¿Desconfías de tu pareja?

Desconfiar siempre es enemigo del amor. No puedes comprometerte en una relación y, a la vez, pensar que la persona que amas te está traicionando. Sobre todo porque el amor implica vulnerabilidad y confianza, en consecuencia, andar pensando que el otro está en vainas raras, hace que tu capacidad de amor, autoestima y seguridad, sean erosionadas a tal punto, que puedes llegar a perderlas totalmente.

Por otro lado, ese círculo vicioso de revisar, no encontrar, volver a desconfiar y volver a revisar, se puede tornar compulsivo y producir una enfermedad mental (Trastorno Obsesivo Compulsivo).

Revisar el teléfono de tu pareja implica que si descubres algo, necesariamente tendrás que terminar la relación, ya que si no es para eso, ¿para qué revisas? Así que al hacer esta práctica, en el fondo estás, no solo mirando a ver si te están traicionando, sino siempre pensando en que la relación, de ser así, va a terminar.

¿Qué sentido tiene estar en una relación así? ¿Verdad? Piénsalo.

Por último, sé que al leerme estarás pensando «entonces si no reviso, ¿cómo sé si no me están traicionando?». La respuesta es: si te están traicionando, mientras más relajado esté (sin sentir tu vigilancia), estará menos atento, y cometerá más errores.

Al final, si te traicionan, lo vas a descubrir, sin necesidad de que vivas paranoica o paranoico, con obsesión compulsiva, o siempre pendiente de cualquier señal que implique traición.

Sepa.


Si tienes problemas de pareja, sé cómo ayudarte. Toca y escríbeme directamente al chat

Es peligroso creer que eres más inteligente que los demás.

Con más de 50 años de vida he aprendido claramente a diferenciar las verdades que acepto y las mentiras que soy capaz de digerir para mantener la fiesta en paz, pero también me he dado cuenta que muchas veces creer que eres más inteligente que el otro o que puedes engañar a alguien fácilmente, es una apuesta difícil de ganar.

Siempre habrá alguien más inteligente y con más capacidad que tú, y no sólo eso, siempre habrá quien se haga el tonto para hacerte creer que eres tú quien lleva la voz cantante, cuando en realidad «te están esperando en la bajaíta».

Sepa.


Para consultas psicológicas con mi equipo, toca y escríbeme directamente al chat

Cambio de imagen y emociones

Cuando elegimos cambiar nuestra vida muchas veces empezamos por nuestro aspecto. Pero no caigas en la trampa de creer que solo cambiando tu aspecto, tu vida habrá cambiado automáticamente. Hablemos sobre los cambios de imagen y también sobre nuestras emociones.

Hace algún tiempo estuve hablando con alguien que estaba sumamente deprimida.

Tenía una melena rubia hermosa y cuidada, muy bella realmente. Un día de forma intempestiva se cortó el pelo casi al ras y me dijo que lo hizo para hacer un cambio en su vida.

Le pregunté si lo había logrado y ella me dijo que no, que solo fue una sensación momentánea pero que su tristeza y melancolía continuaban. Exploramos sus emociones, vimos las cosas que la afectaban y los pensamientos al respecto, y poco a poco fue cambiando su visión. Al tiempo dejó de estar deprimida.

Yo dejé de verla y hace poco me la encontré en redes, había abierto un onlyfans. Yo me sorprendí ya que ella no era especialmente sexualizada ni la veía con intención de exhibirse. 

Le pregunté por qué lo hizo y me dijo que para cambiar su vida. Le volví a preguntar si lo había hecho y está vez me respondió que sí. De hecho, me contestó que justamente por haber cambiado su vida, es que ahora sentía que por fin afloraba su yo verdadero.

Me dijo que toda su vida había estado reprimida y que mostrarse sexy y erótica, le daba una nueva pasión en cuanto a sí misma. No lo hago por dinero, me dijo, lo hago porque realmente me divierto en mostrar una faceta mía que sabía que estaba allí y que nunca me atreví a soltar.

Le dije que sí ella estaba feliz con eso yo también estaba feliz por ella, y que su cambio había empezado por cortarse el pelo, pero cuando cambió emocionalmente fue cuando todo su proceso fue integral.

Ella lo reconoció y nos despedimos porque tenía una sesión de fotos. Por cierto, seguía con el pelo casi al ras.


Para consultas psicológicas con mi equipo, toca y escríbeme directamente al chat

Si solo te centras en ti, jamás vas a conocer a la persona que tienes al frente…

Y siendo así, entonces puedes perderte lo bueno de esa persona y también lo malo.

Hace poco hablaba con alguien que me contaba mucho de sí. No era en un contexto terapéutico (donde sería normal que la persona solo hable de sí misma). Esta persona me estaba contando sobre sí misma y todo lo que sentía y pensaba.

Yo a veces le decía lo que yo pensaba o sentía, y jamás se interesó en eso. Parecía que lo único que importaba era ella. En dos o tres oportunidades le hice saber cosas sobre mí, y nada. Nunca las agarró. Luego terminó preguntándome qué tipo de reacciones yo tenía sobre algunos temas y le dije «si te hubieses tomado el tiempo de realmente conocerme, seguramente sabrías cómo soy». ¿Qué ocurre? Que yo podría mentirle fácilmente a esa persona y decirle lo que sé que quiere escuchar. Podría engañarla, ya que ella solita se metió en ese rollo. Al no tomarse el interés de conocerme, entonces sólo le queda creer en mis palabras y yo podría mentirle, engañarla, etc.

Si quieres conocer a alguien realmente, vas a tener que tomarte el tiempo de conocer a esa persona. Si te centras solo en ti, te vas a perder de conocer al otro, y siendo así, solo te quedará creer en sus palabras y no te darás cuenta que fuiste tú quien cometió el error de apreciación.

