A veces los fracasos seguidos nos hacen perder la esperanza. Es un error.
La esperanza es la base del optimismo.
Perder la esperanza equivale a perder la pasión por la vida. Si a todo lo dices que no, la vida también te dirá no a ti.
Quien tiene esperanza en la vida, siempre sueña, inclusive cuando la dura realidad intenta despertarlo.
A veces uno sueña y no se dan las cosas. El truco no es dejar de soñar, sino soñar otra cosa.
Hay momentos en que vemos todo negro. Todos hemos vivido la noche oscura del alma, pero solo quienes tienen esperanza han amanecido.
A veces tenemos esperanza y las cosas no se dan. No importa. Si no se dieron esperemos algo mejor.
El hecho de que algo no se te de no significa que por eso abandones la actitud de ser un optimista.
Cuando eso sucede la única linterna se llama esperanza.
Eso sí, tener solo esperanzas, no sirve. Para lograr lo que deseas debes unirla con la voluntad y la paciencia.
Así que nunca te preguntes ¿Qué hago si las cosas no se me dan? Pregúntate más bien:
¿Qué haré cuando se me den las cosas?
Indudablemente, la esperanza es el aliento de quienes piensan en grande.
¿Saben cómo lo logré? Enfocado y jamás perdiendo la esperanza.
Si necesitas una buena dosis de motivación, de empuje y de fuerza de personalidad, ven a consulta para darte herramientas emocionales que te reconecten con la esperanza de hacer realidad tus metas, desde acciones que sí te llevarán a triunfar sobre ti mismo.
#motivacion #esperanza #resiliencia #emociones #psicovivir









