¿Perdiste todo? ¡No pierdas la lección!

En terapia me ha tocado ver gente que lo ha perdido todo y generalmente puedo predecir quienes van a surgir de nuevo y quienes no.

Los que surgen son los que aprenden sobre sus errores. Los que usan su fracaso para tener éxito. Los que entienden que mucho de lo que sucedió tiene que ver con la forma en que toman decisiones. Los que son capaces de buscar ayuda.

Incluso, los que van al psicólogo buscando no soluciones mágicas, sino revisarse en aquello que ellos no tan fácilmente son capaces de ver en sí mismos.

Los que no, generalmente se quedan sintiendo lástima por si mismos, culpan a la mala suerte, y piensan que nada es responsabilidad de ellos. De hecho van al psicólogo casi que obligados o porque sus seres queridos se los pidieron.

Esa es la realidad.

¿Solución? Busca ayuda psicológica, no te quedes en el papel de pobrecito o pobrecita yo y procura ser siempre tu mejor versión.

Sin pasión no hay esfuerzo

Es fundamental entender que la pasión es la fuerza que nos arrastra inexorablemente a cumplir nuestros objetivos.

La pasión es la vida, es la forma, es el fondo y el motivo.

Cuando un sueño o una meta se nos mete en el alma, el germen de hacerlo realidad nos motiva de forma insospechada.

Créame, sin pasión no hay esfuerzo. De hecho, una persona apasionada es un alma imposible de encerrar.

Una persona apasionada se sabe viento, tormenta, trueno y relámpago.

Es la pasión que nos mueve lo que invita a vivir. Estoy totalmente convencido de que no hay imposibles para alguien profundamente apasionado.

El compromiso con lo que haces es la fórmula del éxito. Sin entrega, incluso obsesiva, no vas a prosperar.

Si quieres lograr algo, sal y no regreses hasta que lo logres.

No te quedes admirando a la gente que hace realidad sus sueños, conviértete en una, empezando por sacudirte la autocompasión, erradicar el pesimismo y mirar hacia el futuro con ojos de posibilidad.

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Psicovivir: 15 años haciendo la rebelión de la psicología

Hoy Psicovivir cumple 15 años, lo que empezó como una idea que tenía que ver con el hecho de hacer psicoterapia online en Venezuela, hoy se convirtió en el centro de psicoterapia online más grande de América, desde donde atendemos más de 600 consultas diarias, con más de 60 psicólogos en Latinoamérica, Estados Unidos y Europa, y donde diariamente cubrimos necesidades emocionales y mentales a través de nuestras terapias, cursos, talleres, manuales y libros.

15 años en los que diariamente publicamos contenido de valor en prácticamente todas las redes sociales más importantes del mundo.

Donde millones de personas reciben nuestros contenidos, interactúan, comentan, también debaten, a veces también joden, pero lo cierto es que no dejamos indiferentes a quienes nos ven en redes sociales. Tocamos tópicos que van desde la psicología general, hasta las relaciones vinculares, pasando por análisis de tendencias, cultura, noticias, y todo lo relacionado con el acontecer mundial. Visto desde la psicología y analizado para hacernos más partícipes en nuestro auto mejoramiento personal.

15 años contando con un equipo maravilloso, donde sin ellos nada sería posible, y donde diariamente recibo cientos de agradecimientos, elogios y cariños hacia los psicólogos de mi equipo, quienes viven en una constante preparación, supervisión, y formación, desde mi estilo terapéutico, y también desde el método que hemos creado, donde uno de nuestros mayores logros durante estos 15 años es que actualmente esté aprobado por universidades en los Estados Unidos.

15 años sanando personas, compartiendo con ustedes, y por qué no decirlo, cambiando la manera de hacer Psicoterapia, colocándola al alcance de las personas, generando una matriz de opinión más favorable hacia la terapia, y acercándose al idioma emocional, sobre todo, del latinoamericano.

Muchas gracias por confiar en nosotros, muchas gracias por seguirnos en redes sociales, muchas gracias por todo lo que diariamente ustedes nos dan.

Espero siempre estar a la altura de sus expectativas, y prometo siempre dar todo de mí para que mi equipo siempre esté al servicio de ustedes, dándoles permanentemente el mejor servicio.

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¿Sientes desesperanza? Esta reflexión breve es para ti

A veces los fracasos seguidos nos hacen perder la esperanza. Es un error.

La esperanza es la base del optimismo.

Perder la esperanza equivale a perder la pasión por la vida. Si a todo lo dices que no, la vida también te dirá no a ti.

Quien tiene esperanza en la vida, siempre sueña, inclusive cuando la dura realidad intenta despertarlo.

A veces uno sueña y no se dan las cosas. El truco no es dejar de soñar, sino soñar otra cosa.

Hay momentos en que vemos todo negro. Todos hemos vivido la noche oscura del alma, pero solo quienes tienen esperanza han amanecido.

A veces tenemos esperanza y las cosas no se dan. No importa. Si no se dieron esperemos algo mejor.

El hecho de que algo no se te de no significa que por eso abandones la actitud de ser un optimista.

Cuando eso sucede la única linterna se llama esperanza.

Hombre levanta los brazos, mirando hacia el horizonte, en un atardecer, en señal de triunfo

Eso sí, tener solo esperanzas, no sirve. Para lograr lo que deseas debes unirla con la voluntad y la paciencia.

Así que nunca te preguntes ¿Qué hago si las cosas no se me dan? Pregúntate más bien:

¿Qué haré cuando se me den las cosas?

