiencias en algunos aspectos, pues entonces potenciamos otras. Entonces nos convertimos en mejor amantes, sexualmente somos como más creativos, inventamos más y, sin duda alguna, eso es válido. Porque tampoco es que no vamos a tener vida sexual porque estamos gordos, no, de ninguna forma.

También es importante hablar con nuestra pareja, en la medida en, que nosotros conversamos con nuestra pareja y le decimos:

Mira, vale, es que yo no puedo hacer esta posición, mira, yo no puedo hacer esto, mira, me cansé, o mira, ven acá, vamos a hacer tal cosa, vamos a hacer esto otro.

Entonces de esa manera, de alguna forma, en la medida en que nosotros vamos conversando, vamos expresando nuestras emociones, sin duda alguna vamos a tener una mejor sexualidad.

También es fundamental utilizar otros procesos en relación con la sexualidad, no necesariamente el coito, la cópula, tú sabes, yo arriba, tú abajo, no, no. También podemos utilizar juguetes sexuales, podemos utilizar nuestras caricias, nuestros procesos de autogestión, la masturbación. Todos estos aspectos que van ligados a la sexualidad y que no necesariamente implica penetración, coito o cópula, también sirven, y pueden funcionar dentro de la pareja, entonces, en ese sentido, la obesidad sí es un problema, pero no necesariamente debe ser una limitación que nos lleve a cerrarnos completamente a eso.

Sí debemos hablar, sí debemos establecer nuestros procesos del deseo, porque una de las cosas que baja el deseo, es la obesidad y, en ese sentido, es crucial que conversemos, que hablemos, que hablemos de cómo nos sentimos y, sobre todo, que seamos sinceros.

De repente, mi pareja es muy gorda, bueno, vamos a hablar, pero no así: ¡tú eres una piazo e gorda!

No, no, así no vamos a decir absolutamente eso, pero sí, ven acá vamos a buscar formas, tú sabes, de sentirnos mejor, de estar mejor con nuestro cuerpo, o de vernos un poco más sexys, de podernos sentir un poco mejor con el cuerpo que en este momento tenemos, y eso, a través de la comunicación, a través de conversar, es válido.

En consecuencia, hablen, comuníquense, amplíen sus horizontes, ubiquen otras formas de sexo que no necesariamente sea el sexo propiamente dicho como tal, y establezcan, sin duda alguna, una mejor relación con su cuerpo, mientras arreglan el problema de la obesidad, mientras buscan una mejor salida con función a la obesidad, porque al final del camino, no debemos estar obesos, al final del camino, no está bien llegar a esos procesos, a esas estructuras corporales, que no nos permitan tener una vida tranquila, diáfana, y como nosotros realmente lo queremos.

Pero, mientras lo vamos arreglando, vamos teniendo sexo.


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Bipolaridad, cuando se junta depresión y manía

Una de las cosas de la que poco se habla tiene que ver con los trastornos mentales o los problemas emocionales o los trastornos de personalidad, y yo creo que es importante hablar al respecto.

Así que hoy vamos a hablar sobre la bipolaridad o trastorno maníaco depresivo. Eso sí, en el lenguaje que siempre me caracteriza, así que vamos ¡Pa lante!

Cuando hablamos de bipolaridad estamos hablando de dos polos, evidentemente, depresión y manía.

Son dos emociones fundamentales que van ligadas, uno, al proceso depresivo, melancólico, triste. La persona no quiere ni siquiera bañarse, no quiere comer, no quiere salir, le provoca estar todo el tiempo acostado, no tiene la capacidad para tener como propia voluntad.

Tú le dices ¡No, pero bueno, vamos pa lante, vamos a salir, vamos a caminar! Y la persona: ¡Pues no quiero, no tengo ganas, no puedo, no me interesa, no quiero! okey.

Adicionalmente a eso, en el polo depresivo el sentimiento de culpa, muchas veces llegamos, incluso, hasta ideas suicidas, que es sumamente peligroso, sin duda alguna.

