¿Amor real o de cuentos de hadas?

¿Estás construyendo junto a tu pareja un amor real o un amor de cuentos de hadas?

Hay preguntas fundamentales que debemos hacernos, y esta es una.

¿Por qué?

Porque en el amor no hay garantías, y la única manera de mirarlo como algo que perdure en el tiempo es cuando lo construimos, a diario, con nuestra pareja.

Un amor lleno de dramas permanentemente, da al traste con la relación. Tarde o temprano se acaba.

Un amor lleno de celos e inseguridades, termina por minar eso que los unió, y hace de la relación una tormenta inacabable, y llega el cansancio.

Un amor egoísta que solo procure la felicidad de una de las partes, no es amor, es enfermedad.

¿Cómo evitar que el amor se nos escape y que la relación se pierda?

Entendiendo que el amor es un reto de todos los días. Asumiendo que las relaciones se construyen desde las decisiones, donde no siempre la balanza se inclinará a tu favor, porque en el amor no somos nosotros solos ante el mundo.

Muchas veces nos tocará negociar. Muchas veces nos tocará ceder. Cada día será el mejor día para establecer acuerdos con tu pareja, entendiendo que el amor impone compromiso.

¿Quieres amar y ser amado?

Entonces tienes que agarrar y decir: yo voy a amar. Yo me voy a meter en esta situación. Yo me voy a comprometer en esto. Yo voy a asumir esta realidad.

Yo voy a hacer y a tomar decisiones adultas, maduras, porque si no entonces siempre serás como una veleta al viento.

Te pregunto ¿Realmente quieres meterte en una relación de pareja?

¿Estás dispuesto o dispuesta a dar este paso, a asumir este reto?

Respóndeme en los comentarios. Comparte este artículo cómo conservar el amor o recordar la forma en que quieres que te amen.

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No siempre queremos a los hijos de nuestra pareja

¿Obligado? ¡Nada! pero…

Miren, muchas veces establecemos relaciones de pareja y esa persona tiene hijos, o nosotros tenemos a nuestros chamos. Y no siempre es fácil integrarnos con ellos, como una nueva familia. Entonces, comienzan los rollos, los problemas, los roces, las malas caras, las resistencias. ¿Les ha pasado?

En este sentido hay que partir desde este hecho: que yo te ame no significa que tenga que amar a tus hijos. Significa que intentaré hacerlo. ¿Ves la diferencia?

¿Qué hacer ante eso? Primero que nada, es fundamental entender que los lazos emocionales no surgen por mandato, sino que se construyen a lo largo del tiempo.

Es más, en mi visión de las cosas, en la medida de lo posible, antes de unirte a alguien con hijos, procura llevarte bien, si no, será un infierno o costará más trabajo vincularse con ellos en una relación de puertas adentro. 

¿Por qué? Porque el amor no es instantáneo ni automático.

Lo primero es aceptar esta realidad: Es normal que existan ambivalencias y tiempos de adaptación. Lo crucial es trabajar en la construcción de un vínculo genuino y afectuoso, basado en el respeto, la comunicación y la empatía. No es que sea obligado querer a juro a los hijos de tu pareja y forzar la relación, no, de ninguna manera es así.

Una vez que socialicemos, que nos demos la oportunidad de integrarnos y reconocernos, entonces podemos ir más allá, siempre partiendo de que el respeto debe imperar, y que no se trata de asumir el rol de nuevo papá o nueva mamá, no es desde allí que hay que mirarlo.

En fin, si amamos a nuestra pareja no es obligado que amemos a su combo pero si es nuestro deber hacer todo lo posible por lograrlo.

¿Cuál es tu experiencia vinculándote con los hijos de tu pareja?

Cuéntame en los comentarios si la cosa fluyó bien o costó Dios y su ayuda sobrellevar esa relación. 😬

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¿Viviste la infidelidad y no sabes qué hacer?

¿Te han sido infiel o lo has sido tú?

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¿Eres celoso o tu pareja lo es?

¡Aclaremos algo!

Los celos forman parte de una relación. Es inevitable asumirlo como un hecho inapelable. Y también se dice que los celos son muestra de amor. La verdad es que no siempre son muestra de amor, y les voy a explicar por qué.

Cuando la relación se pone en peligro, o se dan algunas situaciones que pueden atentar contra la estabilidad de la pareja, es normal que vengan ciertos celos, y que formen parte de la relación, sin que eso produzca elementos violentos, agresivos, demostraciones de juicios implacables o una inseguridad infinita.

Cuando estos celos se convierten ya en una cosa totalmente obsesiva, donde la persecución, la paranoia, la angustia, la ansiedad, forman parte de la relación y hacen que esta sea infeliz, entonces estamos hablando de procesos que ya entran a nivel de trastornos emocionales o, incluso, problemas mentales.

