¿Manipulas a tu ex a través de tus hijos? ¡Déjate de eso!

Muchas veces nosotros tenemos nuestra pareja y nos separamos de ella, y tenemos hijos, y entonces empiezan a manipularnos con los muchachos, con los niños, okey, que si tú haces esto, que si tú no haces esto, que si tú tienes que hacer tal cosa.

Y entonces nos manipulan desde allí con nuestros hijos. Una cosa increíble. Pero bueno, eso pasa y pasa con mucha frecuencia, y de eso hay que hablar.

Muchas veces, mire, uno no conoce a su pareja hasta que te separas de ella, es increíble, salen los demonios, sale el diablo, el apocalipsis. Toda una serie de cosas ahí, horrible, chico, cuando tú te separas de alguien. Es como que, no sé, como que la maldad, tú sabes, sale, okey, después que te separas de la gente.

Y uno de los aspectos más negativos de todo, es cuando empieza la manipulación con los hijos.

Yo no entiendo eso, chico, por qué lo hacen, pero lo hacen, okey, entonces agarran a los hijos como campo de batalla: no, que si tú vas

a salir con otra persona, no, que tú no deberías salir porque tú no le vas a poner otro padre, otra madre a mi hijo, qué tal y qué sé yo.

O eso, mire, los va a traumatizar porque, pobrecitos, los muchachos no pueden entender que tienen otro papá y otra mamá, y toda una cantidad de ignorancias y brutalidades que forman parte de este  asunto de la manipulación.

Con eso hay que acabar.

Primero que nada. Bueno, si tú eres el manipulador y me estás escuchando, deja de hacerlo, deja de hacerlo.

Tus hijos no son un campo de batalla. Tus hijos no son elementos con los que tú puedes coaccionar a tu pareja para que tu pareja o tu ex pareja haga lo que tú deseas que haga, así que definitivamente eso tenemos que cortarlo y deja de estarlo haciendo.

Y segundo, si tú eres una víctima de un manipulador de estos, okey, es fundamental que tú tengas seriedad, estructura de personalidad, autoestima, pero a prueba de balas, okey, y no te dejes movilizar,

que si por el sentimiento de culpa, que si tú eres mala madre o mal padre, que si tú le vas a hacer tal cosa a nuestros hijos.

¡No señor! Usted ahí, firme, firme.

Porque es desde la manipulación cuando a uno lo manipulan, valga la redundancia, es desde la manipulación cuando a uno lo movilizan, cuando a uno, no sé, como que lo flexibilizan a tal forma en que uno se traiciona a sí mismo.

¡No, señor! ¿Okey? No podemos hacerlo desde allí, y no podemos establecer criterios que nos impliquen una flexibilidad tal que nos hagan sentir culpable, que nos hagan dudar de nosotros mismos, y que nosotros no sepamos qué hacer con nuestra vida porque tenemos los hijos de alguien, porque nos están diciendo mal padre, porque nos están diciendo mala madre.

¡No, señor! ¡No, señor, no lo hagas!

Si usted tiene su conciencia tranquila, si usted está haciendo su trabajo como madre o como padre. Si usted está responsabilizándose y educado a sus hijos como debe ser, usted no me acepte manipulación, ni coacción, ni cosas de críticas mal sanas o destructivas, por el hecho de que usted viva la vida que quiere vivir, ¿okey?

Así que no se lo permita, no se deje manipular y no se deje llevar por estas cosas que lo único que quieren es controlarle su vida, a pesar de que usted se separó ¿okey? ¡No lo haga!

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No podemos enseñarle felicidad a nuestros hijos, siendo infelices nosotros

En estos días estaba en la playa, y conversaba con alguien que quiere tener relaciones sentimentales y estar enamorada, sin embargo, no lo consigue. Me contó que ha vivido situaciones amorosas muy negativas. Me dijo que quiere una relación convencional, de un hombre que la quiera solo a ella, y que además cubra sus necesidades y expectativas.

Se ve que es una persona que ha sufrido muchísimo en relación con el amor, y que no ha tenido éxito en relacionarse desde la felicidad. Ella estaba consciente de eso. Junto a nosotros estaba su hija, quien dijo que uno de sus mayores sueños es estar casada y tener una relación para toda la vida. Tiene apenas 22 años.

Yo le dije que era importante conocer acerca del amor, vivir varias experiencias, y adicional, sentir diferentes emociones ligadas al amor. Ella me comentó que, a su edad quiere una relación exclusiva, convencional y, sobre todo, que fuese para siempre: un esposo próspero económicamente (para que ella no pasara trabajo) y que quiere tener varios hijos. Sus palabras me impresionaron: «quiero estar en paz, sin tantos problemas en la vida».