Por cierto, me di cuenta que esa persona no quería conocerme. Solo quería validar sus puntos de vista sobre mí. Tengan cuidado con eso.

Si andas por la vida solo validando tus puntos de vista sin buscar realmente conocer al otro, lo más probable es que solo encuentres personas que te dirán lo que quieres escuchar y luego, seguramente, te dejaran una vez que obtengan de ti lo que deseaban.

Lleve.

Para consultas psicológicas con mi equipo, toca y escríbeme directamente al chat

Regresar a tu país tras emigrar ¿es un fracaso?

Muchas veces emigramos, nos va mal, y entonces pensamos en regresar. Y esa es una de las situaciones más complicadas, porque básicamente, es como que si hubiésemos fracasado en el hecho de querer tener una mejor calidad de vida y no lograrlo, y lo que es peor, regresarte a un sitio del cual querías inicialmente salir.

Miren, muchas veces, y lo digo yo por emigrante, muchas veces pues, salimos de nuestro país buscando una mejor calidad de vida, intentando que nos vaya mejor y desarrollar nuevos destinos, y resulta que nos va mal, que no va mal y entonces la única opción que tenemos es regresarnos, y no necesariamente al sitio donde nos vamos a regresar mejoró.

De hecho, por lo menos la experiencia venezolana, no, no mejoró, más bien empeoró.

Entonces, en ese sentido, ese es un dilema, porque entran dos sentimientos que son fundamentales.

El primero es la sensación de fracaso, la sensación de que no lograste hacer lo que querías hacer. Y, por otro lado, regresar a un sitio del cual siempre quisiste irte, o no siempre quisiste irte, pero te quisiste ir en un momento determinado.

Esas dos emociones, esos dos sentimientos, van a producir un impasse emocional que puede detenerte, puedes desorganizarte, y puede ser que, de alguna forma, no tengas las ideas bien claras y bien definidas.

¿Qué debemos hacer al respecto?

En primer lugar, es importante agotar todos los recursos.

Agotar todos los recursos significa intentar hacer todo lo necesario para surgir, hacer todo lo necesario para poder lograr tener una mejor calidad de vida y generar un mejor destino para ti.

Luchar, constancia, disciplina, responsabilidad, son los elementos fundamentales para intentar lograr tener éxito en la vida.

No hay atajos, no hay fórmulas mágicas, es a punta de constancia y esfuerzo con que uno logra las cosas.

¿No lo lograste hacer,y llegaste a la conclusión de que tienes que

devolverte? Míralo como una nueva emigración.

Míralo como devolverte también a un país de tránsito, aunque sea tu propio país.

Muchas personas cometen el error de devolverse a su país pensando que eso es una solución definitiva y que ya no hay más

nada que hacer, y que regresaron, fracasaron a donde se fueron y regresaron y ya se acabó, no.

No tiene por qué ser así, puedes volver a tu país, y luego agarrar nuevos bríos, nuevas fórmulas, nuevas maneras de hacer las cosas, y volver a salir.

Sí, que es complicado. Sí, que es tedioso. Sí, que, bueno, que cuánto tiempo vas a pasar emigrando.

Eso tiene que ver con tu capacidad de decisión, tiene que ver con tu capacidad de esfuerzo, tiene que ver con tu constancia y tu ambición de tener una mejor calidad de vida.

Ahí no hay, insisto, no hay fórmulas mágicas que pueden ayudarte.

Regresar a tu país no es un fracaso.

Regresar a tu país, no es que no pudiste hacer las cosas buenas.

Es como todo en la vida, a veces nos va bien, y a veces nos va

mal.

Regresar a tu país no significa que tú retrocediste en un proceso determinado, significa que, sencillamente, sigues buscando alternativas para tu vida y sigues buscando maneras de rehacer tu existencia.

Entonces no lo veas como un fracaso.

No lo veas como una cosa profundamente negativa y, sobre todo,

no lo veas como algo que baje tu autoestima.

Míralo desde seguir buscando alternativas, desde seguir buscando fórmulas, desde establecer tus propios puntos de partida y, sobre todo, entender que tú eres el dueño de tu biografía personal.

Nadie puede decirte a ti como tú debes vivir tu vida.

Tú empieza a construir tu propia existencia, y eres, como diría la frase cliché: eres el arquitecto de tu destino, pero esa es una realidad que debes asumir, así que no es un retroceso, es seguramente un nuevo comienzo.


Para consultas individuales o terapias de pareja, cuentas conmigo y con mi equipo. Toca aquí para atenderte.

Inteligencia: el arte de dar la espalda a lo que te daña

Una vez estuve conversando con alguien que me decía que le era sumamente difícil salir de una relación tóxica.

Mi respuesta fue «es que eres poco inteligente».

Ella se sorprendió de mi respuesta.

No sabía si la había insultado o le estaba dando la clave de la solución de sus problemas.

Le expliqué que la inteligencia es la capacidad de resolver problemas y que su relación era tóxica, en consecuencia, era un problema.

Ella me preguntó cómo podía hacer eso y yo le dije que la base fundamental de su incapacidad era el no reconocer que estaba al lado de una relación tóxica.

El cambio empieza por asumir que estás en medio de algo que no puedes solucionar, y cuando te des cuenta que eso es así, no me vas a preguntar el cómo salir de allí.

Lo harás y ya, le dije.

Mientras pienses que hay salida, que tiene solución, que seguramente hay esperanzas, etc, entonces no estás reconociendo que la relación te tiene llena de dolor y daño. Mientras no lo reconozcas, seguirás allí.

Lo reconoció y fue inteligente.

Se fue.

Y recuerda, nosotros estamos para ayudarte y sabemos cómo hacerlo. Para solicitar consultas pulsa el link del WhatsApp