Unos celos que llevan a una persona a cometer actos violentos, a hacer cosas totalmente irracionales, a vivir de una manera incivilizada, de ninguna manera son celos normales. Entiéndanlo.

Si en nombre de los celos, alguien va a venir a hacerte daño, a vengarse e intentar silenciarte para siempre, pues, sencillamente hablamos de personas que no están bien emocionalmente. Al final de cuentas, es un tornillo que está flojo, o incluso, varios tornillos.

¿Sabías que los celos se traducen en maltrato psicológico?

Es normal que una persona que sanó sus celos tenga un sentido de pertenencia hacia su pareja, un sentido de territorialidad que en el amor siempre es constante.

Esa sensación de “tú eres mía, yo soy tuyo, nuestro amor es para siempre”, forma parte de las relaciones que generalmente son estables.

Pero hasta allí.

Cuando la cosa ya pasa a obsesión, y comienzas a sentir peligro, es momento de buscar ayuda, sin duda alguna.

¿Sufres de celos patológicos o tu pareja, de alguna manera, te hace sentir en peligro constante debido a sus celos? ¡Leeré tu comentario!

Comparte este artículo para ayudar a quien esté pasando por algo así.

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Ni amor ni deseo se obligan: si se acaban, se acaban

El deseo y el amor son aspectos fundamentales en las relaciones de pareja. De hecho, en mi libro #AVecesCupido yo digo que el sexo es la base del amor. Pero por factores hormonales, ambientales y hasta sociales, el deseo puede afectarse. ¿Ese deseo se puede recuperar? Sin duda alguna. Claro que sí.

El amor es un sentimiento profundo que también puede perderse por aspectos psicológicos, ambientales y hasta sociales o religiosos. ¿Se puede recuperar ese amor? Sí, claro que sí.

Es una estafa asegurar que ambos elementos se pueden recuperar. ¿Por qué? Porque cuando el deseo, el amor o ambos se pierden por factores inherentes a la relación (malos tratos, lejanías, discusiones, incompatibilidades, etc) eso se acabó, y créanme que se acabó.

De hecho, lo primero que se acaba es el deseo, ya que, incluso el amor, puede seguir un tiempo más, pero bajo esas circunstancias, cuando ese deseo termina, nada hará que vuelva a renacer.

En consecuencia, siempre es crucial revisar desde dónde fue que se acabaron algunos de estos factores.

¿Se acabó porque hubo muchos maltratos, infidelidades, discusiones, etc? Ya eso se perdió. Fin.

¿Se acabó porque tu marido te exige sexo porque «eres su esposa» y eso a ti no te prende ni con gasolina? Eso se acabó.

¿Se acabó porque te enamoraste de otra persona y ahora es la nueva persona quien te enciende los motores? Eso se terminó.

Aceptarlo es fundamental y te ahorra más sufrimientos que el que terminar una relación ya lleva implícito. Todo lo demás es polvo y paja.

Cuando el amor y el deseo, bajos los aspectos que acá señalo se acaban, pues, se acabaron y ya.

Ahora bien, si ambos tienen la intención de recuperar de alguna manera la relación, y desean darse la oportunidad a ver si encaminan nuevamente la cosa, siempre será mejor buscar ayuda psicológica, tanto individual como de pareja, para explorar esa posibilidad guiados por profesionales.

En todo caso, la terapia ayudará a ambos a recuperar la autoestima perdida en ese proceso de ruptura. Por eso es fundamental acudir al psicólogo, obviamente conmigo o con mi equipo, para reestructurarse y prepararse desde lo emocional para que el amor se vuelva a hacer presente.


El amor, cuando es amor, te transforma

El amor cuando es verdadero te transforma la vida, y ese transformar va ligado al hecho de hacerte sentir la mejor persona posible dentro de tus propias sombras y debilidades.

De hecho, cuando estamos hablando de amor, estamos hablando de procesos que van desde lo emocional, actitudinal, y a veces, yo diría hasta espiritual.

El amor está ligado a procesos que están inmersos dentro de nuestras estructuras emocionales ligadas a la felicidad, al placer, y al deseo ineludible de estar junto al otro, no solamente desde el deseo propiamente dicho sino también desde el compromiso más profundo, que es capaz de soportar las dificultades más fuertes que se puedan presentar en la vida.

Ahora bien, cuando hablamos de dificultades, tenemos que tener cuenta que son elementos externos, porque cuando estos problemas se presentan en el propio acto de amar, entonces no estamos hablando de amor, sino de procesos internos que nos llevan a tener sufrimientos, por el hecho de estar con personas que no nos están amando, o que nosotros no estamos amando.