Y también vamos muy ligados a un proceso, tú sabes, del mundo es malo, la vida es gris, todo es negativo y todo es malo y una sensación de tranquilidad, pero de tranquilidad pasmosa, tranquilidad que no es tranquilidad, okey, que es sencillamente inacción, es sencillamente, pues, no tengo ganas de hacer absolutamente nada.

Ese es un polo.

Y también está el otro polo, que es el polo de la manía.

¡Ah, no bueno! Ahí es pa lante, dele que son pasteles, eso es un Ferrari 300 kilómetros por hora y entonces yo quiero hacer cosas, yo quiero hacer negocios, yo quiero ganar dinero, yo quiero tener muchas mujeres o muchos hombres.

Y entonces empieza con una locura, una vorágine, donde quiere hacer muchas cosas y resulta que uno de los elementos fundamentales aquí, es la agresividad.

Si tú agarras y te pones contrario a la persona y le dices: Pero ya va, pero cálmate, tus ideas son un poco alocadas, un momentico, eso no es así.

Se pone bravo, puede llegar a la irritabilidad y si la cosa está como muy apretada, mire, puede a llegar a cosas muy feas, cuando uno está en el estado maníaco.

Esa persona, mire, todo el tiempo no duermen, no comen, porque están súper acelerados, porque están a millón, porque bueno, todo es rápido, todo es necesario, y entonces miran pa allá, miran pa acá, y andan en este rollo, en este asunto, en esta cosa, o sea, es realmente complicado, sobre todo en el ámbito maníaco, el hablar rápido, la verborrea, el no dejar que los demás hagan nada, el asumir que toda las personas lo puede hacer así mismo. O sea, es todo lo contrario a la depresión. Es una sobre excitabilidad, una sobreexcitación que lo lleva a uno pues, bueno, por la calle de la amargura, porque eso es una locura.

Cuando digo locura, no estoy hablando en términos de juicio crítico, sino de locura porque es irracional, porque la cosa pues, no está funcionando, porque definitivamente la situación es sumamente negativa.

La persona con bipolaridad está en esos dos aspectos, pasa de un lado al otro. Algunas veces es muy rápido, de un día al otro, y otras veces es más lento, pasa un mes así y un mes de otra forma.

La causa de esto muchas veces tiene que ver con elementos orgánicos, procesos hormonales, neurotransmisores, biológicos, en la cabeza que, bueno, no está funcionando bien, y otras veces tiene que ver con procesos que van más, desde lo psicológico, okey, que tienen que ver productos de traumas, de situaciones complejas que llevan ahí.

Pero fundamentalmente, pueden haber muchas causas en estos aspectos y el tratamiento siempre es ayuda profesional.

Si tú crees que vas a agarrar la bipolaridad y te la vas a asumir, tú sabes, con yerbas, con menjurjes, con un tabaco, una cosa, estás pelando, porque por ahí no van los tiros.

Los tiros van directo por la ayuda profesional, porque esa es una enfermedad, es un trastorno grave, que puede traer malas consecuencias.

Ahí te lo dejo, reflexiona y busca ayuda si es tu caso, ya lo sabes.

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Sexualidad no sincronizada en la pareja

Muchas veces los problemas de pareja tienen que ver directamente con una sexualidad que no está bien sincronizada. De alguna forma, uno tiene mucho deseo, el otro tiene poco, no sabemos cuándo tenemos el mismo tiempo, si en la mañana o en la noche y, al final de cuentas, se nos enreda el papagayo.

La sexualidad puede ser un problema que mata el amor, así que hay que hablar de eso.

Cuando nosotros hablamos de la sexualidad, estamos hablando de deseo, estamos hablando de pasión, estamos hablando de química, de atractivo, de cosita, ¿de acuerdo? Cuando estamos hablando de eso, no siempre estamos igual, eso es lo primero que tenemos que entender.

Nuestro día a día hace que, de alguna forma, nuestra sexualidad no esté presente permanentemente, hay veces que tenemos mucho deseo y hay veces en que no tenemos tanto deseo. También tiene que ver con nuestros ciclos hormonales, sobre todo en las mujeres, okey. Dependiendo del ciclo hormonal, pues habrá más deseo o menos deseo.

