Hace poco una chica que ejerce la prostitución me escribió. Ella quería que yo escribiera sobre este trabajo y mi opinión al respecto. Yo no condeno la prostitución, siempre que sea ejercida libremente y que no provenga de trata de blancas, coacción o cualquier cosa que viole la libertad de acción. Por qué no la condeno? Porque pienso que todos vendemos nuestros talentos y si alguien se siente que su talento es el sexo, pues también es válido. Pero, y aquí hay un PERO gigante, es que sostengo que la inmensa mayoría se siente culpable y apenada por ejercer ese oficio, y allí entonces no puedo estar de acuerdo con que se haga. Si un oficio te trae problemas emocionales, no es un oficio, es un infierno. Por otro lado está el factor moral. La sociedad tiene una doble moral en ese sentido. Por un lado condena a la prostituta pero por otro lado usa el sexo para vender. Prácticamente no hay publicidad sin algo sexual inmerso en ella. Al final de cuentas, muchas gente se prostituye sin saberlo, aguantando vidas terribles solo por no dejar de percibir dinero o no perder lo que económicamente disfrutan. Esa clase de prostitución inconsciente me parece sumamente perniciosa y también es una doble moral. Como resolver ese dilema? Asumiendo que todo acto tiene consecuencias. El mundo de la prostitución no es siempre agradable. Hay un nivel donde al parecer es una excelente vida (la dama de compañía de ricos y famosos) pero la gran mayoría no está allí y viven situaciones terribles que definitivamente no son buenas, sin contar la violencia, las drogas y las enfermedades que en este mundo abundan. Es por esto que si vas a ejercer la prostitución, meditalo bien, tendrás que enfrentarte a mil aspectos negativos, y solo uno positivo: el dinero, y lo que el dinero te otorga. Nada más, solo eso.
Y MIENTRAS CONDENAMOS LA PROSTITUCIÓN…
Publicado por Psic. Alberto Barradas
Psicólogo con mención en clínica que un día se montó en su moto, se hizo varios tatuajes, vendió el diván, se olvidó que se había graduado cum laude y empezó a difundir reflexiones muy personales sobre la vida, llevando un mensaje donde la mayoría se pudiera identificar y verse reflejado en las distintas facetas de la vida. Hoy convertido en conferencista lleva sus reflexiones a nivel nacional e internacional, donde con un lenguaje cotidiano, lleno de humor y a veces sarcasmo, intenta ayudar a quien así lo desee. Radicado en Valencia, Venezuela Ver todas las entradas de Psic. Alberto Barradas