Esta hija quería lo que la mamá también quería, con una diferencia de 30 años. Fue educada bajo los patrones de su mamá, sin darse cuenta de que esos patrones son los que causan infelicidad en su madre.

Muchas veces, sin darnos cuenta, queremos enseñar a nuestros hijos a ser felices, cuando nosotros somos profundamente infelices.


No se trata sobre qué tipo de relación tienes, si es convencional o no convencional. Se trata de que tus patrones de relaciones te lleven siempre a ser feliz o, por lo menos, te lleven a sentirte bien dentro del amor.

Una vez que lo logras, una vez que vives allí, entonces tienes toda la potestad para poder enseñar sobre el amor. Mientras tanto, sencillamente, eres como somos casi todos: aprendices en el amor, entre ensayo y error, un poco perdidos, intentando encontrar siempre la forma de que el amor nos haga felices.

En consecuencia, lo que hay que enseñar es a vivir el amor en todas sus facetas, entendiendo que la felicidad o la infelicidad va a venir exclusivamente de tu experiencia, no de las enseñanzas que te hayan dado.


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La peor excusa: «estamos juntos por nuestros hijos»

¿Cuántos niños, cuántos hijos viven en matrimonios infelices? Y los padres, de alguna manera, se quedan juntos diciendo: «Es que nos quedamos juntos, por mi hijo». Y resulta que esa es la peor excusa posible que puede haber, sobre todo por la carga enorme que se le pone a ese niño, en función de mantener unido un matrimonio que ya no es viable.

Ese niño carga sobre sus espaldas la culpa de que sus padres sean infelices, pero esa culpa no es del niño, esa culpa se la están induciendo los propios padres.

Me da rabia cómo los padres utilizan a los niños como excusa para su propia infelicidad, y por no tener la suficiente valentía de asumir la decisión de separarse. Evidentemente, si son infelices, sino hay amor, pues claro que tienen que separarse.

Un niño se traumatiza, no por un divorcio.

Un niño se traumatiza fundamentalmente por la infelicidad, las peleas, la violencia y la agresividad que muchas veces existe en los matrimonios que ya no se quieren, que ya no se aman.

Es una irresponsabilidad total decir que un matrimonio no debe separarse por los hijos. Eso es realmente abominable cuando uno lo mira desde el punto de vista psicológico.

Si tú quieres un niño feliz, en principio, tienes que ser feliz tú. Si tú quieres un niño estable, si tú quieres un hijo emocionalmente sano, tú tienes que serlo.

Estar en un matrimonio infeliz, en un matrimonio sin amor, por tus hijos, te lo digo de frente y sin pena, es realmente no amar a tus hijos.


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¿Los hijos deben dormir con sus padres en la misma cama?

Me voy a meter en un tema polémico.

¿Los hijos deben dormir con sus padres en la misma cama o no? Lo que llamamos colecho.

Mi respuesta, de pronto a usted no le va a gustar: mi respuesta es NO, NO Y NO.

Durante un tiempo, sí, okey. Más o menos, mientras el niño está tomando el pecho, en ese proceso de unión de la madre con el hijo, se entiende. Estamos hablando entre seis meses a un año, ¿okey? Sí, el hijo en la cama con su madre, el seno, la alimentación, el amor, sin duda alguna. Ya después no, ya después tenemos que ir separándolo paulatinamente a su cama.

Hay que irlo llevando paulatinamente a estar durmiendo solo. Usted puede tener toda la opinión que usted le dé la gana. Yo la respeto. Está muy bien. Sé que la mayoría de la gente cuando tú le dices esta opinión, ataca en los comentarios, me dicen que yo estoy loco tal. Es como que si tú lo estuvieras matando diciéndole eso.

La verdad verdadera es que después de un año, entre entre nueve meses a un año, ya puedes ir llevando a tu hijo paulatinamente, con amor, con mucho amor, puedes ir llevándolo a que esté solo, porque mantenerlo metido en la cama te puede afectar la vida de pareja, también lo puede afectar a él en su desarrollo.

Definitivamente, esa situación va a traer una serie de consecuencias negativas. No hay niños traumatizados porque al año los llevaron paulatinamente y con amor para su cama. Déjese de cuentos de camino. Así que eso es lo que, en mi opinión, debe hacerse. Me da igual que usted venga a insultarme por tener esta opinión.


La crianza no es cosa fácil. Muchas veces nuestra relación de pareja se ve afectada por malos hábitos y situaciones que le consentimos a los hijos. Buscar ayuda es fundamental para evitar males mayores. Venga a terapia con mi equipo, el Team Psicovivir. Sabemos cómo ayudarte.

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