En el caso de los hombres, la ansiedad, el estrés, la angustia, los problemas económicos, las dificultades, toda esa serie de temas traen como consecuencia que la sexualidad también pueda ser difícil.

Todos esos elementos tienen que ser tomados en cuenta, porque muchas veces cuando agarramos y decimos que hay poco deseo, mucho deseo, ¡no es que el amor está mal!, ¡es que la pareja tiene problemas!, ¡es que de alguna manera ya no me desea! ¡tienes otra!, okey, y todo ese tipo de cosas definitivamente es porque no entendemos que la sexualidad no es permanente, no es constante y, en consecuencia, puede tener fluctuaciones.

También tiene que ver con la edad, también tiene que ver con el tiempo juntos, no es lo mismo la sexualidad en una pareja que tienen un año juntos, a la que tiene 21 años juntos, son cosas totalmente diferentes.

También es un mito aquello de que la sexualidad tiene que estar presente siempre, no es así.

Muchos sexólogos andan por ahí medio equivocados, diciendo que la sexualidad tiene que estar presente todo el tiempo, claro, porque no son viejitos todavía, pero cuando lleguen a la vejez se van a dar cuenta de que en la medida en que va pasando el tiempo y las parejas están siendo estables, la sexualidad decae, pero eso no significa que va a decaer el amor, eso no significa que entonces se acabó la pareja porque no hay sexualidad, ¡no, señor!

Hay mucha gente, con mucha edad, que no tienen sexo y les va perfectamente bien en sus relaciones.

Otros disfrutan su cosita, disfrutan su guaguancó, okey. Entonces, en ese aspecto, no todo está escrito y siempre en la pareja tienen que llegar a acuerdos, siempre en la pareja tienen que establecer prioridades de lo que es importante para ellos, lo que los angustia, lo que no, lo que en este momento están viviendo, lo que, de alguna forma, les trae como consecuencia que no saben resolver bien.

Todos esos aspectos están presentes, y cuando ya no se puede solucionar, hay que buscar ayuda profesional, no hay para dónde coger. No estés tardándote en buscar ayuda cuando de repente has hecho toda esta serie de sugerencias y la cosa no te funciona.


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Dime qué problema tienes y te diré en quién buscar ayuda

Muchas veces queremos ir a terapia, pero no vamos a terapia con la persona indicada, sino que nos equivocamos, metemos la pata y buscamos incluso, opciones diferentes a terapias realmente profesionales, con psicólogos profesionales, o psiquiatras profesionales o gente que sepa de esto, y metemos la patota buscando gente que no está preparada para eso.

Miren, cuando hablamos de problemas emocionales, trastornos de personalidad, problemas mentales, dificultades en nuestra vida, que producto de la repetición constante en nuestras conductas, hacen que siempre estemos en problemas, o que de alguna u otra forma no podamos salir de las situaciones que nos atañen, tenemos que ir al psicólogo.

Si tenemos problemas mentales, alucinamos, deliramos, inventamos palabras, la gente nos mira raro, nos dicen que estamos locos, nos sentimos súper mal, no podemos salir de nuestra cama, no nos queremos bañar, nos sentimos que nos queremos suicidar, que realmente la vida no nos gusta o estamos profundamente ansiosos, y no podemos estar tranquilos y nos las pasamos contando cosas, llevando el orden, no podemos caminar en el piso que tenga diferentes líneas, entonces lo que necesitamos es un psiquiatra ¿okey?

Si lo que queremos es establecer algunas rutinas, generar conductas o comportamientos que nos lleven a alcanzar objetivos específicos, por ejemplo, vender bien, hablar bien en público, quitarnos el miedo escénico, busque un coach.

¿Qué significa todo eso?

En la medida de que usted tenga problemas, usted tiene que saber escoger quién lo va a ayudar.

Si usted anda buscando alternativas, que por fáciles o por económicas, o porque de alguna manera usted sienta que, a bueno, este habló bonito y vámonos con él, usted está poniendo su mente, su vida, su familia, sus emociones, en alguien que seguramente no es experto.

