Veo a mucha gente viviendo vidas falsas…

A veces veo demasiada gente viviendo vidas falsas, mintiendo sobre sí mismos, intentando parecer algo que no son, y al final, aunque puedan engañar a mucha gente, ellos mismos jamás se pueden engañar. Siguen tan vacíos y ansiosos, que jamás logran ser felices.

No se trata de no mentir ya que eso es imposible, todos mentimos, se trata de, al menos, asumir que eres mentiroso, y ya eso es un paso adelante, ya que puedes ser capaz de mirar tus sombras.

La doble moral está en decir mentiras, creer que eres sincero y peor aún, juzgar a los demás de mentirosos. Allí ya no eres tú mismo, sino más bien, una copia barata de aquello que deseas ser pero no eres.

Lleve.


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Cuando nos rompen el corazón

No sé si lo sabes, pero tengo un libro llamado ¡Esto se acabó! y quiero compartir contigo un extracto para la reflexión:

Cuando nos rompen el corazón perdemos una parte de él y no la volvemos a recuperar. Después que hemos sido engañados, sentimos que la confianza es como las palabras en un mundo de sordos.

Es muy difícil volver a confiar cuando a quien amamos nos traiciona. La cicatriz que queda después que nos han despedazado el corazón, se llama desconfianza.

Cuando te rompen el corazón nadie queda igual que antes. Si cada vez que alguien nos rompa el corazón sufriera como lo hacemos nosotros, no habría tantas traiciones, pero a todos en alguna medida nos han roto el corazón solo para reforzar la tesis de que solo estás mejor.

En el amor, las garantía son inexistentes, es algo que repito con frecuencia, así que no debemos pensar en vengarnos de quien nos rompió el corazón, sería un acto no civilizado, aunque tampoco sea civilizado que nos rompan el corazón.

Dañar el nombre del amor es como hacer una guerra en nombre de la paz. Cuando queremos ver sufriendo a quien nos causó tanto dolor, estamos en presencia de un monstruo que hay que domar. ¿Cómo? Asumiendo nuestra responsabilidad y entendiendo que amar es un riesgo.

Si recordamos constantemente a quien nos hizo daño y cómo lo hizo, sentiremos dolor por más tiempo y esto además de hacernos mal a nosotros mismos, nos hará más difícil perdonar. El perdón llega cuando nos olvidamos de quien nos dejó.


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Obesidad y miedo al contacto

Les voy a hablar sobre la obesidad y el miedo al contacto, desde mi propia experiencia, como alguien que sufrió de obesidad mórbida.

Sí, alguna vez llegué a pesar más de 200 kilos.

213 kilos de infelicidad. Y mucho miedo. Para qué negarlo.

Un aspecto característico de los que hemos sido obesos es la incapacidad para hacer contacto con nuestras emociones, sobre todo las negativas. Recurrimos a la comida como elemento aliviador. Comemos porque no queremos sentir, lo cual siempre fracasa, ya que, aunque “no sintamos” la rabia, tristeza o miedo del momento, después del atracón, terminamos cargando una culpa infinita.

Nos sentimos acomplejados y, en consecuencia, evitamos compartir esas emociones con los demás. Generalmente los gorditos somos chistosos, alegres y el “alma de la fiesta”. Nos convertimos en excelentes consejeros, cuando, en muchos casos, nuestras vidas son un caos. Hacemos eso porque mirando el problema de los demás, dejamos de ver el propio. Yo no conozco obeso con buena autoestima.

Otro comportamiento que forma parte de muchos de los obesos, y que también en algún momento formó parte de mí, es la sempiterna necesidad de conseguirnos parejas inseguras.

Pareciera que somos adictos a unirnos a personas celosas, obsesivas, codependientes y demás yerbas aromáticas. Pareciera que necesitamos que estén pendiente de nosotros, no importa si es patológicamente pendientes, igualmente no ponemos límites a los celos de nuestras parejas.

Estamos tan necesitados de refuerzo y cariño, que nos someten a cualquier cosa. Necesitamos la seguridad de una relación, no importa si es dañina y, sobre todo, necesitamos no sentirnos solos, ya que, en el fondo pensamos ¿Y quién se va a fijar en una persona como yo?

Ante este pesado panorama les digo algo: No basta con bajar los kilos, es necesario, yo diría imperativo, sanar las emociones, buscar ayuda, y no habrá necesidad de esconder esos sentimientos en la comida.

Sepa.

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La difícil decisión de separarte de tu pareja

Muchas veces nosotros sabemos que nos tenemos que separar, pero ese no es el problema.

El problema es lo que cuesta tomar la decisión, porque uno no quiere separarse, uno no quiere divorciarse, uno no quiere salir de la relación a la que uno le metió tanto esfuerzo, tanta cosa, tanta vida, y que, de repente, se convierte en tanto dolor y uno dice bueno, pero podemos irnos hacia atrás, o sea, vamos a tratar de hacer lo que éramos cuando estábamos profundamente enamorados.

Es difícil tomar la decisión de separarse. Es complicado decir hasta aquí nos trajo el río. Es sumamente difícil.

El que te diga que eso es fácil de hacer, fulanito, no sabe el dolor que se siente, lo difícil que es la soledad. Lo complicado que es cuando uno está consigo mismo y se dice: Tengo que divorciarme.

Mira, muchas veces, inclusive, hasta los psicólogos no siempre sabemos lo que la otra persona está sintiendo, porque ese dolor es tan fuerte, tan complicado, que es sumamente difícil de vivir. Así que no comas cuento con la gente que te dice que te separes, no comas cuento con la gente que te dice, lánzate por ese barranco, no te preocupes.

No, tu dolor hay que respetarlo, tu sensación de soledad hay que respetarla, no estés haciendo oídos a gente indolente de tus sentimientos. Ese dolor es fuerte, se vive y solamente un profesional quizás te puede ayudar a sobrellevar lo que implica dar ese paso.

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Dinero y emociones ¿cómo están relacionados?

El dinero tiene propiedades psicológicas, sin duda alguna.

El manejo del dinero, la obtención del dinero, la capacidad de poder adquirirlo tiene que ver también con tu personalidad, con tus procesos emocionales, con tu capacidad e inteligencia, con tu sociabilidad, con tu empatía, con tus simpatía.

También tiene que ver con la capacidad de manejar números, procesos abstractos, etcétera, etcétera.

No crean ustedes que el dinero no tiene una energía psicológica, sí lo tiene y es fundamental cuando uno lo entiende. Manejar nuestra mente en ese sentido significa tener actitudes proactivas que impliquen la ganancia del dinero.

¡Ojo! No hay fórmulas mágicas con relación a la plata, la verdad es que no. Todo parte del trabajo, el esfuerzo, los objetivos, la capacidad, el conocimiento, la profesionalización. Hay muchos elementos que están involucrados. Pero si tus emociones no están bien, realmente la capacidad de ganar dinero se va a ver desmerecido, si tus emociones no están bien, si tu psicología no está clara, tu dinero no te llegará como lo esperas.

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