Indudablemente, la esperanza es el aliento de quienes piensan en grande.

¿Saben cómo lo logré? Enfocado y jamás perdiendo la esperanza.

Si necesitas una buena dosis de motivación, de empuje y de fuerza de personalidad, ven a consulta para darte herramientas emocionales que te reconecten con la esperanza de hacer realidad tus metas, desde acciones que sí te llevarán a triunfar sobre ti mismo.

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Cuando caes al suelo, ¡levántate!

Hay momentos en la vida en los que nos sentimos completamente derrotados, como si el suelo se abriera bajo nuestros pies y no hubiera manera de levantarse. Alguien, alguna vez, me dijo que cuando uno cae, lo hace sobre el mismo suelo que lo ayudará a levantarse. Es un consejo que en su momento me iluminó, y hoy quiero compartirlo contigo porque es, sin duda alguna, una verdad del tamaño de una catedral.

El suelo como punto de partida

A lo largo de la vida, enfrentamos situaciones que parecen querer destruirnos por completo. Despedidas dolorosas, fracasos profesionales, problemas familiares o desafíos personales que nos dejan sin aliento. Lo curioso es que esas mismas circunstancias, que en su momento parecen desmoronarnos, son las que moldean nuestro carácter, nos hacen más fuertes y nos preparan para lo que viene. Muchas veces, lo que parece ser el fin es solo el comienzo de algo mucho más grande.

No siempre tenemos la fuerza, pero siempre podemos encontrarla

Cuando te encuentras en uno de esos momentos difíciles, lo primero que piensas es: «No tengo la fuerza para seguir adelante». Y, ¿sabes qué? Puede que tengas razón. Puede que en ese instante te falten las energías y no veas una salida. Sin embargo, lo maravilloso de estar en el suelo es que, cuando no tienes nada que perder, lo único que queda es ganar. El triunfo no siempre es externo; muchas veces, el mayor éxito es sobre uno mismo, en nuestras batallas internas.

Levántate del suelo, ese es tu punto de apoyo

El mismo suelo que te vio caer es el que te va a ayudar a levantarte. Apóyate en tus experiencias, incluso en tus errores, porque son los que te enseñan desde dónde caminar con firmeza. No se trata de evitar las caídas, sino de aprender de ellas. Cada paso que des después de levantarte será más firme y consciente, y con el tiempo, te darás cuenta de que no hay atajos hacia la fortaleza interior.

No existe un camino fácil hacia la fortaleza

Es fundamental entender que no existe un camino fácil hacia la verdadera fortaleza. Eso no es real. Lo que sí es real es la capacidad que tenemos de construir nuestra propia fuerza, incluso cuando parece que no tenemos nada de dónde agarrarnos. Las caídas no son el final; son el comienzo de una nueva etapa donde, con esfuerzo, construimos una versión más fuerte de nosotros mismos.

motivación

Cada vez que caes, recuerda: el suelo es tu aliado. Te sostiene, te permite levantarte y te da la perspectiva para saber hacia dónde caminar. Aprovecha cada tropiezo para aprender, crecer y levantarte con más fuerza. El éxito no es inmediato, pero cada paso cuenta en el proceso de fortalecimiento personal.

Si sientes que necesitas ayuda para encontrar esa fuerza en momentos difíciles, te invito a explorar las opciones de atención psicológica disponibles en nuestra web. En Psicovivir Internacional, estamos aquí para acompañarte en tu proceso de crecimiento y autodescubrimiento. ¡Haz clic aquí y empieza tu camino hacia la fortaleza interior hoy mismo!

Belinda se cayó y Anitta la rescató: Lo que podemos aprender de un acto sencillo

BELINDA

Vimos el video, ¿cierto? Belinda se cayó y Anitta, sin pensarlo dos veces, la ayudó. ¿No te parece un gesto maravilloso? Una muestra de solidaridad pura, sin interés alguno. Ahora, te pregunto: ¿por qué no somos así siempre? ¿Por qué no tendemos la mano cuando alguien está en el suelo, cuando alguien necesita ayuda?

El hecho de ver a Anitta arreglándole la media a Belinda y ayudándola a levantarse me hizo reflexionar. Es un recordatorio de que todos, en algún momento de nuestras vidas, nos hemos caído. Tanto literal como metafóricamente. Lo importante no es la caída, sino la manera en que nos levantamos. Belinda lo hizo con dignidad, con la frente en alto, y ese es el ejemplo que deberíamos seguir.

¿Cuántas veces no hemos necesitado de una “Anitta” en nuestras vidas? Alguien que esté allí para levantarnos, para ajustarnos “la media” cuando nos sentimos derrotados, y para darnos ese empujón que nos haga seguir adelante. En ese pequeño acto vi la historia de la humanidad: la parte buena, la parte que nos recuerda que el apoyo mutuo es lo que nos hace mejores como personas.

BELINDA Y ANITTA EN LA PAARELA LOREAL PARÍS

Porque, al final del día, eso es lo que debería definirnos como humanos: la capacidad de ayudar, de conectar y de tender la mano cuando alguien más lo necesita. Y sí, también cuando necesitamos reparar esos defectos internos, esas emociones desajustadas. Porque mientras más trabajemos en nosotros mismos, más podremos contribuir a un mundo mejor.

¿Alguna vez has sido «Anitta» para alguien o alguien lo ha sido para ti?

Cuéntamelo en los comentarios, que estaré encantado de leerte y compartir contigo mis pensamientos. Y si sientes que necesitas una mano, ya sabes dónde encontrarme. Clic aquí para consultas psicológicas.