Para dejarlo clarito y para ponerlo sobre la mesa, mi recomendación es que, primero, busque al psicólogo.

Primero es el psicólogo, y el psicólogo lo remite al psiquiatra, lo remite al coach, lo remite al sexólogo, lo remite al internista. Sobre todo, el psicólogo clínico permite saber los diagnósticos para poder determinar cuál es la mejor orientación.

No invente, porque si usted inventa está jugando con su propia mente, así que tenga cuidado con eso.

Y recuerda, nosotros sí sabemos cómo ayudarte. Pide aquí tu consulta.

Mosca con llevar los problemas laborales para la casa

Muchas veces los problemas laborales, las situaciones que nos pasan en nuestros trabajos, afectan nuestras relaciones sentimentales.

No nos gustaría que esas cosas se metieran unas con otras, o uno quisiera que uno dejara el trabajo fuera de la casa y no lo llevará para dentro del hogar.

La verdad es que no, la verdad es que muchas veces pasa y, evidentemente, de eso hay que hablar.

Los problemas laborales se llevan a la casa quiera o no lo quiera, o sea, eso es un mito de que no, yo puedo dejar las cosas fuera de mi trabajo, qué tal, este, mi trabajo es mi trabajo y mi casa es mi casa, no, eso no es verdad, porque emocionalmente uno siempre está afectado.

Cuando tienes estrés laboral lo llevas para la casa, cuando tienes alguna depresión o algún problema con tu jefe, lo vas a llevar para la casa y, a su vez, también diferente, tú tienes un problema en tu casa, tienes un rollo sentimental, tienes las emociones encontradas ¡Pam! van también pal trabajo.

Las cosas van íntimamente ligadas y eso es un problema, sin ninguna duda ¿okey?  Así que vamos a dejarnos de cuento, vamos a dejarnos de mitos, y entendamos que eso ocurre.

¿Cómo podemos hacer para que esas cosas no ocurran?

Primero que nada, aceptemos que nuestras emociones no están parceladas, ellas van a abarcar la mayoría de los aspectos de nuestra vida, punto y final.

Segundo, es importante entender que cada cosa tiene su lugar, pero también hay que hablar con los diferentes integrantes de nuestras vidas para hacerles entender que no siempre somos robots.

¿Eso qué significa? Que cuando vamos a nuestra casa y, de repente, estamos un poquito de mal humor, un poquito estresados, un poquito así, tú sabes, irritable, decir, oye, mira, mi amor, de verdad es que estoy un poquito estresado con el tema del trabajo, déjame agarrar un poquito el mínimo, para tú sabes, estar bien.

O vamos al trabajo, cónchale jefe, jefe, ahorita estoy un poquito complicado, pero ya me voy a enderezar, ya vamos a hacer las cosas bien, pero es que tengo un problemita, no se preocupe, ya lo vamos a solucionar.

¿Qué significa esto? Tampoco alargarlo, sobre todo en el tema del trabajo.

Cuando tú llevas problemas personales para tu trabajo, tú no puedes convertir tu trabajo, tú sabes, en un consultorio psicológico, no, déjate de broma ¿okey?

Entonces, también es importante entender que, bueno, que tienes que rendir, tienes que ser eficiente, y tiene que hacer las cosas como tienes que hacerlas.

Sí, sin duda alguna, tienes que tener flexibilidad contigo mismo a la hora de entender que tienes problemas. Pero no puedes alargarlos en el tiempo y, a su vez, también para la casa.

No puedes estar llevando todo el problema de aquí para allá o viceversa, no, es que mi trabajo, no, es que el estrés, es que el llantén, la cosa, la rabia, del tema del trabajo en la casa, porque te estresas. ¡No, señor!

Por ahí no van los tiros ¿okey? Lo mantienes, lo estableces, entiendes y tienes flexibilidad al respecto, pero también mantienes límites que no influyan tan profundamente, ni en el trabajo, ni en el hogar.

Punto medio, esa es la solución para este tema.

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